Mientras el mundo se adapta a la «nueva normalidad», la crisis de la COVID-19 ha traído consigo una aplastante realidad que se ha traducido en múltiples consecuencias económicas que han perjudicado -o en algunos casos frenado- el surgimiento de nuevos proyectos personales o de potenciales empresas.
Sin embargo, Luz Aimara Morales, directora del Centro de Innovación y Emprendimiento (CIE) de la UCAB, considera que existen maneras de emprender en tiempos de pandemia. La dependencia que conduce estrenó este semestre la cátedra Innovación y Emprendimiento, materia obligatoria para los estudiantes de todas las carreras de pregrado, que busca fomentar el espíritu empresarial de los alumnos ucabistas.
En esta primera edición, los 18 docentes que dictan la materia no solo tuvieron que adaptar su contenido a la modalidad de educación a distancia, sino que hicieron particular hincapié en ofrecer información introductoria sobre la identificación y la aptitud de aproximación a un entorno de oportunidades de desarrollo de proyectos o negocios propios, precisamente para que los futuros emprendedores se enfrenten adecuadamente al durante y al después de la pandemia.
«Estamos próximos a cerrar semestre con una actividad especial que haremos a través de las redes sociales para dar a conocer una muestra de lo obtenido con la asignatura. Ha sido un semestre de mucho aprendizaje, por lo que esperamos que la cátedra resulte cada vez más atractiva para nuestros estudiantes UCAB, tanto de Caracas como de Guayana», expresó Morales.
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En aras de brindar a quienes estén interesados en convertirse en emprendedores en los tiempos difíciles que marcan la pauta de la economía mundial, Morales refirió varios puntos clave para sacar adelante un proyecto coherente con esta apremiante realidad.
De las crisis surgen las oportunidades, pero…
La experta hizo referencia, en primera instancia, al contexto ya de por sí dramático que vivía Venezuela antes de la aparición del coronavirus. La imposibilidad de cumplir con las expectativas de autorrealización es un problema con el que muchos venezolanos han tenido que lidiar durante los últimos años, siendo esto una de las principales razones por las cuales el país es protagonista de uno de los mayores éxodos de la historia.
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Pese a esto y al agravamiento de la crisis debido a la pandemia, Luz Aimara Morales señaló que «de las crisis surgen las oportunidades», siempre y cuando los nuevos proyectos sacien las necesidades de los potenciales clientes, tomando en cuenta lo que el entorno demande.
«En tiempos de dificultad, la realidad nos obliga a contrastar nuestras habilidades con lo que el entorno demanda, es decir: ¿Qué me gusta hacer? ¿En qué soy bueno? ¿Qué necesidades identifico en mi entorno? ¿Por qué cosas las personas estarían dispuestas a pagar? A partir de este diagnóstico la persona comienza a darle forma a esa idea que podría convertirse en una potencial idea de negocio».
Destacó que este proceso no solo implica identificar qué o cómo hacerlo, sino también contar con equipos y tecnologías que permitan «operacionalizar» un proyecto a corto plazo, ya que es prioritario que el propio emprendedor, e incluso su familia, mantenga un flujo de ingresos para sustentar su vida cotidiana. Sin embargo, la directora del CIE UCAB distinguió lo que, en teoría, es un emprendimiento.
«Posiblemente surgirán muchos autoempleos, pero no necesariamente emprendimientos, porque el emprendimiento va más allá. Requiere una visión a largo plazo e implica plantearse preguntas que superan la viabilidad y la rentabilidad, como por ejemplo la sustentabilidad en el tiempo», afirmó.
Algunos proyectos se han hecho posibles debido a la crisis
La profesora Luz Aimara Morales Indicó que una oportunidad que se ha hecho evidente durante la pandemia es la incorporación del servicio de entrega a domicilio o «delivery». «Ante la campaña ‘Quédate en casa’, todo lo que implique no salir será bien recibido en estos momentos», dijo la especialista, pues este servicio le permite a comerciantes y empresas mantener cifras óptimas en cuanto a ventas, ahorrándoles a los clientes la necesidad de salir de sus hogares para recibir los productos que compran.
Un servicio que nació durante la pandemia para dar respuesta a esta oportunidad es Yummy, la primera red de entrega a domicilio con aplicación móvil de Venezuela. Se trata de «un sistema al detal de entrega de bebidas y alimentos procesados que busca conectar eficazmente las mejores y más variadas ofertas del país con las diferentes necesidades del consumidor«, según se lee en una nota de prensa publicada por medios venezolanos en abril del presente año.
El servicio funciona mediante un sistema de pedidos que realizan sus usuarios a través de su aplicación o su portal web. Los consumidores ordenan y pagan sus pedidos desde la propia aplicación, esta ofrece distintos métodos de pago como tarjetas de crédito extranjeras, Zelle o efectivo. Posteriormente, el restaurante que haya recibido el pedido lo acepta, prepara la comida y se la entrega a uno de los operadores de transporte de Yummy para que realice la entrega. Actualmente, cuentan con más de 120 restaurantes asociados.
Otro campo que ha sido muy explorado durante la pandemia es el teletrabajo y la formación a distancia. Luz Aimara Morales considera que la necesidad de muchas personas de adecuar su casa y adquirir los equipos que permitan trabajar virtualmente para reinventarse, representa otra oportunidad para nuevos emprendedores o, incluso, una oportunidad para ampliar servicios ya existentes.
«Otro gran nicho, son las plataformas gratuitas disponibles que permiten el desarrollo de videoconferencias tanto para espacios de formación (clases, cursos de actualización profesional, manejo de tecnologías, software, apps) como para el intercambio con expertos, networking, gestión de equipos de trabajo, etc. De esta manera las personas satisfacen su necesidad de no quedarse estancados en medio de las circunstancias actuales», compartió.
Como una muestra para demostrar lo real que es esta oportunidad se puede analizar el caso de un renombrado atleta venezolano, Antonio Díaz, quien, además, es egresado de la UCAB. El bicampeón mundial de karate en modalidad kata (2010 y 2012) inauguró en 2018 un dojo de entrenamiento en Caracas, en el cual solía dar clases, cuando tales actividades estaban permitidas.
Con el acaecimiento de la pandemia, Díaz, quien fue renuente al trabajo a distancia hasta que la situación lo obligó, incurrió en un terreno inexplorado tanto para él como para los otros dos instructores que se encontraban bajo su cargo: dar clases virtuales.
Una dinámica que comenzó como ocasionales vídeos en vivo para justificar las suscripciones de las personas que no pidieron reembolsos en el mes de abril, a través de la plataforma Instagram Live y Zoom, fue tornándose en algo más serio a medida que Díaz se dio cuenta de la cantidad de gente que se sumaba a las transmisiones, incluso de otros países.
Al ser consultado sobre esto por el medio británico BBC, el karateca reconoció la posibilidad de empezar a producir vídeos más profesionales, pues dimensionó las oportunidades que ofrece la virtualidad, a partir de la coyuntura. “Siempre había sido reacio al tema online, pero me estoy dando cuenta de que esto va a ser una nueva realidad”, declaró Díaz.
Entender que el panorama no es ideal
La directora del CIE advirtió que, aunque el contexto de la pandemia expone ciertas oportunidades que no serían evidentes en circunstancias normales, cualquier interesado en arrancar proyectos de este tipo debe considerar las limitaciones del entorno venezolano. Mencionó que la infraestructura tecnológica y de servicios que ofrece el país para iniciar nuevos emprendimientos es «precaria«, esto sin mencionar las condiciones que impone la cuarentena colectiva, que aún sigue vigente en territorio criollo.
«¿Cómo las personas migran sus servicios a modalidad remota cuando los servicios de luz e internet son inestables? ¿Cómo ofreces delivery si el combustible requerido para el traslado no está garantizado? ¿Cómo reinventarse cuando el entorno luce tan amenazante? Son tiempos difíciles, en donde así como hay historias exitosas, como es el caso de Zoom, muchas han terminado paralizándose al no poder hacer las cosas como antes hacían», lamentó.
Aun así, la profesora añadió que es posible sortear estas dificultades, o al menos minimizarlas. Reveló que el CIE UCAB se encuentra trabajando en la conformación de una propuesta que ayude a formar estudiantes y público general a afrontar las condiciones actuales, a partir de una de red de aprendizaje e intercambio.
«Necesitamos generar espacios para compartir experiencias, buenas prácticas, contar lo que nos ha funcionado y lo que no. Es tiempo más que nunca de trabajar en red. Por eso en el CIE estamos trabajando en nuestra propuesta de Extensión Social en el marco de la Cátedra de Emprendimiento Social y Educación Financiera BBVA Provincial. Próximamente esperamos estar dándoles buenas noticias al respecto», comentó Morales.
Su experiencia reciente la llevó a reflexionar y darse cuenta de algunas lecciones que le ha dejado su trabajo durante la pandemia. A propósito de esto, compartió un consejo para aquellos que desean incursionar en el mundo del emprendimiento.
«Siempre hay oportunidad de reinventarse y volver a empezar, es cuestión de hacerlo con los pies en la tierra: evaluar, conceptualizar y probar antes de poner en riesgo el patrimonio familiar», concluyó.