Para 2022, el economista y profesor de la UCAB proyectó un crecimiento anual de 5% del PIB y una inflación mensual de 4%. Advirtió que si el Gobierno quiere llevar la pobreza extrema a cero deberá desembolsar, por lo menos, 8 mil millones de dólares al año

Tras experimentar una hiperinflación durante cuatro años y sumar ocho años de recesión que produjeron una reducción de de 80% en su Producto Interno Bruto (PIB), Venezuela muestra los primeros signos de recuperación desde 2013. 

El alza de los precios del petróleo, la participación de las divisas en la economía nacional y una leve apertura de mercado para el empresariado dieron como resultado un crecimiento económico de 4% en 2021, según datos ofrecidos por la banca de inversión Credit Suisse.

Durante la presentación de la Memoria y Cuenta de su gestión ante la Asamblea Nacional, el pasado 15 de enero, Nicolás Maduro también afirmó que la economía nacional logró un crecimiento de 7,6% en el tercer trimestre de 2021 y uno superior a 4% durante todo el año. Además, prometió «pobreza extrema cero» para 2025 e indicó que Venezuela activó «los 17 motores de la agenda económica bolivariana alternativa«.

A propósito de estos datos y con la intención de conocer el panorama económico que enfrentará Venezuela en los próximos meses, El Ucabista conversó con Juan Carlos Guevara, economista con 25 años de experiencia en las áreas de macroeconomía, microeconomía y economía monetaria. Guevara también es presidente de la firma consultora RealEconomick y profesor investigador del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB.

Nuevos paradigmas: adiós al «petroestado»

Lo primero que señaló Guevara es que, como consecuencia del inicio y auge de la explotación petrolera del país, hasta hace menos de una década era difícil entender la disociación entre política estatal y comportamiento de la economía.

Sin embargo, aseguró que la pérdida de los ingresos petroleros abundantes que tuvo el Gobierno a partir del año 2017, además de las sanciones impuestas a la comercialización del crudo, han dado inicio a una independencia de ambos sectores.

«Desde 1921, el Estado tuvo una presencia absoluta y las personas creían que el Estado era necesario para que la economía funcionase. Hoy por hoy, la desaparición de las fuentes de ingreso del Estado terminó por obligar al Gobierno a reducir su tamaño en aproximadamente 50%, con lo que comenzamos a darnos cuenta de que la sociedad privada puede tener su propia fuerza y hacer que el Gobierno sea el que dependa de la sociedad. Este es un cambio de paradigmas», indicó.

Como evidencia, mencionó que el aumento de 10% en la producción y ventas que reportó la industria nacional durante el segundo trimestre de 2021 -según datos de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria)- es producto del esfuerzo del sector privado.

«Las señales de una recuperación no tienen nada que ver con los mecanismos tradicionales de impulso de la economía venezolana, que fueron el Gobierno y el gasto público. Esto tiene que ver con la propia inercia del sector industrial venezolano, que está creciendo con fuerza. Aunque hay que esperar para ver cómo fue el cierre del 2021, la industria de alimentos (que es la que más crece) tuvo un comportamiento bastante saludable y la capacidad de uso del capital pasó de un 20% a 23% hasta el tercer trimestre del año pasado, pero no es de extrañar que supere el 25%», comentó.

El experto sostuvo que, si se desea contar con un plan de estabilización económica en el que se combata la inflación y se generen exportaciones, es necesario «evitar que el Estado perturbe esa inercia del sector privado, en especial de la industria, que hace de pivote entre el sector primario y comercial,  y cuyo crecimiento tiene un efecto arrastre».

Crecimiento y control inflacionario : las metas de 2022

Según el presidente de la firma RealEconomick, el crecimiento económico registrado en 2021 y su estrecha relación con el crecimiento del sector privado permiten estimar que, para este año, la cifra aumentará un punto en relación con el período anterior y se ubicará en 5%.

«Creo que, como mínimo, tendremos un crecimiento este año del 5%. Dependerá del mercado petrolero, los precios, la producción nacional y varias variables a las que hay que hacer seguimiento, pero pensando estrictamente en el sector industrial privado, su crecimiento se traduce en ventas, que hacen alcanzable la cifra de 5%».

Sobre el control del índice inflacionario, Guevara notificó que, aunque no se conoce cuál es el objetivo del Banco Central de Venezuela (BCV), es posible que este año la inflación mensual sea de 4%. 

«En 2022 vamos a ver mucha lucha contra la inflación, sobre todo a través de un anclaje cambiario. Por ello, si ya está en 7%, llevarla a 3% o 4 % es viable», dijo.

Guevara aseguró que prefiere evitar predicciones sobre la inflación de todo el año. Sin embargo, refirió los datos aportados por Credit Suisse.

«Credit Suisse señala que la inflación anual para 2022 se ubicará en 150%, tomando como punto de partida diciembre de 2021 y hasta diciembre de 2022. El año pasado, ese mismo índice se ubicó en más de 600%«.

¿Pobreza cero para 2025?

El también expresidente ejecutivo de la Bolsa de Productos e Insumos Agropecuarios de Venezuela (BOLPRIAVEN) apuntó que, «por tratarse estrictamente de la falta de ingreso suficiente para un consumo calórico mínimo y no de otros factores de calidad de vida», llevar la pobreza extrema a cero en 2025, como prometió Nicolás Maduro, podría ser posible. Sin embargo, indicó que esto requería una inversión de casi 700 millones de dólares al mes.

«Según la ENCOVI, 76,6% de los venezolanos están en pobreza extrema. Eso se refiere a los venezolanos que están viviendo con un ingreso diario de un monto menor a $1.25 diarios. La población es de 28,7 millones de habitantes. Supongamos entonces que el Gobierno decide ofrecer $1 diario a los 21.984.200 venezolanos que están en pobreza extrema. Eso, por 30 días, nos da 659,52 millones de dólares mensuales. Ese monto es lo que costaría un programa de este estilo», puntualizó Guevara.

Debido a la imposibilidad de acceso a créditos internacionales y a los problemas de credibilidad de Venezuela ante las instituciones financieras, el economista cuestionó la capacidad del Gobierno para garantizar la viabilidad de un plan de este estilo.

«El mantenimiento por un año del  un programa como el planteado costaría casi $8.000.000.000. Es un plan posible, pero la pregunta real es si el Gobierno cuenta con esos montos. No lo sabemos», comentó.

Indicó que el  subsidio alimentario otorgado a través de las bolsas CLAP,  «si bien constituye una fuente proteica, no ha logrado resolver el tema de la pobreza extrema«, por lo que insistió en que el método «más impactante» de lucha contra este fenómeno sería el de las transferencias bancarias directas. Sin embargo, advirtió que solo la mitad de la población venezolana está bancarizada, lo que constituye un obstáculo para la implementación de esta medida.

El camino de la recuperación

Guevara también dejó claro que, aunque el país ha mostrado signos de mejoría, no se puede hablar de recuperación total de la economía, que desde 2013 presentó caídas interanuales de 20% y 30% del PIB. Insistió en que el crecimiento económico actual no está ocurriendo debido a las políticas del Ejecutivo nacional.

«Aunque el crecimiento que tenemos no quiera decir que el país se haya recuperado económicamente, este se está dando no gracias al Gobierno, sino a pesar de él. El Gobierno no está haciendo nada. Lo único que hizo fue retirarse. Gracias a que se retiró y que no ha hecho nada es que se está viendo toda la evaluación positiva. Mientras tuvo controles de precio, de cambio, de rentabilidad, lo que hizo fue retroceder. Eso es lo que hay que tener en mente«, finalizó.

♦Texto: Albany Díaz/Fotos: BBC (principal), Encovi y cortesía (internas)