La sede de la Universidad Católica Andrés Bello en el estado Bolívar alberga a una comunidad de profesores, estudiantes y trabajadores comprometida con la excelencia, la educación y el servicio, y decidida a seguir construyendo una región y un país de futuro

Un viaje por carretera de casi diez horas es lo que separa a Caracas del campus de UCAB Guayana. Una carretera de vegetación variopinta y estilos de vida que cambian tras el paso de cada pueblo y de cada estado. Puede que, para muchos, sea un viaje verdaderamente agotador, pero, la verdad, es que la recompensa vale la pena.

Al llegar, la región da la bienvenida con una vista espléndida del río Orinoco, a través de un puente que funge como el portal de una urbe que se resiste y sobrevive.

Puerto Ordaz, bordeada por ríos y lagos, es el hogar de UCAB Guayana, un campus resguardado por la naturaleza, cuyo espíritu indomable se traspasa a la identidad de quienes hacen vida en la institución.

 

La sede de Guayana de la Universidad Católica Andrés Bello inició sus actividades en el mes de mayo de 1995, con talleres de formación para los miembros de la gerencia de las empresas de la zona. Un año después, en 1996, se instalaron las actividades de postgrado y ya para 1998, específicamente el 13 de octubre, comenzaron las clases de pregrado con la Lectio Brevis dictada por el padre Luis Ugalde, para entonces rector de la casa de estudios.

En aquella época, el equipo de la universidad comenzó a consolidarse y personas como Carmen Rodríguez, cuya labor principal se asocia con los libros y la biblioteca que los refugia, unieron su crecimiento profesional con el de la institución.

«Estoy desde que no había más que 8 estanterías […] libros de la A a la H, solamente. Después nos mudamos a este edificio y todo cambió. Fuimos avanzando y creciendo año tras año, Eudis y yo siempre hemos estado aquí. La gente viene y va, pero ella y yo seguimos.”

Tal como indicó la señora Carmen, el campus de Guayana crece un poco más todos los años. Cuidando de sus jardines, su lago, sus edificios, su estatua del Andrés Bello sentado e, incluso, los patos que hacen vida en el lugar.

Un espacio donde naturaleza y conocimiento conviven, y profesionales como el profesor Oscar Murillo, director de la Escuela de Comunicación Social, se esfuerzan por ofrecer a los alumnos oportunidades de aprendizaje y experiencias que puedan llevar a su formación laboral y personal a nuevos niveles.

“Tiene sus altas y bajas, pero mi pensum me gusta. No veo nada que le falte […] y, ahora que formo parte de los beca trabajo, aprendí que son varias las actividades que puedo desarrollar aquí”, sostiene Kenmary Hurtado, estudiante del octavo semestre de Comunicación Social.

La cultura también es protagonista de las actividades de este campus. De eso se encargan el padre Roberto Salazar y Alexis Mora, líderes de la iniciativa Plaza UCAB, un ambicioso proyecto que, de acuerdo a sus creadores, busca conectar a nivel cultural a la universidad con la ciudad que la rodea.

Ellos, seguros de que es esa conexión la que permite la reconstrucción de la sociedad, han creado -junto con su equipo- una agenda diversa de actividades que involucran a jóvenes y mayores, ucabistas y externos. Claro que no están solos, cuentan con el apoyo de organizaciones como Buscadores de libros, que comparten la misión de llevar a las comunidades las bondades del conocimiento.

Normalmente, cuando se piensa en una universidad se imagina a los estudiantes que transitan en ella y a los grandes profesionales que formó. No obstante, son pocas las veces en las que la gente se detiene a pensar en cada uno de los individuos que la conforman, que trabajan todos los días para darle el prestigio y la calidad que amerita para poder considerarse orgullosamente una universidad. Son los empleados, trabajadores y profesores que integran la institución. Como una vez lo dijo el rector Francisco José Virtuoso a inicios de la pandemia: la universidad no son las instalaciones, son las personas que las habitan.

El equipo de UCAB Guayana no se rinde ante las vicisitudes. Sus miembros son un ejemplo del valor ucabista de la excelencia y la perseverancia. Acompañados de aves exóticas y vegetación indomable, construyen día tras día las bases de una nueva y mejor sociedad, llena de oportunidades, sueños y triunfos.

♦Texto: Sofía Avendaño/Fotos: Comunicaciones UCAB Guayana (vistas) y Sofía Avendaño (retratos)

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