A propósito del Día de la Tierra, la Dirección de Sustentabilidad Ambiental presentó el proyecto para preservar 12 hectáreas del bosque que forma parte de la sede de la universidad. Además, la institución se incorporó a la iniciativa «Race to Zero» de la ONU para disminuir progresivamente sus emisiones de dióxido de carbono antes de 2040
En sus casi 450 km2 Caracas tiene una serie de parques nacionales y recreacionales que avivan el paisaje urbano con una flora y fauna peculiares. Ubicada al suroeste de la ciudad, la UCAB no es la excepción, pues su campus colinda con el parque recreacional Leonardo Ruiz Pineda, pulmón vegetal del sector Montalbán II, en la parroquia La Vega. Así, en los terrenos pertenecientes a la universidad, más arriba de las canchas y de la residencia de los sacerdotes, hay casi 12 hectáreas de áreas verdes que deben ser preservadas para proteger los servicios ecosistémicos y, consecuentemente, la propia casa de estudios.
A propósito de la celebración del Día Mundial de la Tierra, que se conmemora cada 22 de abril, el rector de la UCAB, Francisco José Virtuoso SJ, recibió de la Dirección de Sustentabilidad Ambiental (DSA) el proyecto para decretar estos espacios como área conservada. La iniciativa será presentada en Consejo Universitario para su formalización.
Según explicó Joaquín Benítez, director de la DSA, las motivaciones que llevaron a preparar esta propuesta son diversas: por una parte, el compromiso social con las comunidades vecinas y la problemática que vienen denunciando sobre los usos del parque Leonardo Ruiz Pineda. Luego, por la responsabilidad de la UCAB con el cuidado de la Casa Común y, en especial, con la protección de los ecosistemas; y, además, por un interés de investigación y docencia.
En ese sentido, mencionó Benítez que con el área conservada se evitarán situaciones como la deforestación ilegal, creación de senderos no autorizados, caza ilegal de animales y generación de posibles incendios.
Así, junto con investigación, estudios y catalogación de las especies animales y vegetales que conforman el ecosistema, se conservará la biodiversidad propia de este bosque deciduo, en el que pueden encontrarse desde iguanas a pequeños mamíferos, además de varias especies de pájaros, como gavilanes; y árboles como cujíes, araguaneyes y yagrumos.
Además, en estos espacios se llevarán a cabo distintas actividades junto con las comunidades aledañas a la universidad. «En síntesis, esta área conservada ofrecerá servicios de soporte (hábitat, biodiversidad), regulación (del aire, clima, agua y riesgos naturales) y culturales», precisó el ingeniero.
El levantamiento de esta iniciativa se está haciendo con el apoyo de la organización no gubernamental EConservación Ciudadana, la cual promueve la creación de áreas conservadas en terrenos privados. «Ellos están brindando apoyo y asesoramiento en esa conjunción de temas, para adentrarnos en la problemática y vincularnos con las comunidades en lo que podamos apoyarlos».
«Por la Casa Común»
De acuerdo con lo expresado por Joaquín Benítez, la creación de un área conservada en la UCAB es una acción más de la política de sustentabilidad ambiental de la institución, la cual busca promover una universidad y una sociedad ambientalmente responsables; todo a través del desarrollo de actividades de docencia, investigación y extensión social.
Además, el proyecto se enmarca en el trabajo de la ‘Plataforma de acción Laudato Si’, red conformada por el Vaticano y una coalición internacional de organizaciones católicas. A partir del ‘Laudato Si’, encíclica del papa Francisco, se invita (bajo el lema ‘cuidado de la casa común’) a «unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral» que proteja el medioambiente y garantice el futuro del planeta.
En función de la Plataforma, afirmó Benítez, se han establecido una misión y visión particulares que se alinean con sus objetivos de desarrollo. «Esto persigue los temas que exige la plataforma: protección de la casa común, educación (clases prácticas para estudiantes de la cátedra institucional), espacio para la reflexión espiritual y empoderamiento de la comunidad, que viene siendo el trabajo con Extensión Social», subrayó.
Antes de dos décadas, la UCAB será «carbono neutral»
En 2018, la Organización de Naciones Unidas (ONU) lanzó el programa “Race to Zero”, el cual busca que diferentes entes públicos y privados se comprometan a medir y evaluar sus emisiones de dióxido de carbono y ejecuten acciones para convertirse en «carbono neutrales», es decir, lograr que sus emisiones de CO2 sean iguales o inferiores a la cantidad de gases de efecto invernadero que los ecosistemas administrados por ellos sean capaces de absorber.
Según señala su página web oficial, en el marco de esta iniciativa se desarrollan actualmente proyectos que involucran a más de 5.000 empresas, 441 grandes inversionistas y 1.039 instituciones de educación superior de 1.049 ciudades en 120 países.
Para participar, los interesados tienen que registrarse en la web del proyecto y seguir los lineamientos de acción que la ONU propone. Este 20 de abril, la UCAB se inscribió formalmente en esta propuesta contra el cambio climático.
Según Joaquín Benítez, «Race to Zero» guarda vinculación con el área conservada del campus Montalbán, pues permitirá conocer a profundidad el tipo y características de la vegetación que tiene la UCAB y el volumen que esta abarca. Una vez que se identifique, dijo, se podrá calcular de manera más precisa cuál es la capacidad que tiene la universidad para la captura de dióxido de carbono.
La meta es reducir las emisiones de CO2 para el año 2030 y ser carbono neutrales para 2040. Particularmente en la UCAB «nosotros pensamos que lo podemos lograr mucho antes», estableció Benítez.
«El Race to Zero nos compromete a tener emisiones netas cero de carbono. Esto significa que lo que tú emites se anula con lo capturado: ¿Emitiste 10 toneladas de CO2, pero capturaste 10? Entonces tienes emisiones cero. En un escenario más constructivo, calculas tu huella y estimas cuánto emitiste a través de algún mecanismo de innovación tecnológica, de modificación de procesos, de adopción de otras tecnologías. Nosotros aspiramos reducir las emisiones y capturar con lo que tenemos aquí. Con los jardines y el área conservada creemos que será suficiente», expuso el profesor e investigador.
El también director del posgrado de Ingeniería Ambiental de la UCAB explicó que en la universidad las fuentes de emisión de CO2 provienen, en mayor medida, de la movilidad (es decir, medios de transporte); en menor cantidad, siguen los equipos de enfriamiento (aire acondicionado y refrigeración) y, finalmente, los equipos de combustión fija, «despreciables por su uso prácticamente nulo«.
Por último, el director de la DSA recalcó que la UCAB comprende las exigencias del ambiente y, por ello, la institución desarrolla diferentes proyectos e iniciativas que siguen el camino del desarrollo sostenible.
«Eso se traduce en hacer los temas de sostenibilidad ambiental transversales a todas nuestras funciones: docencia, investigación y extensión social. Uno de nuestros principales aportes está en lograr que nuestros egresados manejen el lenguaje y sean ciudadanos y profesionales sostenibles. Como ciudadano de este siglo, hay cosas que tienes que saber y que tienen que estar en tu lenguaje», finalizó.
♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Manuel Sardá