La coordinadora de la Dirección de Proyección y Relaciones Comunitarias de la UCAB animó a los estudiantes a involucrarse -desde su área de formación e intereses personales- en las actividades de servicio social que mantiene la universidad en colegios y centros comunitarios de varios sectores de Caracas
La pandemia de covid-19 frenó al mundo, pero el voluntariado de la UCAB, que se remonta a la propia fundación de la universidad, en 1953, siguió trabajando. Incluso, pudo adaptarse a la virtualidad, a pesar de las dificultades del contexto, para seguir acompañando a las comunidades. Ahora, gracias a la vuelta presencial a la universidad el pasado 25 de abril, regresó de lleno al trabajo en terreno.
Eduvigis Sánchez, coordinadora general de la Dirección de Proyección y Relaciones Comunitarias, comenta que se sienten emocionados por tener de nuevo a estudiantes de todas las carreras trabajando con ellos en colegios y centros comunitarios de La Vega, Carapita y Antímano, principales sectores de influencia de la Extensión Social de la UCAB.
Con una cifra de participación que se acerca a los 200 alumnos, el trabajo en comunidades «para mitigar situaciones vulnerables» se desarrolla a través de los voluntariados de las escuelas de Letras (VOLET), Derecho (VODE), Administración y Contaduría (VAC), Economía (VEC), Ingeniería (VIN) y Psicología (Psicovoluntariado); también, a través de la Fundación Medatia (de Teatro UCAB) y el Comunimoit (que pertenece a Ciencias Sociales).
A ellos se suman más de 270 ucabistas que cursan las cátedras de compromiso social (Identidad, Liderazgo y Compromiso I y II) y los que cubren el servicio comunitario (requisito obligatorio que tienen los alumnos de los últimos semestres para graduarse). A través de ellos se atienden a miles de personas cada semestre, generando un importante impacto en la sociedad.
«Muchos se han graduado, otros estudiantes ya no están tan activos. Hemos tenido un poco de todo, pero el voluntariado sigue. Lo importante es que con muchos o pocos, el voluntariado sigue abierto, despierto, curioso y con ganas de trabajar. Y eso es hermoso» puntualizó Sánchez.
La coordinadora manifestó su complacencia por el interés que tienen los estudiantes de nuevo ingreso en incorporarse al voluntariado. Indicó que, en la feria de agrupaciones, llevada a cabo durante el 11 y 12 de mayo, se anotaron más de 150 alumnos en listas para recibir más información y, posiblemente, inscribirse. «Seguimos animando y aplaudiendo ese entusiasmo porque nos llena de vida», dijo y rescató que eso demuestra el interés de los jóvenes ucabistas por generar cambios en la sociedad.
Agregó que el Voluntariado está enfocado, actualmente, en trabajar en intervenciones puntuales y que ya se encuentran planificando proyectos de largo aliento.
Estudiantes y comunidades no están solos
La misión de la Dirección de Proyección y Relaciones Comunitarias es amplia. Sin embargo, uno de sus ejes es promover que los ucabistas se relacionen con las comunidades para que conozcan otras realidades, transmitan valores y tengan una formación profesional integral.
Pero también la comunidad se ve fortalecida por la universidad en una relación de simbiosis. Eduvigis Sánchez explicó que, detrás de cada proyecto hay un equipo que estudia las necesidades de los sectores con los que mantienen vinculación. A partir de allí y según la disponibilidad de voluntarios, se asignan actividades a los alumnos.
«Luego se acompaña, asesora y ayuda al estudiante para que finalice su experiencia con éxito. Y a la comunidad también se le abre un canal de diálogo para conocer cómo perciben el progreso de la intervención. Con ambos puntos de vista se consolida un mayor entendimiento de la situación inicial y de las nuevas iniciativas que puedan surgir durante el desarrollo del trabajo», mencionó la profesional.
Todos son bienvenidos
Eduvigis Sánchez mencionó que para participar en los programas de voluntariado no hay evaluación previa. «El que quiera ser voluntario es bienvenido. Pero no es que tocan la puerta y nos vamos. Sí preguntamos que por qué quieren hacer esto, qué los motiva, cuáles son los intereses. Nosotros vamos creando los perfiles de acuerdo a los grupos, no los vamos a lanzar a lugares muy pesados. El voluntario va relacionándose con su comunidad; va haciendo y haciéndose con ella. La apuesta también es crecer y por ello no hay un perfil de voluntario. Desde el que entra por curiosidad o rebeldía. Todos son bienvenidos. No importa por qué quieren entrar, lo importante es que hay una semillita que podemos hacer crecer», precisó.
Dijo ser consciente de la resistencia natural e incluso el miedo que, en muchas ocasiones, sienten algunos estudiantes de realizar trabajo voluntario en las comunidades. Sin embargo, explicó que al miedo se le vence enfrentándolo y que las satisfacciones y el aprendizaje al participar en estas experiencias compensan cualquier temor inicial.
«Parte del acompañamiento es ayudar a entender de dónde viene el miedo; si es por seguridad, por caminar o si es por incertidumbre. Nosotros los invitamos a que vayan y lo vivan. Además, los prejuicios, que son válidos, los podemos tratar. Vamos procesando en conjunto para que creen una nueva mirada, una con libertad para abrir caminos».
La profesora llamó a los alumnos, e incluso a los egresados, a acercarse hasta Parque Social, en la Dirección de Proyección y Relaciones Comunitarias, para inscribirse en algún programa de su interés y conocer más sobre el trabajo que realizan.
También puso a disposición el correo voluntariadoucab@gmail.com y consultar más información a través de las redes sociales @voluntariosUCAB (Twitter) y @voluntariadoucab (Instagram).
♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Manuel Sardá