A propósito del 50 aniversario de la muerte del segundo presidente de Venezuela en la era democrática y de la publicación de dos volúmenes sobre su vida y gestión como mandatario, el historiador de la UCAB reflexiona sobre la importancia de destacar los personajes y acciones civiles frente al militarismo reinante en la actualidad
Guayanés de padre francés y madre venezolana, Raúl Leoni (1905 – 1972) era el tipo de hombre al que le hubiera gustado que lo recordaran como “un civil como cualquier otro”, aun considerando su hoja de vida: primero, ministro del Trabajo, luego presidente del Congreso de la República de Venezuela y, finalmente, primer mandatario nacional entre 1964 y 1969.
Así lo afirma el historiador Tomás Straka, quien resume la gestión presidencial del dirigente adeco -durante finales de la década de los años sesenta- como una tormenta afrontada por un timonel experto y una tripulación destacada y bien seleccionada. Los cabos sueltos -que los hubo, como la Guerra Fría y el intento de invasión de Machurucuto, actos de terrorismo, atentados y escándalos de corrupción- fueron sopesados «de una forma tan prodigiosa que en el imaginario del venezolano esta es una época recordada con añoranza y sin mayores sinsabores».
Bajo estas tesis fue desarrollada la obra Raúl Leoni, democracia en la tormenta, coeditada por la UCAB, la Asociación Civil Raúl y Menca de Leoni y la Fundación Rómulo Betancourt, que presenta -en dos volúmenes- las revisiones de un grupo de expertos sobre una administración poco reconocida frente al destello de las chaparreras y las medallas en pecho militar.
La obra fue publicada a propósito del 50 aniversario del fallecimiento de Leoni y Straka, director del Instituto de Investigaciones Históricas de la universidad y coordinador del proyecto editorial, fue encargado de redactar el primer tomo: un “primer intento de biografía” del expresidente fallecido el 5 de julio de 1972. Confesando su impresión sobre lo poco que se conoce -y que él mismo desconocía- sobre la gestión de Leoni, el profesor compartió con El Ucabista qué le dejó la revisión del material y reflexionó acerca de la importancia de recordar y preservar en la memoria de los ciudadanos la vida y obra de un personaje civil y demócrata.
1964-1969: una presidencia prodigiosa
Con un discurso inaugural donde estampó los objetivos de su gobierno -entendimiento nacional, amplitud democrática y equilibrio político- Raúl Leoni comenzó en 1964 la que sería una de las presidencias más inusuales de su tiempo.
Straka comenta que al guayanés -quien contaba con 58 años para la fecha de su elección, la segunda por voto secreto, directo y universal tras el fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez- le tocó protagonizar un hecho histórico de consecuencias y dimensiones trascendentales.
“Por primera vez en la historia republicana venezolana, un presidente civil electo democráticamente recibe el poder de la mano de otro jefe de Estado civil electo democráticamente (Rómulo Betancourt). Salvo ciertos asomos de democracia, ningún venezolano ni con 100 años de vida había visto eso jamás”, dice.
Tomando en cuenta el contexto del país para los años sesenta, el individuo de número de la Academia Nacional de la Historia asegura que Leoni fue uno de los constructores de una democracia que, desde el primer momento, estuvo acosada por distintos peligros. “Al establecerse la democracia, estalló la Revolución Cubana, que enamora un porcentaje muy grande de venezolanos; esa fue una revolución que va a apostar a replicarse en Venezuela”.
Frente a una serie de hechos críticos -como insurrecciones guerrilleras de izquierda, los precios bajos del petróleo o el sistema de cuotas de venta de crudo impuesto al país por los Estados Unidos- a Straka le resulta interesante “cómo esto no fue óbice u obstáculo para que no hubiese un crecimiento económico; esto no impidió el desarrollo de obras y políticas públicas y sociales muy importantes en educación, en salud, en infraestructura, en electrificación, ni mucho menos impidió el desarrollo del país en ámbitos culturales”, que suelen ser los más recordados por la gente.
«El ex presidente Leoni fue un hombre que sorteó una tormenta; fue un hombre que tuvo que navegar, todo el tiempo, en aguas ponzoñosas. Estabilizar una democracia en ese momento, con un nivel de gestión como el que él logró liderar -con el apoyo de un equipo técnico, una institucionalidad estatal y el respaldo de un movimiento político importante- es digno de destacar. El éxito de Leoni fue liderar una sociedad que logró consolidar esa democracia, pero hacerlo en contra de todo pronóstico es un mérito muy grande».
El investigador complementa la importancia de este hito recordando que Raúl Leoni no solo logró mantenerse en el poder durante cinco años, teniendo al frente una serie de conspiraciones y conflictos que resolver, sino que al mismo tiempo pudo organizar otras elecciones exitosas, en 1968, y entregar el poder, en 1969, “a otro presidente civil electo democráticamente y de oposición, como fue Rafael Caldera”.
Dos tomos, una vida, una gestión
Estudiar y comprender un gobierno implica abordar múltiples disciplinas de estudio. Particularmente, con Raúl Leoni: Democracia en la tormenta “se logró desarrollar un estudio multidisciplicario sobre una administración venezolana, uno de los primeros textos en su tipo en el país”.
El profesor Straka desarrolló el primer tomo, en solitario: «El hombre y su tiempo (1905-1972)», un compilado biográfico del personaje, “que aun no se acerca a ser ‘la biografía’, pero sí es una primera aproximación”. El segundo volumen, «Modernizar en libertad: cinco años de administración democrática (1964-1969)», integró 10 trabajos sectoriales sobre el quinquenio presidencial de Leoni, los cuales abordaron temas como relaciones internacionales, economía, petróleo, políticas públicas, cultura y dinámicas laborales.
Los investigadores convocados para desarrollar esos estudios fueron Fernando Spiritto, Edgardo Mondolfi, Elsa Cardozo, Luis Lauriño Torrealba, Catalina Banko, Francisco Sáez, Andrés Cañizález, Anitza Freitez, Mary Martínez Torrealba y Guillermo Guzmán Mirabal.
Para el académico, fueron dos razones por las cuales asumió la coordinación de esta obra bibliográfica: primero, la idea de desarrollar material histórico sobre una gestión particularmente muy poco conocida. Y segundo, el interés por que la gente “tome conciencia de un acervo y un patrimonio que le pertenece. En el espíritu, en la cultura y en los valores venezolanos hay bastante más que caudillos, que guerras civiles y dictadores”.
«La gente ve esos años como unos años felicísimos, se recuerda un país pacífico y seguro; eso solo significa que quien manejó la tormenta fue un timonel de una marinería lo suficientemente robusta como para que los pasajeros no sintieran particularmente el golpe», afirma.
Finaliza Straka que Venezuela, como país, tiene una experiencia en el trajinar de la institucionalidad democrática, del respeto a la libertad, el respeto los derechos humanos y Raúl Leoni es una referencia fundamental.
«En última instancia, lo que esperamos que represente esta obra para el venezolano promedio es que lo haga consciente de que en el país hubo historias, hubo valores, hubo instituciones, experiencias que no se han perdido y que pueden ser muy valiosas para la construcción de un país democrático, libre y desarrollado».
Los dos volúmenes de Raúl Leoni: Democracia en la tormenta, obra coeditada por el sello abediciones de la UCAB, la Asociación Civil Raúl y Menca de Leoni y la Fundación Rómulo Betancourt, se pueden conseguir en varias librerías de Caracas, como «El Buscón» en el Centro Comercial Paseo Las Mercedes.
♦Texto: Daniel De Alba Suárez / Fotos: Manuel Sardá (retratos) y Fundación para la Cultura Urbana