El director de la Escuela de Teología comentó detalles sobre la reforma del plan de estudios que adelantan para esta licenciatura, destacó el aval internacional que tiene la titulación de la UCAB y rescató la importancia de esta disciplina, no solo para los religiosos
En junio pasado se cumplieron 20 años desde que la Facultad de Teología de la UCAB fue autorizada para ofrecer titulaciones civiles y eclesiásticas a estudiantes laicos y futuros sacerdotes venezolanos.
Tras dos décadas, este 2022 ha traído algunas novedades: la primera, el inicio de un año académico presencial para sus 150 estudiantes, después de dos de pandemia y educación a distancia; la segunda, la reforma del pénsum de la carrera, un reto de innovación -dentro del respeto de la tradición académica- para esta dependencia ubicada en el Instituto de Teología para Religiosos (ITER-Altamira).
Francisco Javier Leandro, profesor, sacerdote jesuita y director de la Escuela –afiliada a la Universidad Católica Andrés Bello y a la Universidad Pontificia Salesiana de Roma (UPS)– relató en entrevista para El Ucabista que la propuesta de cambio sustancial del plan de estudios es la primera que se hace desde 2002 y que la misma busca adaptarse a la realidad de Venezuela y a las necesidades pastorales de la Iglesia nacional.
También señaló que ofrecer una carrera de cuatro años (anteriormente se cursaba en seis) conseguirá que una cantidad sustancial de estudiantes se conviertan en licenciados en Teología.
A propósito del Plan Estratégico UCAB 20-23, hoja de ruta que guía la gestión de la universidad para los próximos años para responder anticipadamente a las necesidades académicas y sociales del mundo actual y del mañana, Leandro hizo un balance del trabajo de inserción en este proyecto de la Escuela que dirige desde 2019 (poco antes del inicio de la pandemia global por la Covid-19) y comentó los pasos que se están dando para hacer de la teología una profesión más atractiva para los jóvenes.
Dijo estar consciente, eso sí, de que esta no es “una carrera que pueda dar sustento económico fácilmente a una persona, pues en el país es muy reducido el mercado de trabajo para un teólogo, a diferencia de otros territorios”.
¿A qué retos se enfrentan los estudiantes de teología?
“El reto más importante es, en primer lugar, adquirir una base filosófica que les ayude a entender y pensar la realidad, es decir, captar elementos fundamentales de la comprensión del ser humano por medio de la antropología, de la comprensión del comportamiento humano a través de la ética, comprensión de la realidad como tal a través de la metafísica, comprensión del modo de acceder y conocer la realidad a través de la epistemología y la lógica, es decir, hay una serie de materias que te dan herramientas para comprender la realidad.
A nivel de teología, el reto es asimilar la tradición de la Iglesia, que tiene toda una historia de comprensión de la fe, y el reto es asimilar ese depósito de la fe para que, en diálogo con la realidad, el teólogo pueda dar respuestas desde la fe a retos que plantea la sociedad y que en su vida pastoral llegarán a través de preguntas de las personas”.
Existen otros, aunque pocos, lugares para estudiar teología en el país. ¿Qué es lo que puede diferenciar a los estudiantes de estas instituciones de los del ITER-UCAB?
“A nivel católico, hablando de teología católica, los profesores con acreditación para pregrado están aquí. Otras universidades tendrán uno o dos, pero no más que yo sepa, porque están aquí. Los profesores que se han formado en teología en otros institutos fuera del país, que es donde existe la formación a nivel de doctorado y de maestrías en facultades con larga trayectoria de formación, están aquí.
Yo conozco sacerdotes que dan clases en los seminarios y no tienen ninguna acreditación, pueden ser mejores que los de aquí porque, tal vez, son autodidactas, muchos son inteligentes, pero no tienen acreditación. Lo que garantiza el ITER es que los profesores de aquí tienen acreditación, todos, porque además del nivel eclesiástico, además de la carrera civil, la universidad que nos avala exige que los profesores tengan al menos la maestría para poder dar clase”.
¿Cómo espera la Escuela de Teología aplicar los ejes del Plan Estratégico UCAB 20-23 (Diversificación, conexión y consolidación de la calidad con sustentabilidad)?
“Nosotros tenemos la particularidad de que funcionamos bajo un convenio: somos parte de la UCAB, pero también somos parte de la UPS. Aquí los planes de estudios no los diseñamos nosotros, vienen de la Santa Sede, el Vaticano emite una Constitución Apostólica donde dice cómo deben ser los estudios para el sacerdocio, las materias y demás. Eso viene muy especificado.
Sin embargo, hay cosas que sí se pueden transformar y eso es justo lo que estamos queriendo hacer. La primera es innovar en cuanto a la duración de la carrera. Cuando se aprobó la carrera de teología, a nivel de pregrado debía tener mínimo cinco años, por eso incluye un bienio filosófico y un bienio teológico. Este último es de cuatro años y el filosófico, de dos. Se sumaron y se hizo una carrera de seis años, que estaba dentro de los parámetros. Los dos programas, que a nivel eclesiástico son dos carreras separadas, se unieron en una sola carrera civil. Con esta reducción de la duración de la carrera, podemos hacer algunas actualizaciones dentro del marco que la Santa Sede permite, que creo que sí son necesarias.
Hoy las carreras pueden tener cuatro años, entonces nosotros lo que queremos justamente es comenzar a movernos hacia una carrera corta, así la gente que no ha estudiado aquí la filosofía o no la ha estudiado en otra universidad, que a lo mejor viene de un seminario, o personas laicas a las que no les interesa hacer una carrera de larga duración, pueden en cuatro años obtener un título de pregrado”.
El plan estratégico de la UCAB incluye también la posibilidad de evolucionar hacia un modelo de formación mixto o multimodal. ¿Cómo esperan aplicarlo desde el ITER?
“Sí, justamente otra de las cosas en las que queremos innovar es a nivel online, es decir, aprovechar esta oportunidad. La Santa Sede nos pide a nosotros que las clases sean presenciales, pero hay un documento reciente de la Congregación para la Educación Católica en el cual se abre la posibilidad de que haya una formación remota para las personas en situación de periferia.
El mercado nuestro es muy limitado porque no cualquier joven estudiaría teología, pero a su vez es muy amplio porque Venezuela tiene muchos seminarios, algunos de ellos tienen acuerdos con otras universidades, pero muchos otros no y a estos les interesaría que sus estudios fueran reconocidos. A lo mejor no tienen profesores y los tenemos nosotros, lo único que debemos hacer es acortar la distancia, y eso se puede hacer a nivel online.
Podríamos aplicar la modalidad mixta, no totalmente virtual, eso no lo queremos porque la enseñanza nuestra no puede ser a distancia ya que implica la transmisión de una tradición vivida por quienes la difundimos. Sabemos que parte de eso se puede hacer a nivel online, porque ya lo hemos hecho por dos años y esa experiencia nos podría ayudar a aumentar nuestro mercado (para hablar en términos de mercadeo) y para prestar un servicio a distintas iglesias del país que no pueden mandar sus seminaristas a Caracas.
El seminarista no solamente es quien estudia, también tiene una función en su lugar de origen, es el futuro sacerdote de una diócesis, se tiene que socializar con los que van a ser sus compañeros, tiene que conocer la realidad a la que va a servir. Sacarlo para estudiar acá por mucho tiempo es difícil, pero en lo virtual eso se puede atender”.
¿Cómo manejan la internacionalización en la Escuela de Teología?
“Tenemos que recordar que quienes de aquí egresan como licenciados en Teología por la UCAB lo hacen con dos títulos eclesiásticos, el bacalaureato en Filosofía y el bacalaureato en Teología. Estos dos son títulos europeos, la Santa Sede participa del Convenio de Bolonia en el que se determinó que todos los títulos eclesiásticos son títulos reconocidos civilmente en Europa. El estudiante que estudia aquí tiene, por la misma carrera de teología, dos títulos europeos.
Al llegar a Europa no tiene hacer una equivalencia, ni siquiera tiene que apostillar ya que el título también es de la UPS, esta universidad forma parte del sistema de universidades europeo. El título ni siquiera indica que los estudios fueron en Venezuela, es exactamente como si hubiese estudiado en Roma”.
Formación para la fe y la transformación social
El padre Francisco Javier Leandro está convencido de la importancia de los teólogos para el mundo actual. Asegura, incluso, que los estudiosos de esta materia pueden contribuir para que la realidad social y política actual cambie, porque la teología «no supone solamente transmitir contenidos de fe, sino transmitir estos mismos contenidos pero en diálogo con la realidad».
“La fe busca que el ser humano viva en plenitud porque somos hijos de Dios, que quiere la plenitud de nuestra vida. Un elemento fundamental de la fe es la libertad. Hay muchos elementos que hacen que nuestra reflexión tenga que ver con un cambio que genere posibilidades de realización, de libertad, de vida para todos, de igualdad, de fraternidad. Nuestra acción como Escuela está encaminada hacia una transformación social”.
Por eso, no tiene duda de que la teología como disciplina tiene futuro. “Mientras el ser humano sea un ser religioso, sí lo tiene. Mientras haya gente de fe, que quiera responder a la realidad desde su fe, pues será necesario el teólogo”, aseguró.
Por eso, llamó a que los estudiantes y los profesionales procuren siempre dar respuesta desde la teología a la realidad, con base en los conocimientos y las competencias que reciben en la academia y en su experiencia parroquial, que los vuelven aptos para cumplir el rol de orientadores.
Como mensaje final, el director de la Escuela de Teología animó a los alumnos de esta y otras carreras “a vivir y a motivarse a la teología desde la perspectiva de la autonomía y la reflexión, que los lleva a tener criterio propio, ideas propias, saber decir y pensar algo que no sea lo que los demás quieren que digamos y pensemos. Como una universidad de inspiración cristiana deberíamos favorecer esos procesos”, concluyó.
Para más información sobre la Escuela de Teología ITER-UCAB está a disposición la cuenta @TeologiaUCAB en Instagram y Twitter.
♦Texto: Fabiana Contreras Álvarez/Fotos: Christian Lazo (retratos) y Manuel Sardá (instalaciones)
*Esta entrevista forma parte de una serie que Elucabista.com está publicando con los directores de las escuelas de la UCAB, para reflexionar sobre los retos de la formación profesional en la actualidad y exponer las líneas de trabajo que adelanta la universidad para mantenerse a la vanguardia en calidad académica.
Para leer las anteriores conversaciones, solo hay que hacer clic aquí: https://bit.ly/3rz6vLg