La más reciente Encuesta de Condiciones de Vida, preparada por la UCAB, muestra un decrecimiento de casi 15% de la pobreza multidimensional, aunque aumentó la brecha de ingresos que separa a los más pobres de los más ricos. El estudio revela que se sigue reduciendo la cobertura educativa: un millón y medio de niños, niñas y adolescentes permanecen fuera del sistema escolar

Menos pobres, pero más desiguales y con peor educación. La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI 2022) afirma que, por primera vez en siete años, la pobreza se redujo en el país; sin embargo, destaca el aumento de la brecha que separa a los distintos estratos sociales y advierte que continúa disminuyendo el número de estudiantes en Venezuela.

La pesquisa realizada por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (IIES-UCAB), señala que la mitad de los hogares de la República “no son pobres”, lo que supone “una reducción de casi 15 puntos porcentuales con respecto a 2021”. En síntesis, el año pasado los resultados arrojaron que 65,2% de los hogares venezolanos eran pobres y este 2022 la estadística bajó a 50,5%. El estudio de la UCAB asume el concepto de pobreza multidimensional, que no se limita a los ingresos e incluye factores sociales y de infraestructura como educación, salud, vivienda y servicios públicos.

“Regresamos a los niveles de pobreza multidimensional de 2018, producto de la recuperación económica, pero se incrementó la pobreza por razones sociales”, enfatizó el sociólogo Luis Pedro España, quien junto con la profesora Anitza Freitez, directora del IIES-UCAB, presentó este jueves 10 de noviembre el informe en la sede de la universidad, en Montalbán.

Medida por el nivel de ingresos, la encuesta apunta que en 2022 la pobreza afecta a 81,5% de la población, es decir, 8 de cada 10 venezolanos no cuentan con los recursos suficientes para adquirir la canasta básica. El año pasado ese indicador alcanzaba a 90,9%. La pobreza extrema, en la que se encuentran aquellos con ingresos insuficientes para adquirir los alimentos básicos, bajó de 68% en 2021 a 53,3% en 2022.

España aseguró que estos números son el resultado del repunte de la actividad laboral, superadas las causas de la inmovilidad del país en 2021 (crisis de la gasolina y Covid-19), y también de la eliminación de controles y liberalización de la economía. “El Ejecutivo nacional hizo lo más fácil y lo que ha debido hacer hace tiempo” señalo el sociólogo, quien, sin embargo, advirtió que “a la economía le puede ir bien, pero a las familias no. Para que ese dinamismo económico se convierta en bienestar social necesita políticas públicas. Necesitamos programas sociales muy distintos a los que tenemos actualmente”.

La ENCOVI 2022, que fue más modesta en su alcance (cerca de 2.300 hogares a nivel nacional) y en su agenda temática, abordó aspectos relacionados con la educación, la salud, la migración, el empleo, los ingresos, la desigualdad y los programas sociales.

Una brecha que se ensancha

“Venezuela es el país más desigual del mundo”, comentó España para advertir que la recuperación económica y los números positivos reflejados en la encuesta no han sido suficientes para disminuir el abismo que separa a quienes tienen más y tienen menos. Por el contrario, dijo, las diferencias se siguen ensanchando. El sociólogo explicó que para estimar la desigualdad de ingresos, la ENCOVI 2022 se basó en el coeficiente Gini, donde la variable 0 refleja la máxima igualdad y la variable 1 representa la máxima desigualdad. De acuerdo con este sondeo, el coeficiente Gini en Venezuela aumentó y se ubicó en 0,603, mientras que en 2014 se cifraba en 0,407.

“Venezuela está en el continente más desigual del Mundo y, para 2022, es el país más desigual de América. Nuestro nivel de desigualdad compara con la de Namibia, Mozambique y Angola”, señaló el investigador.

El análisis reseña que en cuanto a ingresos promedio per cápita, la diferencia entre el grupo más pobre de la sociedad venezolana y el más rico es de “70 veces”; esto es, 7,9 dólares versus 552,2 dólares. Además, “casi el 40% de los hogares con mayores ingresos están en Caracas. Y Caracas solo concentra el 16% de los hogares del país”, subrayó España en relación con la profundización de la desigualdad territorial.

 Aulas vacías, mayor exclusión

La demanda potencial para el sistema educativo –en la población de 3 a 24 años de edad- llega a 11 millones 278 mil personas. No obstante, de acuerdo con el estudio, “menos de 2 de cada 3 se declararon inscritos en un centro educativo para el periodo 2021-2022”. Entonces, la cobertura global se situó en 63%, 2 puntos porcentuales menos que en el período anterior y 10% menos que en 2014, lo que significa el peor registro de los últimos ocho años. El periodo 2019-2020 contaba con 7.696.816 estudiantes y en 2022 esa cifra descendió a 7.051.074, es decir, 190 mil estudiantes salieron del sistema escolar en solo un año.

“El retorno a la presencialidad ha ocurrido con una menor cobertura en las edades de educación inicial, primaria y media. Se estima en millón y medio el volumen de niños, niñas y adolescentes que permanecieron fuera del sistema educativo en el período 2021-2022”, apuntó Freitez, quien resaltó otro hallazgo: Casi la mitad de la población de 3 a 5 años permanece excluida de los beneficios de la educación inicial. Esa exclusión se concentra entre los más pobres porque la oferta pública es limitada y la privada es costosa”.

Al profundizar sobre el fenómeno de la desescolarización entre adolescentes y jóvenes, la geógrafa indicó que “en cada ENCOVI se reitera que la razón principal que lleva a los y las adolescentes a dejar los estudios no es el factor económico, sino más bien la poca pertinencia de la oferta educativa. Los jóvenes están demandando una oferta educativa diferente”.

El rezago escolar (el cual expresa el desfase entre la edad del estudiante y la edad que corresponde normativa al grado o año que está cursando) en el rango de 7 a 17 años disminuyó por la flexibilización de la promoción de grado durante la pandemia y “la desescolarización de quienes habían acumulado mayor desventaja respecto a su trayectoria educativa”, establece el estudio. En la población escolarizada de 7 a 11 años y de 12 a 17 el rezago leve (1 año) se ubica en 14% y 15%, y el severo (2 años y más) en 2% y 10%. Entre los no escolarizados de 7 a 11 años y de 12 a 17 el rezago leve perjudica a 31% y 13%, y el severo a 30% y 44%.

La Unesco señala que cuando un estudiante llega a un rezago de 2 años o  más está a las puertas de la exclusión y eso es lo que hemos visto en esta encuesta. Esos estudiantes que tenían un rezago más alto son los que quedaron desescolarizados”, explicó Freitez, quien advirtió que siguen sin verse políticas estatales para retener a los alumnos en el sistema escolar.

Color de piel y condiciones de vida

Esta es la primera oportunidad en que la ENCOVI indaga sobre la condición étnico-racial de la nación. Según la autopercepción del color de piel, 29% se considera blanco, 67% mestizo y 4% negro.

De acuerdo con el estudio, la pobreza multidimensional toca a 49,7% de los blancos, 55,9% de los mestizos y 56,1% de los ciudadanos de raza negra en el país. En la cobertura educativa según el grupo racial, son más evidentes las diferencias. Entre los 6 y 11 años de edad, blancos (91%), mestizos (95%) y negros (93%) registran números similares de inserción en el sistema, pero entre 12 y 17 años varía: blancos 79%, mestizos 81% y negros 68%. En la etapa de estudios superiores, entre 18 y 24 años, la situación empeora con blancos 25%, mestizos 21% y negros 10%.

“La diferenciación racial en el acceso a la educación parece más evidente en las edades adolescentes y jóvenes, expresándose en una desventaja mayor entre la población negra, hecho relacionado con una mayor incidencia de la pobreza”, declaró Freitez.

Planes sociales: algunos datos

La investigación cuestiona la efectividad de los planes sociales implementados por el gobierno de Nicolás Maduro. Por ejemplo, el Programa de Alimentación Escolar (PAE) recuperó el nivel exhibido en 2019-2020 con la atención a 67% (4,2 millones) de los escolarizados, versus el 19% que reportó contar con él en la edición de 2021. Sin embargo, “su funcionamiento sigue siendo deficiente, considerando focalización y frecuencia del servicio. Entre los pobres extremos más de la mitad recibe alimentación solo algunos días o casi nunca”, acotó la geógrafa.

En el caso de las bolsas de comida de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), el estudio observó que es un programa “cuasi universal” que entra en 90% de los hogares, pero “solo un 35% lo recibe mensualmente, que sería el periodo más adecuado”, comentó, por su parte, España.

El investigador destacó que el programa de transferencias monetarias -bonos- “se ha ordenado y mejorado”, aunque también falla en la focalización. “El valor del bono de los no pobres es 31% mayor que el de los pobres. La diferencia es  $10  vs. $7”, comentó. Respecto a la cobertura de este beneficio, en 2021, 62% de la población mayor de 18 años lo recibía y en 2022 la cifra bajó a 48,4%.

Cuántos somos y cuántos se han ido: qué está pasando con los migrantes

La ENCOVI 2022 estima que la población de Venezuela ronda los 28,3 millones de personas, a consecuencia del éxodo de unas 5 millones de personas desde 2015, el incremento de las defunciones y un déficit de nacimientos.

Freitez expuso que la pirámide poblacional venezolana se asemeja a la que presentan naciones que han sufrido guerras, por la pérdida de gente joven. “Perdimos las ventajas del bono demográfico que suponía contar con el mayor volumen de población en edad de trabajar, que podía significar un factor de potenciación del desarrollo. Difícilmente vamos a recuperar la población perdida”, lamentó.

Sobre el número de migrantes, la experta en demografìa comentò que recientemente las agencias de Naciones Unidas anunciaron que “hay más de 7,1 millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela en todo el mundo”. Aunque la directora del IIES-UCAB valoró el esfuerzo realizado por los organismos internacionales para cuantificar el éxodo, aclaró que no se cuenta con los datos necesarios para confirmar que “esas estimaciones corresponden a la realidad”.

“Mi olfato de demógrafa ya empieza a tener reservas porque esa cifra no puede crecer indefinidamente”, dijo Freitez. “El tiempo transcurre a favor de los procesos de integración aún con las rigideces de las regulaciones migratorias. Estaremos viendo cierta circularidad de los movimientos”, explicó la profesora, quien precisó que esa circularidad podría ejemplificarse así: un venezolano que originalmente emigra a Chile, luego pasa a Colombia, más tarde retorna a su país natal y después vuelve a salir rumbo a Estados Unidos.

Freitez comentò que, de acuerdo con el informe, “la necesidad de buscar empleo en otro país (75%) permanece como la principal razón de emigrar, pero gana importancia la reunificación familiar”.

Respecto al estatus legal, a diferencia de otras ediciones de la encuesta, este año los familiares en Venezuela reseñaron que “2 de cada 3 migrantes tienen un estatus regular, porque han adquirido la ciudadanía de otro país (16%), cuentan con permiso de residencia permanente (22%) o un permiso temporal (27%). 12% estaría en situación irregular debido a la falta de documentos o al vencimiento de los mismos y 17% de casos donde la familia no conoce el estatus”.

Reducción de remesas

Sobre el envío de ayuda por parte de los migrantes, el estudio reveló que decreció de 59% a 49% el porcentaje de quienes hacen llegar remesas o insumos a su hogar en Venezuela. “57% de esos envíos se hacen 1 o 2 veces al mes, contribuyendo en alguna medida a la reactivación del consumo en los hogares perceptores”, apunta la encuesta, que muestra que 37% de los venezolanos migrantes redujeron la cantidad y frecuencia de envío de ayudas a sus hogares y 29% dejó de hacerlo. El año pasado estas cifras eran de 22% y 11%, respectivamente.

“En parte esto está pasando porque muchos de los migrantes se están reuniendo con sus familias en el exterior, razón por la cual tienen menos personas en Venezuela a las cuales hacer llegar algún tipo de ayuda”, comentó Anitza Freitez.

La profesora también señaló que los hallazgos de la encuesta hacen prever que no se producirá un proceso de retorno masivo de migrantes a territorio nacional, “porque no están dadas las condiciones en Venezuela para recibir de vuelta a esa oleada millonaria de ciudadanos que se establecieron en otros países. En las diferentes mediciones de ENCOVI la proporción de emigrantes retornados reportados por los hogares no supera el 6%”.

Más gente trabajando, menos inseguridad alimentaria

En el campo económico, otros hallazgos que reportó Luis Pedro España de la ENCOVI 2022 son el aumento de la Población Económicamente Activa (PEA), que pasó de 50% en 2021 a 56,2% en 2022 y el alza del empleo formal, “que crece hasta ser ya el 50% de los ocupados”. La mayoría (24,7%) está en el sector privado y poco menos (23,2%) en el público. Hace ocho años los números eran muy distintos: 35,8% en el sector público y 26,2% en el privado.

El empleo informal se redujo 7,7 puntos porcentuales, para ubicarse en 44%. Esta cifra sigue muy por encima del menor valor registrado por la encuesta en el año 2014, cuando era de 36%”, precisó el sociólogo.

Según el informe, las remuneraciones promedio en dólares al mes son las siguientes: 113,3 dólares los empleados públicos, 142,3 dólares quienes trabajan por cuenta propia y 149,8 dólares los trabajadores de la empresa privada.

El nivel de actividad económica en los hogares también está incidiendo en la profundización de las desigualdades. “En los hogares No pobres el nivel de actividad es de 71% mientras que en los hogares en pobreza extrema es sólo de 45%”, se lee en el documento, que agrega que “para que un hogar no sea pobre de ingresos necesita que al menos dos de tres de sus miembros forme parte de la fuerza de trabajo”.

El profesor España aportó como un hecho positivo la caída que registró la inseguridad alimentaria. En 2020, solo 11,8% de los hogares respondían que no estaban preocupados por quedarse sin comida, y ahora esa estadística subió a 21,9%. De nuevo, el profesor atribuyó este pequeño respiro a la liberalización de la economía, aunque alertó que “estas mejoras se estancarán si no hay políticas sociales”.

“La estrategia para reducir la desigualdad consiste en producir bienes y servicios sociales que permitan aumentar el capital humano y social de los sectores más empobrecidos. Dejados al mercado, la desigualdad seguirá presente”, recalcó.

La ENCOVI tiene como objetivo producir información relevante y actual que permita conocer las condiciones de vida de la población, dar cuenta de las disparidades socioeconómicas e identificar los principales problemas que vulneran sus derechos esenciales. Los datos de esta edición se levantaron entre julio y agosto de 2022 en un total de 2.218 hogares distribuidos a nivel nacional.

El informe completo de la ENCOVI 2022 puede ser descargado en la página https://www.proyectoENCOVI.com/ENCOVI-2022

La presentación del informe está disponible en el canal de YouTube UCABve. Para verlo, solo hay que hacer clic en https://youtu.be/-tVJIYEHdKk

♦Texto: Pedro Pablo Peñaloza/Fotos: Manuel Sardá