Tres muchachos de sectores cercanos al campus Montalbán cuentan cómo han forjado su carácter y compromiso al formar parte de las iniciativas que desarrolla la UCAB. A propósito del Día de la Juventud, confirman que el estudio y la buena voluntad son necesarios para construir una mejor Venezuela
Cada año, la Dirección de Extensión Social de la UCAB -cuyo centro de operaciones funciona en el Parque Social Padre Manuel Aguirre s.j.- lleva adelante diferentes actividades en las comunidades aledañas al campus Montalbán, entre ellas Antímano, La Vega y Caricuao. Entre 2021 y 2022, sus proyectos alcanzaron a más de 20.000 beneficiarios, muchos de ellos adolescentes y jóvenes.
El 12 de febrero se conmemora en Venezuela el Día de la Juventud. La efeméride tiene como origen la Batalla de La Victoria, librada en 1814 durante la Guerra de Independencia, cuando el general José Félix Ribas, acompañado por estudiantes universitarios y seminaristas, luchó y venció al ejército liderado por los militares españoles José Tomás Boves y Francisco Tomás Morales.
Aunque los tiempos han cambiado, y el frente de batalla es otro, el ejército de apoyo comunitario de la universidad lleva adelante una tarea fundamental para la sociedad venezolana: contribuir con la educación y formación en valores de los integrantes de las nuevas generaciones, con la convicción de que en ellos está el futuro de un país marcado por un contexto complejo.
Organización comunitaria, asesoría jurídica, educación, promoción de la salud, psicología, asesoría económica y contable y sustentabilidad ambiental son las siete áreas en las que las unidades de la Extensión Social UCAB llevan adelante actividades, de la mano de profesionales, estudiantes y voluntarios, que van a las comunidades vecinas 8 veces al día y 5 días a la semana para ejecutar sus 43 proyectos y programas.
Tres jóvenes de Antímano y La Vega que han formado parte de esas iniciativas cuentan su historia y confirman cómo obtuvieron nuevas herramientas, habilidades y consolidaron sus valores ciudadanos de la mano de ucabistas.
Un apasionado por aprender
Elián Gómez vive en Antímano, tiene 18 años de edad y desde los 12 ha participado en diferentes programas comunitarios que ofrece la universidad. Aunque no estudia en la UCAB, tiene el espíritu y entusiasmo que caracteriza a quienes forman parte de la institución. Se define como autodidacta y su pasión es aprender.
Aunque el sueño de Gómez es estudiar Comunicación Social, actualmente se forma en inglés y en temas de finanzas; además le encanta leer, hacer deporte y asistir a eventos formativos en la UCAB.
Comenzó con Fundación Medatia, luego pasó por Comunimoit –donde obtuvo una mención honorífica- y por Extensión Social con quienes, comentó, ha trabajado en la adecuación de canchas deportivas, formación de líderes comunitarios y otros proyectos con niños y adultos. Para él participar en estas actividades es muy significativo. De hecho, se refiere a ellas como parte de su tercera familia.
«Me gustó trabajar con las comunidades ya que tuvimos mucho contacto y comunicación con diferentes personas. Nos podemos unir y hacer un mundo mejor. Por ejemplo, hacer a los niños y a las personas felices; tener más esperanza porque las comunidades de hoy día se encuentran muy tristes. Hay que poner nuestro granito de arena, así sea un poquito de virtud, de esperanza para que esas personas crezcan», propuso.
El contacto de Elián Gómez con las actividades que propone Extensión Social le ha ayudado a crecer, a formarse en habilidades blandas y a contactar con otros miembros de su comunidad. Tanto así que sus vecinos y compañeros le consultan para saber cuándo habrá nuevas actividades de la UCAB en el sector donde vive.
Sobre la UCAB, Gómez resaltó que tiene valores importantes. Honestidad, respeto, solidaridad, amor, trabajar con y por el otro son algunos de los que ha aprendido durante estos años participando en iniciativas de la universidad. «Ser más empático y ayudar a otras personas. Porque si tú tienes el conocimiento, tienes que compartirlo con los demás y transmitirlo para ser útil. Además, la cuestión es entender a las personas porque hoy día hay que ser empático, muchas personas necesitan ser escuchadas y uno mismo puede impulsarlo a cambiar para bien», añadió.
Como consejo para los demás jóvenes, Gómez pidió que «hagan los que les apasiona. Hagan lo que les gusta incluso si no están en la universidad. Una nota académica no te define, pero sí que cuando sales del liceo o de la universidad ahí empiezas a crear tu vida. Quizás las cosas no se logren a la primera, pero hay que persistir, es un concepto que se debe tener siempre presente para lograr las cosas».
Los sueños sí se hacen realidad
Dangger Alviárez es ucabista. Tiene 18 años de edad y recién culminó su primer semestre de Ingeniería en Telecomunicaciones. Sin embargo, desde hace al menos cinco años tiene contacto con la universidad a través de diferentes proyectos de Extensión Social. El primer de ellos, recordó, fue gracias a su madre, quien comenzó a trabajar en la Dirección de Proyección y Relaciones Comunitarias con una propuesta para mejorar una cancha deportiva en Antímano, donde reside con su familia.
Desde entonces, ha participado en el Voluntariado de Administración y Contaduría (VAC) y cada vez que puede asiste a charlas y encuentros que propone la UCAB tanto dentro como fuera del campus. «Eso me fue enamorando del trabajo comunitario que se hace a través de Extensión. Están haciendo un gran esfuerzo porque quieren formar personas y cambiar el mundo de las personas que los rodean. La Católica habla, promete y cumple; la UCAB se esfuerza y trabaja por la comunidad y ese es uno de sus valores, compromiso social».
El estudiante ucabista se siente satisfecho de pertenecer a la casa de estudios con sede en Montalbán. También siente orgullo de que su alma mater tenga presencia en las comunidades. Alviárez citó un ejemplo:
«La Católica llevó a la ONG Compromiso Compartido, que se encarga de reconciliación, para que vecinos peleados por temas políticos o religiosos dejaran a un lado sus diferencias y trabajaran por mejorar la zona en cuanto a la paz. Extensión Social es la parte de la comunidad y están para servir al otro, para apoyar a las personas, hacer realidad sueños en comunidades».
Alviárez también mencionó que la UCAB le ha permitido desarrollar la constancia, el compromiso hacia el otro, la empatía y la noción de servicio con los demás. Espera, en un futuro próximo, formar parte de alguna agrupación estudiantil. «La UCAB es un mundo distinto. Eso que uno tanto esperaba, fue un logro entrar aquí. Yo siempre pensé que era imposible, pero ver que se solidificó mi sueño de estudiar la carrera que yo quería me hizo entender que los sueños sí se hacen realidad».
La meta: servir al otro
José Álvarez reside en La Vega con su familia. Tiene 17 años y todavía estudia bachillerato, pero pronto será técnico medio en Informática. Su relación con la UCAB comenzó cuando era más pequeño y participaba en las olimpíadas celebradas en la universidad, pero más recientemente lo hace con su liceo y en la parroquia donde ofrece clases de catequesis los domingos.
Álvarez todavía no ha decidido aún si quiere estudiar Derecho o Psicología, pero dos cosas son seguras: quiere formarse en la UCAB y su pasión es ayudar al otro. Su primer acercamiento a las leyes fue gracias a un taller sobre derechos humanos (DDHH) organizado por el padre Alfredo Infante, nuevo provincial de la Compañía de Jesús en Venezuela. Pero también ha realizado talleres sobre autocontrol y temas que tienen que ver con el aspecto psicosocial del individuo.
«Varios de nosotros tenemos el sueño de ir a la universidad, pero es la UCAB. Siempre que sale algo con La Católica queremos estar presentes para observar cómo es la metodología y las dinámicas que se viven en la universidad. A los muchachos y a mí nos ha servido mucho porque entendimos que una persona que no conoce sus derechos es vulnerable. Realmente nos ayuda porque, al ir conociendo los derechos, sabemos qué podemos ejercer y exigir. En la sociedad actual estamos hundidos en la ignorancia en lo que es democracia, leyes y valores; y con eso una serie de atropellos», dijo.
El joven expresó su anhelo para que los voluntarios y profesionales sigan asistiendo con regularidad, pues aseguró que tanto los ucabistas como la comunidad disfrutan de la interacción.
Sobre su generación, a la que aseguró le falta amor propio y le sobra soberbia, pero también le interesa hacer la diferencia para su país, le envía el siguiente mensaje: «Libros. Para sacar este país adelante falta salir de la ignorancia y es algo que le compete a mi generación y a las que vienen. Que las personas dejen esa avaricia, orgullo… Hay que leer, formarse y aprender a no quedarse con lo que dicen sino leer para descubrir mucho de ti, mucho de las otras personas y del mundo. Tenemos que saber de nuestros derechos, nuestros valores, ser empático y escuchar», concluyó.
♦Texto: Grace Lafontant León. Fotos: Manuel Sardá, Fabián Giampaoletti y Christian Lazo