Con una misa y el bautizo de un libro compilatorio de sus artículos, la comunidad ucabista recordó el primer aniversario de la muerte de quien fue su rector por más de una década. El padre Arturo Peraza reflexionó sobre la visión que ante las dificultades tuvo Virtuoso y recordó lo que hizo y lo que queda por hacer desde la universidad, entre otras cosas, que el país salga de estancamiento y vuelva a celebrar la vida

Con el objetivo de conmemorar el primer año del fallecimiento del reverendo padre Francisco José Virtuoso, S.J., la comunidad ucabista celebró —de un modo que abarcó todas las acepciones del verbo— el espíritu, memoria, legado y ejemplo de quien fue rector de la Universidad Católica Andrés Bello entre 2010 y 2022.

El rector Arturo Peraza, S.J., quien sucedió a Virtuoso en el rectorado de la UCAB, encabezó al grupo de sacerdotes que ofició la misa en la parroquia universitaria María Trono de la Sabiduría, la mañana de este viernes 20 de octubre.

No obstante el motivo de tristeza que congregó a más de un centenar de personas (autoridades, profesores, empleados y obreros), fue gozo y agradecimiento lo que marcó la reunión, en la que se bautizó un libro, editado por abediciones, titulado Francisco José Virtuoso y la crisis de la democracia en Venezuela, que recopila la etapa más prolífica del fallecido politólogo, cuando escribía en la Revista SIC del Centro Gumilla.

La presentación editorial hizo del evento una misa distinta. Luego de la comunión, el rector Arturo Peraza invitó al resto del cuerpo rectoral a bautizar la publicación, que tuvo la curaduría del periodista Andrés Cañizález.

El director de abediciones, Marcelino Bisbal, dijo que el libro, que contiene artículos de opinión y análisis desde 1987 a 2016, está disponible en la página web de la editorial para descarga gratuita.

(Descargue el libro Francisco José Virtuoso y la ctrisis de la democracia en Venezuela haciendo clic aquí)

La resurrección de Lázaro y el renacer del país

La lectura que marcó la misa fue Juan: 11, 32-45, la resurrección de Lázaro, y dio pie para la homilía del rector Peraza. Destacó que como Jesús —ante la tapia que cerraba la tumba de su amigo fallecido cuatro días antes—, los ucabistas se estremecieron un año atrás ante «el golpe» que significó la sorpresiva muerte de Virtuoso.

«No, José no se quedó detrás de la tapia, no estamos celebrando un muerto, estamos celebrando un espíritu que todavía nos sigue impulsando (…) tenemos muchísimas cosas por hacer, tenemos un país que rescatar y una historia que abrir y ojalá José, con su espíritu, nos siga ayudando a decirle a Lázaro sal de allí, porque la  vida nos invita«, dijo el rector de la UCAB.

Acompañaron a Peraza en la celebración de la misa, entre otros, los sacerdotes jesuitas y profesores de esta universidad, Jesús María Aguirre, Danny Socorro y Dizzi Perales.

«Si algo tenía José es que era amiguero y sabía aproximarse a cada persona para hacerse sentir cercano, hermano, compañero, amigo; era una persona que compartía la fiesta, la alegría, el don de la vida y de la sonrisa. No es que no era duro en su carácter, lo era, pero dentro de ese momento de exigencia, de demanda, de ponerte a trabajar, si algo sabía hacer era ser cercano. Por eso, más que perder al rector, perdimos al amigo, al compañero. Perdimos a la persona con la que uno podía intercambiar libremente en estos pasillos y en estos espacios; lo mismo que debió sentir Jesús sobre Lázaro, su amigo, su compañero», reflexionó el rector.

Peraza jugó con la imagen de la piedra que cerraba el sepulcro bíblico como símil de los problemas que Virtuoso enfrentó en su vida, desde mucho antes de ser rector de la UCAB. «Yo tendría que decir de él que, al igual que a Jesús, le tocó enfrentar tapias en la vida».

Recordó uno de los proyectos que Virtuoso concretó y sobre el que mantuvo su atención y preocupación, como fue la comunidad de Catuche, donde empezó atendiendo a sus residentes siendo diácono, ofreciendo esperanza ante la violencia, hasta que el deslave de 1999 «le mostró un camino».

«Catuche se cayó completo, la quebrada se lo llevó por delante, la gente ya no tenía casas, y sale el cura del barrio a armar un proyecto, a hacerse cercano a la gente… José encontró cómo hacer una asociación, cómo hacer un grupo, una fuerza que encierra la capacidad de transformar esa comunidad popular en una oportunidad de desarrollo urbanístico, demostrando cosas que había construido en términos teóricos la UCV. Esta semana estuvo aquí (en Montalbán) la arquitecto, Josefina Baldó, que tuvo que ver con ese diseño, gente de la universidad que, de pronto, en medio de aquel desastre encontraba una oportunidad de hacer realidad la idea de reconstruir Catuche».

Para Peraza, «mover la tapia» fue lo que hizo Francisco José Virtuoso en la UCAB, especialmente durante el difícil período en el que se juntaron el vaciamiento de las aulas por la crisis migratoria y la pandemia de covid-19, pero se innovó en la manera de mantener a la universidad operativa.

 «Es verdad que tenemos una tapia, una gigantesca por delante, da miedo destaparla, y aún así, José intentó abrir un camino porque valía la pena hacer eso. José nos enseñó a abrir caminos en medio de las dificultades, ese legado lo tiene que asumir esta universidad; claro que hay dificultades, claro que la muerte tiene una palabra, nos duele y nos estremece; pero igual que Jesús al decirle a Marta, María y los discípulos: Vamos a mover esa tapia y repetir con la fuerza de la fe: ¡Lázaro, sal de allí!, sal de la muerte, sal de la oscuridad, sal del estancamiento. Eso es lo que le tenemos que decir a nuestros jóvenes, a nuestro país, a esta realidad que tenemos».

El rector abundó en su reflexión, ya pensando más allá del campus, y dijo que hacer lo que Jesús con Lázaro, desatarle las manos y los pies, ordenarle salir de la oscuridad y el estancamiento, es lo que hay que hacer con los venezolanos.

«Volver a desatar la vida de la gente y decirle: anda, camina, habla, la vida es una oportunidad, y empecemos a descubrir que las tapias no nos van a parar, porque tenemos algo más poderoso. Esa es la misión que nos han dejado».

Recordando al hombre y guía

Al término del oficio religioso, las voces de tres cercanos colabores del rector Virtuoso fueron consultadas sobre las reflexiones que pronunció el rector Peraza respecto a la manera de ser del sacerdote fallecido.

Elizabeth Formica, directora general de Recursos Humanos de la UCAB, señaló que Virtuoso era el hombre con el que «siempre había algo por hacer» y con quien se podía pensar en algo distinto para innovar.

«Algo que siempre me impactó mucho fue que él sabía todo, desde donde estuviera sabía cuáles eran los puntos críticos. Llamaba y preguntaba: ¿Ya están en esto, trabajando con esto? Era alguien que estaba alineado con todo  el tema de ayudar a la gente, de activarla, pero la manera de ayudarla no era dando, sino enseñando y promoviendo eso de ‘actívense, vamos a seguir adelante’. Por eso para mí no queda una tarea pendiente, es una forma de ser que él sembró y esa siembra es lo que con el equipo rectoral que está ahora, con el nuevo rector, continúa. En memoria del padre Virtuoso tenemos que hacerlo y así lo quiero hacer yo, cada vez mejor».

Por su parte, el vicerrector vicerrector de Identidad, Desarrollo Estudiantil y Extensión Social, Néstor Luis Luengo, resaltó el carácter multifacético de Virtuoso.

«Las palabras del rector Peraza son un buen homenaje. En la tabla periódica humana, José tenía una combinación muy extraña: era intelectualmente sólido, tenía una orientación hacia la acción como pocos, un gerente extraordinario y aparte de eso, un corazón enorme. Era gente. Esa combinación, esos tres componentes en una sola persona, con ese nivel, con ese volumen, no es fácil de conseguir. La homilía expresa bien el sentir y la manera como se orientaba José».

Finalmente, Deborah Cordero, directora de la Fundación Andrés Bello, también aludió a las palabras que ofreció el rector Peraza y recordó la importancia de «no quedarnos en el lamento del fallecido, sino en la celebración de la vida, por todo lo que nos dejó el padre Virtuoso, por todo el esfuerzo que hizo». Comentó que son muchos los retos que dejó por delante y que hay que trabajar para cumplirlos.

«Se quiebra algo, se rompe algo, se muere algo, no nos podemos quedar estancados, seguimos adelante y ese es el camino«, concluyó.

♦Texto: Elvia Gómez/Fotos: Manuel Sardá


Lecciones del padre Francisco Virtuoso a la universidad y el país