Gracias a una alianza con la Fundación Autismo en Voz Alta, la universidad dio inicio a un programa de sensibilización y formación educativa del personal de la institución para integrar a los alumnos con TEA en espacios académicos y no académicos
Desde el mes de marzo de 2024 se está implementando en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) un programa de formación y sensibilización sobre la integración de estudiantes con trastorno del espectro autista (TEA) y otras condiciones. La iniciativa es resultado de una alianza entre la universidad y la Fundación Autismo en Voz Alta.
En conjunto con la Fundación, el equipo de la UCAB -conformado por la Coordinación del Programa de Acompañamiento Psicoeducativo a Estudiantes con Discapacidad y Otras Condiciones (PEcD), la Coordinación de Materias Comunes de la Facultad de Ingeniería y la Dirección General de Recursos Humanos- dio inicio a la fase piloto del proyecto, que incluyó un taller introductorio de sensibilización y un programa de desarrollo de conocimientos y habilidades prácticas.
Las actividades se centraron en entregar a los participantes herramientas para la comprensión e incorporación efectiva de los alumnos con TEA y otras condiciones en los espacios académicos y en las distintas áreas del campus.
Elizabeth Formica, directora general de Recursos Humanos, señaló que la colaboración entre la UCAB y Autismo en Voz Alta es producto de la necesidad de atender a una población que ya «se había detectado en los salones».
Alianza para la inclusión de los alumnos con TEA
La Fundación Autismo en Voz Alta surgió como respuesta a la necesidad de un grupo de padres y profesionales de brindar una educación inclusiva y especializada a niños y jóvenes dentro del espectro autista. Con 18 años de experiencia, la organización atiende a más de 600 familias anualmente, a través de servicios de escolaridad, terapias y diagnósticos.
En los últimos tres años, la ONG ha ampliado su alcance al incluir la preparación de docentes y facilitadores en ambientes educativos, para responder a la creciente necesidad de reconocimiento de la neurodiversidad en la sociedad.
Isabella Paul, presidenta de Autismo en Voz Alta, dijo que trabajar con la UCAB representa la oportunidad de llenar un vacío importante pues, aseguró, la sensibilización educativa suele quedarse en colegios y liceos.
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Conocer e identificar: claves para integrar
En la primera etapa del programa formativo, un grupo multidisciplinario de aproximadamente 40 participantes (que incluyó personal administrativo, docentes, coordinadores académicos, representantes estudiantiles y autoridades académicas) se unió en charlas que abordaron temas claves relacionados con el conocimiento de los estudiantes autistas y sus necesidades.
Para María Carolina Vásquez, integrante del comité organizador del área de Materias Comunes de la Facultad de Ingeniería, esta oportunidad representó un momento de aprendizaje para el profesorado, pero también para los colaboradores de distintas unidades que hacen vida en de los espacios universitarios.
«Actualmente tenemos estudiantes con condición dentro del espectro autista en todas las escuelas. Lo interesante de la formación es, en primera instancia, la sensibilización a todos los niveles sobre esta realidad en la UCAB, en especial para los profesores de los primeros semestres. En segunda instancia, pero no menos importante, que a los profesores se les complementa la ayuda que hoy día reciben del Centro de Asesoramiento y Desarrollo Humano (CADH), a través de la Coordinación del Programa de Acompañamiento a Estudiantes con Discapacidad y otras Condiciones, cuando identifican alguna situación especial con los estudiantes en sus aulas», comentó.
Paralelamente, un grupo más reducido de 20 participantes, compuesto por profesores de las materias comunes de la Facultad de Ingeniería, psicólogos del CADH y miembros de la Dirección de Recursos Humanos, participó en talleres en línea, en los que se se aproximaron de forma introductoria a los retos de la integración del alumno con autismo en los espacios universitarios.
Acciones pedagógicas desde lo humano: comprender y acoger las diferencias
En el marco del proyecto, también se activaron espacios de consolidación donde los profesores pudieron analizar sus salones desde lo humano y generar prácticas inclusivas a partir de la acción docente.
Más allá de las estrategias técnicas, el proceso brindó a los profesores un acercamiento para desarrollar una perspectiva más empática y sensible, así como para comprender, aceptar y acoger las diferencias individuales de los alumnos con autismo.
“Con experiencias reales de la propia universidad y de los retos que tienen los profesores en la atención a sus alumnos dentro del espectro autista, queríamos demostrar como las distintas herramientas que aprendieron podían ser aplicadas en el manejo de un salón inclusivo y lograr mayor potencial de estos alumnos bajo esa diversidad que existe en cada uno de ellos” señaló Isabella Paul.
Gemma Utrera, directora de Apoyo Educativo, destacó que su participación en estas sesiones le permitió sensibilizarse sobre las dificultades que pueden enfrentar los estudiantes.
También sirvió para aprender a diseñar clases más amigables y provechosas para todos los alumnos, independientemente de sus condiciones.
«El curso me ayudó como profesora para entender que ciertos cambios muy sutiles en las clases pueden ayudar a llegar a una mayor cantidad de personas. Como profesor tienes que observar qué les está ocurriendo a los estudiantes. Solamente con la observación puedes hacer mucho en este tipo de condiciones. Además, recabar toda la información que tú puedas tener de los estudiantes también te ayuda. Si les pasas una encuesta, si hablas con ellos, si ves que alguna actitud diferente todo eso hace la diferencia.», declaró.
La directora general de Recursos Humanos, Elizabeth Formica, adelantó que en los próximos meses el programa se extenderá a otras dependencias de la institución.
♦Texto: Mariana Pérez Guerra/Fotos: Fundación Autismo en Voz Alta y Mariana Pérez Guerra (retratos)
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