El espacio de 611 mts2, desarrollado con aporte financiero de Digitel, consta de cuatro máquinas para moler, procesar y convertir botellas PET en pellets, láminas y filamentos para impresoras 3D. Parte del equipamiento fue diseñado y fabricado por la Escuela de Ingeniería Industrial, con apoyo de emprendedores en mecatrónica. El área contribuirá con la gestión verde de los desechos de la universidad y servirá para formar sobre desarrollo sostenible y economía circular

Unos 30 kilogramos de plástico a la semana, es decir, poco más de 120 al mes, procedentes de botellas de tereftalato de polietileno o PET (las comunes de consumo de agua y otras bebidas), procesará y transformará la Universidad Católica Andrés Bello en su nueva Aula Abierta UCAB Recicla.

El material, recolectado en el propio campus de Montalbán, será convertido en pellets, láminas y filamentos, utilizados como materia prima en la fabricación de productos de plástico y sistemas de impresión 3D.

 

Este proyecto innovador, desarrollado por la Dirección de Sustentabilidad Ambiental, la Escuela de Ingeniería Industrial y la Dirección General de Servicios de la universidad, constituye un nuevo paso de la institución para reducir su huella de carbono, hacer más ecoamigables sus procesos operativos, contribuir con la economía circular y seguir fortaleciendo su misión de educar con visión de desarrollo sostenible. 

El laboratorio cuenta con un área de recolección y lavado de botellas, una sala de máquinas para el procesamiento y transformación del plástico, así como depósitos para el almacenamiento y manejo de desechos reutilizables.

También dispone de un salón acondicionado para formar y sensibilizar en materia de desarrollo sostenible y procesos productivos amigables con el medioambiente, además de un bulevar y el espacio para tres murales, los cuales contarán con diseños ecológicos y serán instalados próximamente.

Gracias al aporte financiero de la compañía de telecomunicaciones Digitel y tras varios meses de diseño y trabajo, el  Aula Abierta UCAB Recicla fue inaugurada oficialmente el 17 de julio de 2024 ante un nutrido grupo de asistentes.

Aula Abierta UCAB Recicla: un nuevo compromiso con el medioambiente

La apertura del espacio, ubicado en el edificio de Servicios Generales, fue encabezado por las autoridades universitarias, que estuvieron acompañadas por los directores y representantes de las unidades responsables, así como por profesores, estudiantes y empleados de la institución.

Por Digitel acudió Joanny Jorges, gerente de Comunicaciones Internas. También estuvo presente el ilustrador y artista Oscar Olivares, quien diseñó los motivos de los murales que serán instalados en el aula.

Tras bendecir el espacio, el rector Arturo Peraza, S.J. recordó que, más allá de los aspectos técnicos y científicos, el Aula Abierta UCAB Recicla representa el esfuerzo de la universidad por construir alternativas sostenibles.  Recordó iniciativas como el Techo Verde del edificio de Postgrado o la planta de tratamiento de aguas servidas de UCAB Guayana.

«Yo creo que este es un compromiso que llevamos desde hace muchísimos años. Toda la universidad ha pensado estratégicamente en cómo convertirnos en una instancia que cree en el cuidado de la Casa Común. Tal como nos planteó el Papa en el Laudato Si’, este es el modo de decirle a Dios ‘gracias’ por lo que hemos recibido, la naturaleza, y cómo lo transformamos en posibilidades viables a través de la ciencia y la acción humana. Este espacio es la muestra de que Dios quiere actuar a través de nosotros y quiere dar una voz fuerte, de transformación y cambio de esta cultura que, a veces es de desecho, por una que construye y reutiliza», afirmó el sacerdote jesuita.

El vicerrector administrativo, Gustavo García,  señaló que el aula está inscrita en las acciones del Plan Apostólico 2021-2026  de la Compañía de Jesús y el plan estratégico de la universidad. «Si no hay planeta Tierra sano, será muy difícil que definamos cualquier estrategia exitosa en materia de desarrollo, particularmente en materia educativa«, dijo.

Agradeció a Digitel por hacer viable el proyecto y señaló que la vinculación universidad-sector privado es imprescindible para el desarrollo de éstas y otras iniciativas.

«Queremos que lo que ocurra aquí sea, más que un ejemplo, un espacio de experimentación y aprendizaje; que los jóvenes y cualquier miembro de la sociedad venezolana tengan la posibilidad de ver aquí, de manera concreta, que sí es posible construir el futuro que queremos y que las brechas entre un país como el nuestro y los avances en la materia que podemos encontrar en otros países desarrollados no son tan grandes. Además, el conjunto de procesos que vinculan la tecnología con la sostenibilidad no están separados. Creo que Digitel hace una doble apuesta al futuro cuando se preocupa por el desarrollo tecnológico y el cuidado del ambiente. Estamos muy agradecidos por ello», aseveró García.

Tecnología ucabista para el siglo XXI

Con poco más de 611 metros cuadrados de superficie, el Aula UCAB Recicla consta de un área de máquinas con cuatro equipos: una trituradora de plástico, una extrusora-pelletizadora, una extrusora-embobinadora y una prensa (esta última aún por instalar).

Según explicó el director de la Escuela de Ingeniería Industrial, Joao De Gouveia, parte de la tecnología disponible es producto del ingenio y talento ucabista. La trituradora fue fabricada en China, pero a partir de las dimensiones y especificaciones técnicas establecidas por la UCAB: «Es única en el planeta», dijo De Gouveia.

Por su parte, la extrusora-pelletizadora fue diseñada y construida por Ingeniería Industrial en su Laboratorio de Manufactura Flexible, con apoyo de Giotech, un emprendimiento especializado en soluciones de automatización y mecatrónica; además, la prensa fue creada y construida completamente por la Escuela.

«Esto le da un cambio a la universidad, pues durante mucho tiempo ha estado asociada únicamente a lo social. Desde hace un tiempo se vienen incrementando los esfuerzos en todo lo que es tecnología y la de esta aula se está fabricando en nuestras instalaciones. Esto demuestra que los ingenieros y técnicos ucabistas tienen la capacidad para desarrollar máquinas del siglo XXI y, además, lo estamos haciendo para enseñar. Desde la Escuela de Ingeniería Industrial agradecemos a las autoridades universitarias por confiar en nosotros. La universidad está en el siglo XXI y tiene todas las competencias para ser del primer mundo», aseveró De Gouveia.

Por los momentos, las máquinas únicamente están en capacidad de procesar el tereftalato de polietileno (PET) con el que se fabrican las comunes botellas plásticas transparentes, «pero más adelante podrán trabajar con otros tipos de plástico», precisó el profesor.

De botellas a insumos para impresión 3D y más: así será el proceso de reciclaje

De acuerdo con los detalles ofrecidos por Joao De Gouveia, el proceso de reciclaje del Aula Abierta UCAB Recicla funciona como una línea de producción que comienza con la recolección y selección de botellas en el campus Montalbán, específicamente de las más de 30 islas ecológicas o contenedores dispuestos para este fin, así como de los otros depósitos de desechos.

Una vez recibidos, los envases se clasifican, se les remueve la etiqueta, el precinto y la tapa de poliuretano, así como el pitillo si tienen alguno en su interior. Aún sucias pasan al proceso de trituración, en el que son convertidas en hojuelas. Aunque la máquina tiene capacidad para triturar 1.000 kilos por hora, en una primera etapa transformará 3 kilos cada 60 minutos. «En la máquina se harán de 20 a 40 repeticiones por ciclo hasta alcanzar el tamaño adecuado de las hojuelas.  Esto nos permitirá producir entre 30 y 40 kilos de hojuelas sucias», dijo el director.

Las hojuelas sucias son dispuestas en tres bateas para su lavado y secado, de forma manual, durante cuatro días en promedio. Al finalizar, se habrán generado entre 24 y 30 kg de hojuelas limpias por semana. 

Una vez listas, pasan a la etapa de pelletización, es decir, son introducidas en una máquina extrusora que las convierte en pellets o filamentos de plástico, que pueden ser reutilizados como materia prima en la fabricación de distintos productos de plástico.

Explicó De Gouveia que las hojuelas se introducen en una tolva y pasan a través de un tornillo sin fin donde -gracias al calor de una serie de resistencias en el cañón- se derriten y se unen para forma filamento. La máquina es automatizada y siete pirómetros (medidores de temperatura sin contacto) se encargan de regular la temperatura de las resistencias y el agua de enfriamiento a lo largo del proceso.

Esta etapa continúa con el corte que las convierte en pellets.  Con esta máquina se espera producir medio kilo cada hora, es decir, de 12 a 15 kilos por semana.

«Este producto es vendible por sacos a quienes lo quieran reutilizar en la fabricación de distintos productos plásticos, pero apostamos por más, por la reutilización y la sustentabilidad. El fin que deseamos para este laboratorio, para la UCAB, es que se convierta en un transformador de plástico. Recibiremos botellitas y las transformaremos en lo que queramos«, señaló el ingeniero industrial.

Aunque los pellets son versátiles y la UCAB espera comercializarlos, la apuesta de la universidad va más allá.  Por eso, en la cuarta fase, parte de los pellets obtenidos pasan por la extrusora-embobinadora, donde se transforman en rollos de filamentos para la impresión 3D.

Con un kilogramo de pellets se podrán producir, a la semana, entre ocho y 10 rollos de plástico (de 300 metros de largo y 1.75 milímetros de grosor), ya que la capacidad de la máquina es de un rollo de impresión 3D cada 3 horas. Estos servirán como insumo para las impresoras del Laboratorio de Prototipismo e Impresión 3D, donde se fabrican productos tridimensionales de distinto tipo.

«Nuestro laboratorio será autosustentable, dejaremos en futuro cercano de comprar material típico de impresión 3D, PLA, y le diremos a los estudiantes que traigan botellas para su transformación en el laboratorio», comentó De Gouveia.

Otra posibilidad futura que tendrá el Aula Abierta UCAB Recicla será la fabricación de láminas o tablas de plástico (de 1×1 metro). Para ello estará disponible una prensa, máquina en la que las hojuelas serán comprimidas y sometidas a calor hasta formar una tabla compacta, que «podrá ser utilizada como sustituto de la madera empleada en la universidad para pupitres y mesas, por ejemplo. También se podrán fabricar otros elementos de plástico útiles para procesos industriales diversos», agregó el profesor.

Reducir, reciclar y reutilizar: por un campus verde

Para el director de Sustentabilidad Ambiental (DSA) de la universidad, Joaquín Benítez, la inauguración del aula de reciclaje de plástico se enmarca en la política ambiental de la universidad, la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y  el compromiso de la institución con Race to Zero, iniciativa mundial que busca involucrar a Estados,  empresas y organizaciones de todo el mundo en la reducción a cero, para el año 2050, de la emisión neta de carbono, gas de efecto invernadero.

Destacó el ingeniero agrónomo y miembro de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat, que el espacio nace en un contexto sumamente complejo, pues en Venezuela tan solo 5% de los desechos se reciclan y, según un estudio internacional, el río Tuy de Miranda es el segundo afluente latinoamericano que más plástico deposita en el mar.

Según Benítez, el aula tendrá un «impacto significativo en la mejora del manejo de los desechos sólidos de la UCAB», específicamente del plástico,  uno de los más contaminantes por su dificultad para la biodegradación. Insistió en que su procesamiento y transformación contribuirá, a pequeña escala, con la mitigación del cambio climático; también representa la oportunidad de agregarle valor al material plástico recogido en el campus, que anteriormente se entregaba a una empresa de reciclaje y ahora se transformará en casa.

«Es un modelo de economía circular importante.  Además, gracias a las máquinas y a las naves para guardar el material, la universidad tendrá un mejor control para documentar los desechos que genera, recicla y entrega», mencionó el director de la DSA.

El ingeniero recordó que la universidad es una de las más sustentables del país, según rankings internacionales como el Greenmetric de la Universidad de Indonesia, y la más comprometida con los ODS de Venezuela, según el Impact Ranking elaborado por la revista británica Times Higher Education.  Señaló que la nueva aula «puede mejorar el posicionamiento de la institución en este tipo de listados».

Educar para la sostenibilidad

Pero más allá de lo operativo, el profesor Joaquín Benítez destacó que el espacio recién abierto se suma a herramientas concretas que ya han tenido éxito, como UCAB Recicla (proyecto de recolección y reutilización de vidrio, plástico, cartón, basura tecnológica y hasta aceite comestible en el campus que se desarrolla desde hace 10 años) y el Techo Verde , que desde 2019 ha recibido la visita de más de 9.000 personas y contribuye a que la universidad siga cumpliendo su misión educativa en favor del desarrollo sustentable.

De hecho, además de la maquinaria, el aula de reciclaje cuenta con un amplio salón acondicionado para que estudiantes ucabistas (entre ellos los cursantes de la cátedra institucional Ecología, ambiente y sustentabilidad), así como miembros de las comunidades vecinas, participen en actividades pedagógicas.

«Las aulas abiertas son espacios donde ocurren cosas, desde el punto de vista ambiental, que nos parece importantes mostrar. Esto se concibió de la misma manera y con la misma filosofía que el Techo Verde: una instalación que cumple funciones ambientales y que estará disponible para su uso docente, la formación y la sensibilización. Espero que la comunidad ucabista reciba la incorporación de esta aula con entusiasmo, con alegría y ganas de colaborar e involucrarse más activamente con las iniciativas de UCAB Recicla. Esa es la aspiración», añadió Benítez.

Algo similar apuntó De Gouveia, quien señaló que el espacio será aprovechado para dar a conocer más sobre procesos productivos ecoamigables.

«Esto es un proceso productivo porque hay insumos, transformación, producción, almacenaje, venta, logística y todo eso nuestros estudiantes lo podrán ver no solo en el Laboratorio de Manufactura Flexible, sino en el Aula Abierta UCAB Recicla. Desde el punto de vista formativo, los estudiantes que pasen por este espacio se habrán preparado en todos los elementos de un proceso productivo o fabricación», dijo.

El director de la Escuela de Ingeniería Industrial recalcó que la UCAB es una universidad a la que, verdaderamente, le importa el medioambiente.

«Después del Techo Verde la universidad entendió que este es el camino. Nosotros tenemos que mostrarle al planeta que nuestros números verdes existen porque queremos cambiar las cosas. Esta visión conjunta entre Sustentabilidad Ambiental y la Escuela de Ingeniería Industrial es algo significativo. No solo somos sustentables, tenemos buenos números, sino que también lo hacemos de forma endógena. Es decir, nosotros los ucabistas construimos los elementos con los que tendremos mejores números verdes y contribuiremos con el medioambiente, a la vez que producimos y transferimos conocimiento», concluyó Joao De Gouveia.

Lo que viene: tres murales ecológicos con 100 mil tapas de botellas

Desde hace años, la inclusión de obras de arte en el campus es algo natural para la universidad. En los diferentes edificios, así como en los jardines, se puede apreciar el trabajo de destacados creadores venezolanos. El Aula Abierta UCAB Recicla no será la excepción.

Por eso, la institución contactó al artista e ilustrador Oscar Olivares, quien viene desarrollando una serie de trabajos con perfil ecológico, para que diseñe los motivos de los murales de 11, 9 y 4 metros de longitud con los que contará este nuevo espacio.

Aula Abierta UCAB Recicla

De acuerdo con el artista de 27 años de edad, las coloridas creaciones que concibió representan al ser humano, la fauna y las plantas. Dijo que el tema común es la naturaleza, con un concepto particular: el hombre como ente transformador capaz de ayudar a sanar el planeta.

Olivares afirmó haberse inspirado en los jardines y espacios del campus Montalbán de la UCAB para crear las piezas, las cuales -aseguró- constituyen un «desafío de color y forma», pues se necesitarán 100 mil tapas de botellas plásticas para hacerlas realidad, proceso en el que participarán estudiantes y miembros de la comunidad universitaria.

En septiembre, con el inicio del nuevo período académico, arrancará una campaña de recolección de los insumos; la construcción de los murales se iniciará en enero de 2025.

«Siempre digo que el impacto no es que la gente piense ‘mira lo que hico Oscar Olivares’, sino que digan ‘miren lo que hemos hecho todos en equipo con la recolección de tapas, trabajando como universidad’. La idea es que se muestre eso y que las obras sean un legado del trabajo en equipo que podemos desarrollar los seres humanos al comprometernos realmente con el medioambiente, y que los conocimientos y aprendizajes en el Aula Abierta UCAB Recicla vayan de la mano con ello», comentó el ilustrador.

Al igual que el Techo Verde, el Aula Abierta UCAB Recicla estará disponible para visitas de comunidades y particulares, con fines educativos. Los interesados deberán coordinar con la Dirección de Sustentabilidad Ambiental. Para más información, su cuenta es @UCABSustentable en X e Instagram.

♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Manuel Sardá