Los jóvenes, ella estudiante de Psicología y él recién egresado de Comunicación social, estuvieron más de un mes en la ciudad brasileña ayudando en refugios y escuelas, como parte del “Voluntariado Latinoamericano Ignaciano Universitario”, iniciativa de la AUSJAL que promueve el espíritu de servicio al otro entre los alumnos de las instituciones de educación superior jesuitas. Para ambos, la experiencia marcó sus vidas
El Magis, concepto ignaciano de «En todo amar y servir» que las instituciones jesuitas tienen como bandera, es mucho más que una idea lejana o una frase hueca; por el contrario, busca ser aplicada en el día a día por quienes hacen vida en las distintas obras confiadas a la Compañía de Jesús.
La UCAB no es la excepción y los voluntarios ucabistas son la prueba de ello. El pasado mes de agosto, Daniela Cermeño y Leonel Molina, alumna de Psicología y egresado de Comunicación Social de la sede Montalbán, estuvieron en Río de Janeiro, Brasil, para participar en el “Voluntariado Latinoamericano Ignaciano Universitario”, iniciativa de la AUSJAL que tiene como propósito el envío de estudiantes de las instituciones de la red a otros países de la región, para que lleven adelante actividades de valor comunitario, de la mano de la universidad que los recibe.
Seleccionados por su compromiso por la Dirección de Identidad y Misión, durante más de un mes los ucabistas cumplieron una serie de actividades, no solo en la Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro, institución anfritriona, sino en la Escola Padre Agostinho Castejón y la Associaçao de Comunidades de Vida Mariana (ACVM) de esa ciudad.
Molina, quien estaba culminando su etapa universitaria, pudo emplear las habilidades audiovisuales (especialmente la fotografía, la producción audiovisual y el diseño) que aprendió en Comunicación Social en los diferentes lugares en los que trabajó en Río de Janeiro.
Por su parte, Cermeño pudo poner en práctica sus conocimientos de Psicología (la joven está pronta a terminar su carga académica). Además, los dos participaron en talleres con jóvenes brasileños para trabajar cómo se vive espiritualidad.
Los jóvenes coincidieron en que la experiencia es una que no olvidarán y que les cambió la vida para mejor. Entre otros, los ucabistas debieron sobreponerse a las barreras del idioma (aunque recibieron ciertas clases de portugués básico) y tras un proceso de adaptación, consiguieron internarse y vivir plenamente el intercambio cultural con los brasileños.
A propósito del Día Internacional de los Voluntarios, que se celebra cada 5 de diciembre, acá relatan un pedazo de su historia.
Cermeño y su profunda vocación de ayudar
Daniela Cermeño está por finalizar su carrera, cursa su último semestre. Pero desde los 16 años ya sabía que su vocación era ayudar al prójimo a través de misiones, escucharlo y atenderlo en lo posible. Una vez que entró a la UCAB, y tras el período académico virtual a causa de la pandemia por covid-19, comenzó a participar en los Pazando que organiza la Dirección de Identidad y Misión. También presta sus servicios en la Unidad de Psicológia Padre Luis Azagra (UPLA), adscrita a la Dirección de Extensión Social y realizó el Programa de Liderazgo Ignaciano Universitario Latinoamericano de la AUSJAL.
La futura psicóloga trabajó con un grupo de jóvenes de la pré-vestibular (curso prepadéutico para jóvenes en condición desfavorable) dando talleres de manejo de la ansiedad y estrés ante los exámenes. También, en la pastoral de la PUC-RJ, formó parte del equipo que seleccionó ropa destinada a una venta profndos para las obras sociales de esa universidad. También participó en la entrega de alimentos a personas en situación de calle, de la mano de la AVCM.
Precisamente esta última experiencia fue la que más la marcó. «La función de la AVCM es servir a las personas en condición de calle. Específicamente para darles alimentos. Los miembros hacen recorridos en diferentes zonas de Río, donde muchos consumen drogas como el crack. Tienen un protocolo bastante específico para ello. Vimos muchas personas bajo los efectos de la sustancia, personas muy jóvenes y fue muy contrastante con la realidad de la ciudad. Sin embargo, hay mucho agradecimiento y solidaridad entre ellos», dijo.
Cermenó resaltó que la experiencia vivida en Brasil la hizo madurar, salir de su área de comodidad, y hacerla una persona más completa y comprometida con el otro. También reforzó su espiritualidad.
«Así como funciona el voluntariado de levantarse y ceder el puesto, Dios se encuentra siempre en movimiento. Importa hacer esos vínculos de conexión humana, no se trata de blanco y negro, sino de matices. Intenté aplicar en la medida de lo posible mi carrera, entender, escuchar y ver las oportunidades en ello. Sé que aprendí mucho y me obligó a salir de mi zona de confort. En la convivencia con el otro hay un gran poder. Disponernos a tener un corazón genuino y conectar es maravilloso. Esto me permitió integrar la fe y el contacto con el otro. El magis significa para mí poner mi conocimiento en contacto con la realidad y al servicio de los otros; es un amor que va mucho más allá, por un bien mayor», comentó.
La experiencia de la gratitud: el aprendizaje de Molina
Para Leonel Molina -quien estuvo un poco más de tiempo que Daniela Cermeño en Río de Janeiro- la experiencia fue en sus inicios retadora, pero gratificante, y reconoció que al princpio supuso mucha adaptación a circunstancias ajenas a su cotidianidad.
Dijo sentirse agradecido y lleno por las vivencias obtenidas «en una ciudad tan contrastada y universal», las cuales resumió como un perfecto «cierre para mi etapa universitaria». Está seguro de que podrá aplicar lo experimentado en las calles de Brasil en su trabajo como fotógrafo, videógrafo o documentalista, siempre con la visión de ayudar al otro en mente.
«El magis no se trata de ser lo mejor que eres, sino de dar lo mejor de ti. Es la excelencia, cómo desde tu realidad das lo mejor contigo mismo y con los demás. Me gustan mucho las personas, conocerlas. Me gusta mucho ver historias, cómo entre todos nos ayudamos. Creo que la fe y todo lo que mueve muchas cosas son las personas, nos necesitamos unos de otros. La frase ‘en todo amar y servir’ resuena conmigo y con esta experiencia vi su globalidad, cómo desde mis herramientas y privilegios puedo ayudar al otro amando», aseguró.
De su trabajo como voluntario en Río de Janeiro, el nóvel comunicador social se lleva amigos y la experiencia del intercambio cultural, así como la convicción de que la formación de la UCAB tiene un sello especial que hace la diferencia.
«Me llevo la globalidad de la UCAB, de la Compañía de Jesús, confirmó cómo la Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro se parece mucho a la UCAB, cómo se valora la excelencia en los estudiantes, en la educación, y eso es algo que se nota. Creo que me llevo la experiencia de gratitud y de ser consciente de muchas más cosas para enfrentar las realidades», finalizó.
Los ucabistas que deseen participar en las diferentes actividades de voluntariado que lleva adelante la UCAB pueden contactar a la Dirección de Identidad y Misión (@ucabmagis) y a Extensión Social (@extsocialucab) a través de las redes sociales o de manera presencial en el campus Montalbán.
♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: cortesía Leonel Molina, Daniela Cerdeño y Dirección de Identidad y Misión
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