La psicóloga de la UCAB Maripili Golpe sostiene que es importante trabajar el autocuidado, permitirse un tiempo para la reflexión, el encuentro con otros y -si corresponde- participar de ritos o tradiciones para reconectar con la espiritualidad. Pidió no perder de vista ciertos síntomas que podrían suponer un cuadro depresivo y requerir atención profesional

La época de diciembre tiene múltiples significados, dependiendo de la cultura de quien la vive. Sin embargo, hay rasgos comunes para todos: altas expectativas, gastos aumentados, reuniones familiares y con amigos, tiempo de ocio, tradiciones religiosas, balance de cierre de año y planteamientos ante el comienzo de otro. Para muchos se trata de una época que invita a la reflexión, pero para otros podría ser un tiempo de tristeza.

Maripili Golpe, psicóloga de orientación jungniana y asesora del Centro de Asesoramiento y Desarrollo Humano (CADH) de la UCAB, explicó para El Ucabista cómo llevar estas fechas y hacer frente a la melancolía decembrina.

Apuntó que, aunque la idiosincrasia del venezolano es alegre y de vínculos afectivos que invitan  a compartir con otros, este tiempo puede ser difícil emocionalmente.

Navidad«La Navidad no significa lo mismo para todo el mundo. Depende mucho de las creencias religiosas, sobre todo porque la religión cristiana nos propone este tiempo como uno del nacimiento de una figura importante. Pero quienes no tienen esa creencia, ese contexto cultural, ¿cómo viven estos tiempos? Además, estamos en un tiempo de incertidumbre y cambios a nivel global. Y esto trae, sobre todo, miedo, temor sobre ‘qué va a pasar’ y pone a muchos a pensar en ‘No puedo anticipar y siento que no tengo control sobre algunas cosas'», dijo.

La experta en salud mental recordó que en esta época del año suelen aumentar los cuadros de ansiedad y depresión. Dijo que esto se podría explicar desde la perspectiva de la volatilidad en la que el mundo está inmerso, así como por su rapidez, imprevisibilidad, paradojas y confusión (RUPT en inglés).

«Si partimos de ese hecho, evidentemente como seres humanos nos podemos sentir más solos, desprovistos y limitados en cuanto a la capacidad de planificación, anticipación y control», recalcó.

tristeza

Una Navidad retadora en la Venezuela actual: cuidado con la depresión

A propósito del contexto venezolano, Maripili Golpe comenzó explicando que los tiempos de incertidumbre, como los que corren hoy día en el país, pueden contribuir a que las personas estén más susceptibles a cambios de ánimo y con mayor propensión a la desesperanza, la tristeza, la apatía y emociones similares.

Factores que catalizan el malestar en diciembre son, por ejemplo, la diáspora que suma más de 7.7 millones de venezolanos que salieron del país, la crisis humanitaria compleja y las condiciones socioeconómicas individuales.

«Eso nos hace humanamente más vulnerables. La gente dice ‘el dinero no me da para lo que quiero, no estoy tan acompañado como deseo o los vínculos también están vulnerados’. Eso nos deja más expuestos y presas de la tristeza o momentos de quiebre, y si la persona no cuenta con recursos internos psicológicos está aún más vulnerable. Es muy retador para todos, aunque hay personas que toman muy bien estar solos», indicó.

La psicóloga alertó sobre la diferencia entre las manifestaciones de tristeza que pueden surgir en la temporada decembrina y la depresión, afección mental que tiene cierta sintomatología y exige atención médica.

Por eso, llamó a prestar atención a la pérdida de la concentración y atención, cambios en los patrones de sueño y apetito, disminución en la capacidad para trabajar o estudiar, abundantes sentimientos de culpa, pensamientos intrusivos, entre otros indicadores de que la persona podría estar transitando por un proceso depresivo.

«Si estoy muy movido o muy triste por este asueto es importante saber cómo cuido que la tristeza no sea tan intensa para que distorsione mi mirada, mis pensamientos y me haga ver la vida con lentes oscuros y pierda perspectiva.  Pueden haber eventos críticos que detonen la depresión, pero de algo que ya se estaba incubando. Todo esto depende de los recursos personales y del contexto individual. Hay que buscar y reconectar con las redes de soporte que tenemos y, a veces, hay que buscar ayuda profesional. Incluso, quienes tienen ciertas creencias religiosas pueden apoyarse en sus sacerdotes, los pastores o la oración», puntualizó.

El autocuidado como clave

Maripili Golpe está convencida de que, en este y otros tiempos,  el autocuidado y el reencuentro con los recursos personales internos son fundamentales para salir adelante. 

Todo parte, apuntó la experta, del autoconocimiento, una tarea que cada persona debe hacer, pese a lo complejo o desagradable que pueda resultar,  sobre todo cuando los espacios para la autoreflexión e introspección son pocos.

«No se puede hacer nada si la persona no se conoce. Y esto conlleva reconocer las vulnerabilidades externas e internas, las fortalezas internas y externas: quién soy, cuál es mi historia. Además, si en mi historia hay otras vulnerabilidades psicosociales, es importante saber de qué me valgo para cuidar de esos afectos genuinos con los que cuento», acotó.

Recurrir a las tradiciones espirituales de la época también puede ser una alternativa para lidiar con el malestar emocional. Según Golpe, los rituales son capaces de proveer contención psicológica, pero es importante verlos con una óptica apropiada para que no sean acciones vacías, sin significado o automáticas, sino que impliquen propósito.

«Tenemos que saber para qué los hacemos, qué significan para nosotros. Por ejemplo, hacer las hallacas, o la famosa celebración del Espíritu de la Navidad, puede tener montones de explicaciones, pero para una persona puede ser, sencillamente, un buen momento para encontrarse con alguien más. A través de esas pequeñas prácticas, la persona se puede reconectar con algo que le dé sentido, deseo o la motivación. Es importante reconectar con nuestros propósitos. ¿Qué es lo que me mueve o me apasiona? Son preguntas fundamentales siempre. Y si alguno de estos ritos nos ayuda a conectar con el mundo interno, pues fabuloso», sostuvo.

Por otra parte, la alimentación, el ejercicio y demás acciones cotidianas son importantes para llevar una buena salud mental. Recordó que las rutinas son favorables para preservar el equilibrio y la calma, en especial aquellas que están dentro del control de cada quien y ayudan a evitar caer en la zozobra.

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La psicóloga también aseguró que dejar por un tiempo las redes sociales puede resultar positivo, pues puede ayudar a desconectarse de emociones como la tristeza, envidia o frustración por no tener la vida o los objetos que otros sí tienen. 

Como contraparte, llamó a rescatar vínculos y retomar actividades creativas, haciendo las paces con el yo interno, la soledad y el silencio.

«Permítete aburrirte a ver qué se te ocurre hacer. De ahí sale lo creativo y lo espiritual. Pero de maneras no dogmáticas, eso es algo interno. Ahí nos fortalecemos. Es importante saber convivir con todas las cosas desagradables de la vida y ver cómo se integran. Trabajar sobre uno mismo es permanente para lograr convivir con lo que soy, asimilar mis luces y sombras, mis duelos, heridas, asimilar las pérdidas. Es reconocer que están ahí, pero no quedarse solo con esto, porque quizás es momento de rescatar una relación, una actividad creativa, como escribir sobre lo que te gustaría hacer, propósitos de año nuevo. Baila, canta, dibuja. Toda posibilidad creativa y también emocional es bienvenida. No hace falta mucho dinero, prácticas muy elaboradas, cosas más sencillas funcionan. También el silencio puede ser útil, porque nos ayuda a entender cómo nos sentimos estando solos. Sobre todo en estos tiempos de bullicios, visitas, regalos, redes sociales, puedes trabajar en definir qué es lo más importante para ti», concluyó.

♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Manuel Sardá (apertura y situacionales) y Christian Lazo (retratos)