Un incremento de las temperaturas de casi 3 grados centígrados en los próximos 75 años por las emisiones de CO2, el consumo energético de la industria de datos y los desechos generados por la producción de tecnologías emergentes marcan los desafíos ambientales del siglo XXI, de gran impacto para la población. Así lo advirtieron especialistas en un foro por los 30 años de la Maestría en Ingeniería Ambiental de la UCAB

La triple crisis ambiental planetaria y los desafíos que implica para el mundo en el siglo XXI fueron materia de reflexión en un foro realizado el pasado 12 de diciembre, en la sede de Montalbán de la UCAB, a propósito de la conmemoración del trigésimo aniversario de la Maestría en Ingeniería Ambiental de la Facultad de Ingeniería de esta casa de estudios.

En el evento participaron académicos y expertos en la materia, entre ellos el director de Sustentabilidad Ambiental de la UCAB, Joaquín Benítez, y la especialista en legislación ambiental internacional y profesora de la Maestría en Ingeniería Ambiental, Silvia Acuña. Ambos señalaron que el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la contaminación, junto con el exceso de residuos industriales (muchos de ellos asociados a la producción de tecnologías emergentes), representan las principales amenazas globales en la materia.

También coincidieron en que la urgencia por los desequilibrios ambientales impulsa las agendas de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA, por sus siglas en inglés) y de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, que este año tuvo su edición 30.

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La actividad humana y su impacto ambiental

De acuerdo con Benítez, si algo no ha variado en los últimos 30 años es la constatación de que la actividad humana sigue generando un importante impacto ambiental, lo que se traduce en situaciones que incrementan las amenazas de supervivencia en el planeta.

«La ONU identifica una crisis con cuatro grandes problemas: primero el cambio climático. Con las emisiones actuales, la temperatura para 2100 estaría aumentando entre 2,4 y 2,9 grados centígrados, cuando el Acuerdo de París establecía como máximo 2 grados. Ese incremento de la temperatura nos aproxima a umbrales desconocidos«, detalló el individuo de número de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat (ANIHVEN).

La pérdida de la biodiversidad, lo que implica el colapso de ecosistemas, especies en riesgo y seguridad alimentaria global en peligro, es el segundo gran problema ambiental que identifica la UNEA y se interrelaciona con la tercera amenaza ambiental: la contaminación y los residuos.

«El agua, el aire y los suelos están saturados de plásticos y químicos persistentes. Es un viejo problema conocido de la humanidad y del mundo industrial que no deja de ser importante», agregó Benítez.

crisis ambiental global

La degradación de tierras, la desertificación y pérdida de suelos fértiles, factores que comprometen el desarrollo socioeconómico, constituyen el cuarto gran problema ambiental mundial, interconectado con las consecuencias del consumo energético, los residuos de aparatos electrónicos, el uso de aceites en la industrias digitales, como los grandes centros de procesamiento de datos y la minería de criptomonedas, así como la contaminación de aguas por la circulación de principios activos farmacéuticos en aguas servidas.

«Todo este conjunto de elementos constituyen retos importantes porque los problemas ambientales están interconectados. A pesar de eso, el futuro no está escrito y podemos elegir entre el colapso y la resiliencia; avanzar en soluciones sostenibles para un planeta resiliente», añadió el profesor de Impacto Ambiental en la maestría.

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El trabajo multilateral contra la crisis ambiental requiere voluntad política

La efectividad de la legislación ambiental global depende de su transformación en acciones reales a escala nacional, por lo que Acuña puntualizó tres grandes estrategias para impulsar su implementación: marcos de transparencia obligatorios, financiamiento condicionado y fortalecimiento institucional.

«La voluntad política para superar los intereses económicos a corto plazo y la movilización continua de la sociedad civil son fundamentales para cerra la brecha entre compromiso y acción», señaló vía Zoom la también asesora del Ministerio de Ambiente de Uruguay.

Los obstáculos político-legales son barreras para transformar los acuerdos ambientales globales en leyes nacionales efectivas para su cumplimiento, según precisó Acuña, pues existen tensiones normativas en la implementación de los compromisos internacionales, así como presiones internas.

«La falta de coherencia entre la política exterior y la política interna, así como la influencia de grupos de presión, dificultan la armonización de los marcos legales nacionales con los objetivos ambientales globales», añadió la profesora.

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IA sostenible: una necesidad regulatoria

En la Séptima Sesión de la UNEA, que se celebró entre el 8 y el 12 de diciembre, Kenia presentó una resolución que Silvia Acuña calificó de clave, centrada en el uso seguro, responsable y sostenible de la inteligencia artificial (IA) para las personas y el planeta.

Los principios promovidos incluyen el manejo eficiente de recursos naturales en el desarrollo de la IA; la circularidad en el sistema para la reutilización y el reciclaje de materiales, así como la transparencia y claridad en el funcionamiento y el impacto ambiental de esta tecnología.

«Esto representa un paso importante hacia la regulación ambiental de la tecnología emergente, estableciendo un precedente para la gobernanza multinivel de la IA sostenible», puntualizó Acuña.

Trascender para aplicar los conocimientos ambientales

El foro por los 30 años de la Maestría en Ingeniería Ambiental de la UCAB también incluyó las intervenciones del primer director del postgrado, el académico Eduardo Buroz, así como del exdirector de la especialización, el ingeniero José Ochoa, quienes hicieron una retrospectiva de los retos ambientales del siglo XX como génesis del programa de estudios.

«El tema es de suma relevancia y merece una investigación histórica que debería remontarse a la toma de conciencia de gestión para la provisión de agua potable y la contaminación de las aguas; de la lucha antimalárica; de la conservación de cuencas; de la gestión integrada de aguas y tierras; de la conservación de faunas, de la declaración de parques y otras áreas protegidas, así como de las regulaciones a la explotación forestal y del ordenamiento urbano», enumeró Buroz.

Ochoa, individuo de número de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat, resaltó que la Maestría en Ingeniería Ambiental fue el primer postgrado de la Facultad de Ingeniería de la UCAB y el segundo en el país, luego de la Universidad de Carabobo.

«El postgrado dio pie para que se desarrollara en la Facultad de Ingeniería de la UCAB la preocupación ambiental. Fue la semilla para que la universidad sea hoy una referencia para el país», apuntó Ochoa.

Precisamente sobre sus frutos, el director de la Maestría, Edgard Mujica, apuntó que en la especialización se han graduado más de 50 profesionales.

La aplicabilidad de los conocimientos en una escala globalizada es uno de los objetivos del postgrado.

«Tenemos que ver el enfoque que tiene la UCAB para afrontar los retos y las situaciones, así como el momento actual de la Maestría y hacia dónde vamos. El profesional debe tener la capacidad de aplicar los conocimientos en Venezuela y en cualquier parte del mundo«, añadió Mujica.

En este sentido, Eduardo Buroz añadió que el futuro ambiental obliga a pensar en trascender ante nuevas ideas y nuevos problemas.

«El reto, y la razón de trascendencia, es humanizar las ciudades en las que vivimos, hacer grato el ambiente, ese espacio vital. Es mantener las áreas silvestres en las mayores condiciones prístinas posibles», sostuvo el también académico de la ANIHVEN. 

En nombre de las autoridades de la universidad, el vicerrector académico de la UCAB, José Francisco Juárez, agradeció la reunión para reflexionar sobre este tema y ratificó el compromiso estratégico de la institución con la sustentabilidad ambiental.

«La experiencia que tenemos en la universidad es muy profunda, de muchos años. Hoy están expresando, con la historia de la Maestría en Ingeniería Ambiental, la importancia estratégica que tienen estos temas para la universidad y cómo los hemos venido abordando», afirmó Juárez.

Los interesados en conocer más sobre la Maestría en Ingeniería Ambiental de la UCAB pueden hacer clic en su página informativa: https://postgrado.ucab.edu.ve/estudio/maestria-en-ingenieria-ambiental/

También pueden seguir la cuenta @PostgradoUCAB en X e Instagram.

♦Texto: Jesús Abreu Mena/Fotos: Manuel Sardá


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