Miembro fundador del Instituto de Investigaciones Históricas de la universidad, el sacerdote fue recordado durante dos días por investigadores nacionales e internacionales, que repasaron temas en los ejes en los que él centró su larga labor investigativa: los jesuitas en América y la Orinoquia

Durante dos días consecutivos, un grupo de historiadores se reunió, personal  y telemáticamente, para repasar con ponencias propias las principales líneas de investigación del padre José del Rey Fajardo, S.J. (1934-2023): la presencia y acción de la Compañía de Jesús en América desde el siglo XVII, especialmente en la Orinoquia, así como los asuntos fronterizos y cartográficos desde que fueron demarcadas las primeras posesiones del reino español en el mapa de Juan de la Cosa, del año 1500.

Los expertos fueron convocados por el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Católica Andrés Bello (IIH-UCAB), que dirige Tomas Straka,  como homenaje al sacerdote jesuita fallecido en diciembre de 2023, que fue miembro fundador del IIH, editor de la revista especializada Montalbán  e individuo de número de la Academia Venezolana de la Lengua desde 2015.

La sesión presencial se desarrolló en el Centro Cultural de la UCAB, donde el vicerrector académico, José Francisco Juárez, dio inicio a las Jornadas Internacionales de Historia Homenaje al Rvdo. Padre José del Rey Fajardo, S.J.

Juárez destacó la preocupación del padre del Rey por cultivar el intelecto y permanentemente estar investigando, labor por la cual –recalcó– se le reconoce en el mundo académico, dentro y fuera de Venezuela. También quiso destacar del sacerdote jesuita su don de gentes y su generosidad en dar consejos, aprovechando su larga experiencia de vida, ya que llegó a alcanzar los 89 años de edad.

Además de Straka, otros investigadores del IIH-UCAB tuvieron participación, como fue el caso de María Soledad Hernández Bencid, Manuel Doniz, Carlos Rodríguez Souquet y Luis Daniel Perrone.

Jornadas Historia José del Rey

Manuel Donís, Luis Perrone, Carlos Rodríguez Souquet, José Juan de Paz, Tomas Straka, Carole Leal y Gerardo Vivas Pineda

Fueron coincidentes las opiniones de los investigadores sobre la dedicación del padre del Rey a su tarea académica y el significado que para la UCAB tiene la constitución, en 1956, del Instituto de Investigaciones Históricas y la creación de su propia publicación, que editó 62 números bajo su dirección.

«El perfecto jesuita»

María Soledad Hernández debió leer la ponencia que dio apertura a la jornada del primer día, ante la imposibilidad del autor, Antonio Astorgano, de conectarse por razones médicas. Su tema fue «La catalogación de los libros de la Manzana Jesuítica de Santa Fe de Bogotá: el último y fracasado deseo del padre José del Rey».

 

La charla no sólo abordó detalles de la investigación de identificación de autores y catalogación de los libros que consultaban los jesuitas residentes en los 99 aposentos en  Bogotá, hasta la expulsión de 1767, sino que incluyó un aparte emotivo sobre la frustración que sufrió el padre del Rey por su poco manejo de la tecnología computacional, que le llevó a extraviar, dentro de su PC, todo el texto adelantado.

Asimismo, Astorgano habló de sus numerosísimos intercambios a través de los correos electrónicos y el poco interés que del Rey prestó a elaborar un registro formal y amplio de su vida, lo que declinó en sus colaboradores, entre ellos el académico Francisco Javier Pérez, quien contestó el discurso de incorporación a la Academia del padre del Rey, que tituló La República de las Letras en la Babel étnica de la Orinoquia.

Con base en su amistad personal con el homenajeado, Astorgano definió a del Rey como «el perfecto jesuita, el perfecto ignaciano, con la prudencia, espíritu de trabajo y de servicio al bien común propio del jesuita ideal, sin caer en los extremos al que llegaron algunos de sus cofrades de la llamada teología de la liberación».

Afirmó que el padre «se sentía profundamente ciudadano de Venezuela» y que siempre se negó a considerar retirarse a su tierra natal (Zaragoza, España) porque «tenía que morir en su amada Venezuela», citó Astorgano.

Sobre el apóstol de Barlovento y otros tópicos

El fraile dominico José Juan de Paz presentó una reseña biográfica de Fray José Zapico, el Apóstol de Barlovento, una historia amena sobre el sacerdote que se ocupó, entre muchas otras obras, de levantar con la comunidad la iglesia de San José de Barlovento desde que lo hicieron párroco en 1913, procedente de Asturias (España), hasta morir en 1944, enfermo por la malaria y sus esfuerzos por atender a los necesitados.

Fray José Juan de Paz afirmó que en el presente, al espíritu del padre Zapico los residentes de Barlovento, Cúpira, Tacarigua, Mamporal, El Guapo, Río Chico y alrededores «le piden más que a José Gregorio Hernández».

Su cuerpo, cuando fue exhumado para ser trasladado al osario de los dominicos, fue hallado incorrupto, dijo el ponente. Los restos están en la iglesia de San José de Barlovento, a la espera de que la Iglesia venezolana se ocupe de los trámites para su canonización.

Entretanto, el exdirector del IIH, Carlos Rodríguez Souquet, expuso el tema «La sabiduría y la locura en el púlpito de las monjas. La oratoria sagrada según Alexander Javier».

Luego, el investigador Gerardo Vivas Pineda abordó el tema fronterizo y de delimitación de territorios con el tema “Cabo de la Vela, nervio de frontera: identidad, carácter y posesión de un confín territorial”, que permitió profundizar en el perfil del padre José del Rey como estudioso de la cartografía venezolana.

Con detalles que mezclaron los mapas colombinos con Google Maps y las rutas destacadas entre los paralelos 10 y 12, Vivas Pineda argumentó el error en la delimitación vigente con Colombia por el extremo noroccidental.

Seguidamente, Manuel Donís Ríos refrescó el papel del padre José del Rey en los estudios sobre la Orinoquia venezolana y lo recordó como «el historiador por excelencia de la Compañía de Jesús en la época colonial», incluyendo el interés por la vida y obra del sacerdote José Gumilla., desde el descubrimiento del nacimiento del río Orinoco y la publicación del hallazgo en 1741.

Donís Ríos recordó que el padre José del Rey «fue un apasionado cartógrafo» y recalcó que Venezuela le debe mucho a este investigador «riguroso, constante, disciplinado y prolífico».

Las temáticas abordadas en el segundo día de las jornadas en homenaje al padre José del Rey Fajardo, que se desarrollaron de forma virtual, pueden verse haciendo clic aquí.

♦Texto: Elvia Gómez /Fotos Manuel Sardá