Además de la cooperación médica entre el Centro de Atención Nutricional Infantil de Antímano y el Centro de Salud Santa Inés, los representantes de ambas instituciones buscan ampliar las líneas de acción en las que pueden complementarse, así como sacar provecho de las redes comunitarias y los datos demográficos que han acumulado, para dar sustento a investigaciones en beneficio de la población
La Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y el Centro de Atención Nutricional Infantil Antímano (CANIA) renovaron un convenio marco, existente desde 2003, para llevar a cabo acciones conjuntas en la parroquia Antímano, en Caracas, donde ambas instituciones trabajan desde hace varias décadas y cuyas iniciativas comparten grupos demográficos y etarios.
Fundado en 1995 por iniciativa de Empresas Polar, CANIA tiene como objetivo prevenir y atender la malnutrición en niños y adolescentes, «abordándola integralmente en la población pediátrica y mujeres embarazadas, y gestionar el conocimiento en salud nutricional», según se lee su página web.
Por su parte, la UCAB, a través de su Dirección de Extensión Social, desarrolla iniciativas de articulación y transformación social en siete ejes de acción: Organización Comunitaria, Asistencia Jurídica, Educación, Promoción de la Salud, Psicología, Economía y Negocios y Sustentabilidad Ambiental.
A la firma del acuerdo asistieron, en representación de la UCAB, el rector, Arturo Peraza, S.J.; el vicerrector de Identidad, Desarrollo Estudiantil y Extensión Social, Néstor Luis Luengo; la directora general de Extensión Social, Adle Hernández; y la directora de Promoción de Extensión Social, Mercedes Morales.
Por parte de Cania hicieron acto de presencia el presidente de la Junta Directiva, Vicente Pérez Dávila; la gerente general, Carmen Elena Brito; la gerente de Gestión del Conocimiento e Información, María Gabriela Gutiérrez, y la gerente de Salud, Mariana Mariño.
Vicente Pérez Dávila celebró el encuentro y ratificó que las dos organizaciones no solo comparten accionar similar, sino también unos valores que las hacen compatibles para trabajar en equipo y prolongar un vínculo que data de 1998.
«Nos unen valores humanos, comunitarios, cristianos. Es necesariamente lo que va a caracterizar y a asegurar el éxito de esta jornada conjunta que tiene mucho tiempo. Hoy hacemos la firma de un convenio que expande y fortalece nuestra alianza, preparándonos para hacer esta serie de actividades que nos proponemos en conjunto», afirmó Pérez.
UCAB y CANIA, muchas oportunidades por desarrollar
Aunque el acuerdo no precisa las iniciativas específicas a ejecutar, sí ratifica el compromiso al trabajo en conjunto en distintas aristas, especialmente en el ámbito médico, donde el objetivo es lograr una cooperación más directa.
Por ejemplo, Cania mantiene un historial de colaboraciones con el Centro de Salud Santa Inés (CSSI-UCAB) -unidad de atención primaria adscrita a la universidad- enviando muestras para hacer pruebas de laboratorio que no pueden ser procesadas desde la institución.
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Néstor Luis Luengo señaló que, tras la dinámica con el CSSI UCAB, ahora exploran nuevas áreas de acción. «Tuvimos la oportunidad de encontrarnos hace unos tres meses. Vinimos con el equipo de Santa Inés para explorar cómo podemos profundizar esta relación. Tenemos unos valores, una visión, que se cruza, que apuesta por el desarrollo del país», destacó.
El sociólogo resaltó, además, que más allá de la naturaleza principalmente médica de esta relación, hay por detrás un esfuerzo importante de articulación con las comunidades que la UCAB y su Dirección de Extensión Social, así como Cania, han construido de a poco.
«Entendemos que el desarrollo y organización comunitaria es fundamental para poder encarar los problemas. La forma de trabajar nos identifica mucho», acotó.
Diversificar el trabajo sin cultura asistencialista
En virtud de esas fortalezas en común ajenas al ámbito médico, el padre Arturo Peraza, como rector de la universidad, tiene en mente la diversificación de las actividades que pueden llevarse a cabo en conjunto, que pueden sacar provecho del extenso trabajo de campo que hace Cania y el acceso que tiene la institución a comunidades en situación de vulnerabilidad.
El abogado y sacerdote jesuita dijo que los pacientes de Cania representan un «universo de posibilidades» compatibles con la labor de la universidad en distintos ámbitos, pues sostiene que las personas que acuden a la organización suelen tener un conjunto de necesidades integrales que son abordadas por la UCAB desde Extensión Social.
«Hay otro conjunto de servicios que eventualmente necesitamos reforzar. Estoy pensando en el Servicio Jurídico de la UCAB. Muchas personas de las que acuden a Cania tienen un conjunto de problemas, hay gente tratando de levantar su propio emprendimiento. Nosotros trabajamos esos temas. Allí hay un universo de oportunidades. Es pensar en la comunidad como un todo», argumentó.
Peraza recalcó que este horizonte debe perseguirse sin recurrir a una cultura asistencialista. En su lugar, las instituciones dedicadas al trabajo social deben «fortalecer a la comunidad para que puedan encontrar sus propias soluciones».
En el abanico de estrategias a aplicar para conseguir tales soluciones, la investigación puede tener una función clave. La gerente general de Cania, Carmen Elena Brito, dijo que la cantidad de personas atendidas en sus instalaciones ofrece información muy valiosa que debe ser aprovechada.
«Para nosotros la investigación es un área muy importante que hemos tratado de fortalecer. Toda esa data que recogemos de 5.000 pacientes al año, podemos utilizarla para investigaciones como una manera de aportar conocimientos», sostuvo.
A esta cifra se suman más de 100.000 atenciones anuales registradas por el Centro de Salud Santa Inés, lo que representa una vasta cantidad de datos que ya están siendo utilizados para investigaciones en la universidad.
Tras la firma del acuerdo, se llevó a cabo un recorrido por las instalaciones de Cania, en el cual el personal de la institución explicó a las autoridades universitarias el funcionamiento de cada departamento y el uso que se le da a las instalaciones.
♦Texto y fotos: Brian Contreras