Cinco años separan a la universidad del objetivo de reducir a la mitad sus emisiones de CO2 en el campus Montalbán, calculadas en más de 4.200 toneladas de dióxido de carbono equivalente. Rumbo a la meta, acordada a través de la iniciativa «Race to Zero» de Naciones Unidas, la institución ampliará los mecanismos de gestión y reciclaje de desechos, seguirá trabajando en el uso eficiente de energía y actualizará sus estrategias de educación y sensibilización ecológica
Un nuevo período académico comienza y con ello el reforzamiento de las políticas ecológicas que la UCAB lleva adelante. La Dirección de Sustentabilidad Ambiental (DSA), conducida por el ingeniero Joaquín Benítez, sigue firme con su objetivo de que la universidad reduzca a la mitad sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para el año 2030 y que no tenga huella de carbono para el 2040, compromiso adquirido a traves de la iniciativa «Race to Zero» (Carrera hacia cero) de las Naciones Unidas.
En 2022, la UCAB se inscribió en este programa mundial. Y a la fecha es una de las 1.244 instituciones educativas de todo el planeta -y una de las cinco de Venezuela- involucradas en la campaña.
Además, es la única entre sus pares del país entre las 577 «comprometidas» con un plan concreto de reducción de las emisiones de los GEI, responsables del aumento de las temperaturas en el planeta y la consecuente emergencia climática global.
«Una institución comprometida tiene establecido un plan de acción y una fecha límite para cumplir la meta. Además, debe hacer reportes anuales. Estamos próximos a cumplir nuestro llamado«, comentó Jennifer Santaella, ingeniero ambiental y analista de la DSA.
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Acciones ucabistas para reducir los gases de efecto invernadero
Según cálculos presentados por la Dirección de Sustentabilidad Ambiental en el informe 2024 sobre los avances de la UCAB en su plan Race to Zero, durante el año académico 2023-2024 la universidad generó, en su campus Montalbán, poco más de 4.200 toneladas de dióxido de carbono equivalente (4.297,56 ton CO2 eq), es decir, unos 547,11 Kg CO2 eq por estudiante.
Para la totalización, los especialistas tomaron en cuenta el consumo de la energía eléctrica de las instalaciones, los esfuerzos de aclimatación de espacios y los sistemas de transporte o movilidad.
Entre las iniciativas detalladas en el reporte para contrarrestar estas cifras se incluye la conservación de un área de vegetación de 12 hectáreas, un jardín central con más de 20 especies vegetales y otras áreas verdes que alcanzan 40% del campus, los cuales actúan como «sumideros de carbono, absorbiendo más carbono del que liberan, lo que contribuye a la reducción de la concentración del mismo en la atmósfera y, por ende, a la mitigación del cambio climático», según se lee en el documento, disponible en la página web de la DSA.
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También se han puesto en marcha medidas de uso eficiente de energía eléctrica. Dos de ellas en el edificio de Postgrado, donde se encuentran instalados en el Techo Verde 30 paneles fotovoltaicos «que aportan 10.312,27Kw de energía solar por año», y un aerogenerador que produce 2.774Kw de energía eólica anualmente, con lo que se iluminan dos aulas del edificio de Postgrado.
Para el Race to Zero las acciones en el ámbito del transporte también son importantes. Es por ello que se implementan diversos programas de movilidad compartida en alianza con plataformas tecnológicas como Verdi, La Wawa y Ridery o, más recientemente, la instalación de una estación de carga para vehículos eléctricos.
Adicionalmente se han ejecutado proyectos relacionados con el manejo sostenible de los desechos sólidos, como la instalación de una planta de reciclaje que procesa botellas plásticas PET del propio campus; por otra parte, se siguen emprendiendo acciones educativas entre los miembros de la comunidad ucabista y vecinos de los sectores aledaños a la sede universitaria, a la vez que se trabaja en «actualizar los programas, procedimientos y otros elementos el sistema de gestión ambiental» institucional.
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De acuerdo con el profesor Benítez, las acciones continuarán y los datos correspondientes al período 2024-2025 serán publicados en el mes de octubre.
En este sentido, la DSA espera tener en 2027 los cálculos que reflejen lo conseguido hasta ese momento y lo que falta por hacer. «Con lo obtenido podremos ratificar nuestra meta de 2040 o incluso -si fuese posible- alcanzarla antes», aseguró.
«Nuestro compromiso se refuerza cada año. Ahora nos corresponde medir la huella de este año. Entre otras cosas, nos compete resguardar (que permanezcan en calidad y cantidad) los espacios que sirven como sumideros de carbono. Hay un incremento de árboles en el campus, estamos atentos a la sustitución de árboles que se hayan secado, por ejemplo, y buscamos expandir nuestras jornadas de siembra no solo al campus sino que queremos volver al Zoológico de Caricuao, donde en 2023 se plantaron más de 70 especies, para hacer nuevas plantaciones», expuso el director de Sustentabilidad Ambiental.
2025-2026: lo que la UCAB prepara en materia ecológica
Entre otras acciones, Joaquín Benítez adelantó que, durante el período académico 2025-2026, el Aula Abierta UCAB Recicla seguirá impulsando el reciclaje y procesamiento de plástico en el campus con nuevas técnicas, tras dos semestres en los que se han procesado casi 2 toneladas de este material y se ha aprendido sobre los tipos de plástico que se pueden tratar.
Según Benítez, en estos espacios también se recibieron 584 kilos de vidrio, 2.1 toneladas de papel y 3.5 toneladas de cartón, materiales que son entregados a empresas de reciclaje.
En este ámbito, la DSA propulsará la iniciativa «UCAB Ahorra papel». Se trata de la publicación de un manual de buenas prácticas con respecto al uso de este material en el campus. Para ello, el equipo de Benítez trabaja, en conjunto con las Escuelas y distintas unidades institucionales, para conocer cuánto papel se gasta (y en qué). A partir de esos datos se dará a conocer y se aplicará lo establecido por el manual.
Respecto a ahorro de energía eléctrica, Jennifer Santaella apuntó que actualmente se trabaja en la sustitución de luminaria por bombillos LED.
«Este proceso está completamente terminado en el edificio de Postgrado, y en todo el campus hemos sustituido cerca del 80% de los bombillos «, precisó la ingeniero.
Agregó que la universidad espera obtener la Certificación LEED para el Edificio de Postgrado. Esta es otorgada por el Consejo de Edificios Verdes de Estados Unidos y valida que las edificaciones son sostenibles, es decir, ahorran agua, electricidad, manejan adecuadamente sus desechos y, además, quienes las habitan están sensibilizados en temas ecológicos.
Reforma de la cátedra institucional y otras actualizaciones educativas
En materia educativa, el director de Sustentabilidad Ambiental informó que la cátedra institucional Ecología, Ambiente y Sustentabilidad, asignatura obligatoria para todos los alumnos de pregrado de la UCAB, se encuentra en proceso de reforma de sus contenidos, luego de diez años de su entrada en vigencia, «para brindar a los estudiantes contenido más actualizado y adaptado al contexto actual».
Aunado a lo anterior, Joaquín Benítez dio a conocer que se sumará un nuevo espacio de aprendizaje ecológico para los ucabistas. Se trata de un sendero de aproximadamente 200 metros en el área conservada de 12 hectáreas que rodea al campus Montalbán.
«Allí, profesores ucabistas podrán llevar a su clase para instruir, en campo, acerca de distintos temas como, por ejemplo, los ecosistemas del bosque seco», mencionó el ingeniero.
De cara a la planificación y gestión operativa, la Dirección de Sustentabilidad Ambiental avanzará, junto con la Dirección de Calidad y Mejora Continua, en el desarrollo de mesas de trabajo con las distintas unidades de la universidad para capacitar a los empleados en la integración de las variables climáticas en la planificación de procesos y actividades. Ya se realizaron dos talleres, dirigidos a los directores de las distintas dependencias, para incluir este tema en el sistema de gestión de calidad.
Finalmente, Benítez apuntó que las tradicionales jornadas de reciclaje y voluntariado seguirán presentes, y se seguirán impartiendo talleres formativos y de sensibilización a los vecinos de comunidades como Antímano, Carapita y La Vega, como parte de las labores de extensión social.
♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Manuel Sardá y Grace Lafontant (retratos Jennifer Santaella y Joaquín Benítez)
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