Tras la proyección de la película «La ola», el embajador alemán apuntó claves sobre la experiencia de su país en la transición de un régimen autoritario a una democracia y una nación reunificada. El director del Centro de Estudios Políticos de la UCAB, Ángel Oropeza, llamó a neutralizar, a través de la educación, las condiciones que propician las corrientes antidemocráticas

La Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), a través de la Escuela de Psicología y el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (CEPYG), celebró el Mes de Alemania 2025 con un cineforo sobre el filme alemán La ola (Die Welle, 2008).

En la actividad participaron el embajador de ese país en Venezuela, Volker Pellet, y el director del CEPYG y psicólogo social, Ángel Oropeza.

La película, basada en la novela homónima de Todd Strasser (1981), refleja los peligros de la vida en un régimen dictatorial, a partir de un experimento social realizado por un profesor, con sus alumnos adolescentes, en un instituto educativo.

La proyección, realizada el pasado 9 de octubre, fue una oportunidad para reflexionar sobre las amenazas que acechan a la democracia en el mundo, así como para conversar sobre los elementos sociales que propician el afianzamiento de corrientes políticas e ideológicas de naturaleza autoritaria y personalista.

«Alemania es uno de los países que sufrió este tipo de prácticas y situaciones. Hoy en día no estamos exentos, más bien se ha tendido a globalizar como problema, y creo que la experiencia alemana es una iluminación para poder saber cómo se vive y cómo se sale de ese proceso», comentó el rector de la UCAB, Arturo Peraza, S. J., antes de la presentación del filme. 

«No tomar la democracia por sentado»

En su intervención como presentador del evento, el director de la Escuela de Psicología UCAB, Danny Socorro, S. J., (quien agradeció al embajador Pellet el apoyo de Alemania al proyecto Psicodata) destacó cómo el mundo experimenta en la actualidad los riesgos vinculados con regímenes políticos autoritarios.

“Lo vemos con el desarrollo de los elementos como la discriminación, la exclusión, la violencia, la disciplina”, expresó Socorro a los presentes, entre quienes había profesores y estudiantes.

Por su parte, el embajador Volker Pellet indicó que la experiencia de Alemania –tras dos dictaduras– y la realidad política global de la actualidad demuestran que «el mensaje más importante es no tomar la democracia por sentado».

«Hay que luchar cada día por la democracia. Eso significa que, en muchos casos, se trata de educación porque, como lo vimos en la película, los más susceptibles de caer en la trampa son los más marginalizados, quizás los menos educados, entonces la educación es clave; eso también significa tolerancia, aceptar y honrar las diferencias, el valor de ser diferentes«, manifestó el diplomático.

 

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Oropeza, como especialista en Psicología Social, resaltó que la semilla del autoritarismo está presente en la psique humana, por lo que el reto es reforzar los mecanismos que neutralicen las condiciones que propician las corrientes antidemocráticas en el ámbito familiar, político, social y cultural.

«La base de todo esto es el respeto, el que se enseña en el hogar, en las escuelas, en la Iglesia, en las universidades; el que deben enseñar los medios de comunicación. Decía Hannah Arendt que la democracia se inventó porque teníamos que vivir juntos los que pensamos distinto. El olvidar que el otro es distinto es el comienzo que lleva a los sistemas que quieren imponer una uniformidad», apuntó Oropeza.

Visualizar un futuro de democracia

En un intercambio con los asistentes al cineforo, quienes plantearon preguntas sobre el presente y futuro político en Venezuela ante lo vivido en Alemania, el embajador Pellet recomendó a los jóvenes ucabistas trabajar por el futuro que el país merece, con optimismo y preparación.

«Estudiar, seguir buscando con optimismo el futuro que merece Venezuela; asociarse y activarse siempre de forma no violenta. Tienen que capacitarse y prepararse para el futuro que, un día, será mejor», afirmó.

Frente a las inquietudes de la audiencia acerca de las causas que aceleraron un proceso de transición política en la nación europea, lo que propició la caída del Muro de Berlín, el diplomático detalló la conjunción de factores políticos, sociales y culturales.

«Fue una combinación de causas: fracaso económico en la Alemania socialista, la suerte también en lo internacional con Gorbachov; la valentía de los alemanes, en el este, de manifestarse en masa y el apoyo de la Iglesia. Todo eso en conjunto llevó al país que tenemos hoy, 35 años después de la reunificación», puntualizó Pellet. 

El director del CEPYG añadió que, ante el devenir histórico, renunciar a la democracia en Venezuela no puede ser una alternativa.

«Si estamos preocupados porque tenemos construir democracia, la salida no es renunciar a eso, por más que el aire esté contaminado; no se trata de no respirar, sino de ver cómo respiramos. No renunciar al espíritu crítico que la universidad siempre quiere rescatar, ocupar más espacios democráticos, no abandonar los espacios. No hay recetas mágicas pero esta parte de la receta siempre tiene que estar», apuntó Oropeza.

♦Texto: Jesús Abreu Mena/Fotos: Manuel Sardá y Fabiana Contreras (retrato rector Peraza)


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