Marcelino Bisbal
Estamos conscientes de que la palabra flásh proviene del inglés y de que se trata de un anglicismo de uso innecesario en nuestra lengua. Pero el término es ya de uso común entre nosotros para significar la presencia de un “dispositivo luminoso con un destello breve e intenso”, o “el flásh es muy molesto para los ojos” por el resplandor provocado por el dispositivo flas. En el campo periodístico, nos sigue apuntando el Diccionario de la Real Academia Española ( el DRAE), se usa para dar una noticia de último minuto, de última hora. Es también un avance breve. Nosotros queremos usar el término flásh porque, como dijimos antes, su uso es ya tan frecuente, que se confunde con la palabra flas en español.
Ante una realidad que se mueve tan rápido, tan contradictoria, la capacidad de comprender y de generar respuestas siempre va más lenta que los hechos que se suceden y que son noticia. Esto ocurre en medio de la situación de profunda crisis que vive el país. En estos dos meses que llevamos del año hemos visto y padecido tantas malas noticias que una más nos hace mella.
Repasemos a continuación tan solo tres destellos, tres flashes de lo que ha sucedido en el espacio comunicacional que es el campo de la libertad de comunicar, de la libertad de expresión, del derecho a la información y comunicación, del derecho a saber y, como expresaba Manuel Caballero, el derecho a hacer patente la pasión por comprender.
Flásh 1
En el país existen varias instituciones –Espacio Público, Instituto de Prensa y Sociedad Venezuela (Ipys Venezuela) y el Programa Venezolano de Educación en Derechos Humanos (Provea) – que se han dedicado al estudio y análisis de la libertad de expresión. Son ellas organizaciones no gubernamentales que, de manera minuciosa, sistemática y acuciosa, nos han ido diagnosticando el estado de salud de la comunicación de masas en la Venezuela de estos 18 años de la revolución bolivariana. La conclusión que nos arrojan los estudios de esas organizaciones, que anualmente presentan a los venezolanos de estos tiempos, es que los hechos de violación al derecho a la libertad de expresión e información en Venezuela van creciendo en la medida en que crece la crisis política y económica.
Por ejemplo, Espacio Público nos dice que el año pasado fue el año con más casos/situaciones de violación a la libertad de expresión e información con 366 incidencias registradas. Así, el 2016 fue el tercer año con mayor cantidad de casos en 15 años de investigación (desde el 2002) siendo 2014, 2009 y 2016 los períodos con mayor número de sucesos reportados: 350, 246 y 366 hechos o situaciones respectivamente. El tipo de violación más frecuente fue el de la violencia física hacia los periodistas, reporteros gráficos, medios e infociudadanos con un total de 187 violaciones por intimidación, agresión y ataque. Esto equivale al 51%. La censura, el hostigamiento judicial, las restricciones legales y administrativas conforman la llamada violencia institucional por diversas instancias del Gobierno en funciones de Estado. Se dieron un total de 112 violaciones de este tipo, lo que representó el 31%.
Las violaciones a la libertad de comunicar ya llegó también al mundo digital. El mismo Espacio Público nos apunta que, a lo largo de todo el año 2016, se dieron 19 violaciones en el mundo del internet: 8 hackeos de cuentas personales y sitios web, 3 prohibiciones de difusión de información por redes, 4 amenazas y hostigamiento por coberturas, 2 restricciones y advertencias administrativas por uso de redes y 2 detenciones por difundir información a través del twitter. En cuanto a este tipo de violación, la organización no gubernamental Instituto de Prensa y Sociedad Venezuela, nos recuerda y nos refresca la memoria cuando hace un tiempo nos apuntó que “desde el alto gobierno se hicieron exhortos para vigilar la comunicación en internet y regular el uso de las redes sociales y de microbloggins que sirven de caudal de expresión para los ciudadanos”.
Los datos registrados confirman aquello que expresara el investigador Antonio Pasquali cuando dijo que
“Estos indicadores tienen la preciosa característica no solo de confirmar la sistematicidad de las violaciones a la libre comunicación, sino de revelarnos cuánto de democracia se nos va en cada uno de ellos”.
Flásh 2
La imagen: un Diosdado Cabello vestido con traje militar de camuflaje. Puño izquierdo en alto. Aun lado, varias estatuillas sobre el escritorio en donde destacan la de Hugo Chávez y la de Simón Bolívar. En el otro lado, una talla, de tamaño pequeño, que representa a Hugo Chávez, de cuerpo entero y con la mano izquierda en alto en señal de triunfo. Al fondo, sirviendo de telón, los ojos del ex presidente Chávez. Al frente y en primer plano, el hashtag o etiqueta: #AquiNoSeHablaMalDeChavez.
Esta descripción corresponde al programa televisivo “Con el Mazo Dando”, que se trasmite todos los miércoles por VTV, dura un poco más de dos horas en horario estelar desde las 9:00 pm hasta pasadas las 11:30 de la noche. Este programa estuvo de aniversario. “Con el mazo Dando” hace su primera aparición el 10 de febrero de 2014 con el siguiente mensaje: “Este programa es en homenaje al comandante, Hugo Chávez, homenaje a la patria. Tributo y reconocimiento al trabajo que durante años el Presidente Chávez hizo con el pueblo de Venezuela. De acompañarlo, enseñarlo y liderarlo. De ser la voz del pueblo cuando nadie quería escuchar al pueblo. Chávez se convirtió en su imagen, en su defensa”.
Tres años hablando de la revolución que nunca fue, usando un lenguaje soez y cargado de resentimiento social, las palabras que más se repiten en cada emisión: “la derecha”, “los fascistas”, “los desestabilizadores”, “los amargados”, “los conspiradores”, “la guerra económica”, “los infiltrados”, “los militantes de la derecha nacional e internacional”… Sus fuentes de información: los llamados “patriotas cooperantes”, “informantes tácticos que están por todos lados” y los “colaboradores cibernéticos”. La página web del programa justifica ese lenguaje y esas fuentes con el siguiente mensaje de motivación: “El objetivo, de ´Con el Mazo Dando´ no es solo defender la patria y la verdad, sino mostrar las marramucias de la derecha y de la guerra imperialista que arremete contra la paz y la vida de los venezolanos”.
El Instituto de Prensa y Sociedad Venezuela llevó a cabo un análisis de 30 ediciones de este espacio televisivo, transmitidas entre el 1 de enero y el 31 de agosto de 2015. Sus conclusiones fueron que en ese “lapso el Presidente del Parlamento (en ese entonces lo era) dirigió 1.539 acusaciones contra ciudadanos de diferentes sectores políticos, económicos y sociales, fundamentándose en reportes de supuestos patriotas cooperantes que fungen como delatores anónimos y cumplen funciones de vigilancia e inteligencia policial. Estas acusaciones ocurrieron a lo largo de 90 horas de programación, que representan casi 4 días de transmisión continua”.
Han sido tres años de programación, ante la cual el Presidente de la República los felicitó por la creación del programa con estas palabras: “Que sigan para adelante con perseverancia, lealtad, disciplina y amor a la patria”. Qué mas podemos decir, sobran los comentarios.
Flásh 3
Tenemos un Gobierno que, a lo largo de todo el año 2016, produjo 366 violaciones a la libertad de expresión y un Gobierno que aúpa la existencia de un programa, en la principal televisora del Estado, que debería ser de todos los venezolanos, como es “Con el Mazo Dando” … ¿Podemos esperar algo más?
Realmente sí. El 15 de febrero de este año, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) suspendió las transmisiones del canal de noticias CNN en español en todo el territorio nacional y ha empezado a coordinar con los prestadores de servicio de internet el bloqueo del site del canal. CNN quedó fuera del aire apelando a la Constitución, a la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos y otras normas que tocan el tema de lo comunicacional y sus contenidos. Se interpusieron las razones de siempre: distorsión de la realidad, incitación al odio y a la violencia, generar un clima de intolerancia, ausencia de in formación veraz y un largo etcétera. No es el primer medio que queda fuera de sintonía por orden del Ejecutivo. Primero fue RCTV; luego fueron 32 emisoras de radio y un canal de televisión regional; años después fue NTN 24 de Colombia y ahora la censura llegó hasta la señal de CNN. Según datos de IPYS Venezuela y el diario El Nacional, en el tiempo que llevamos de este proceso político, se han clausurado-afectado un total de 138 medios: 26 televisoras, 87 emisoras de radio, 2 portales web y 16 empresas de telecomunicaciones.
Todos los medios gubernamentales y los que están alineados con el poder arreciaron, a una sola voz y política comunicacional, contra CNN justificando la medida. No hubo investigación sobre lo denunciado por el canal de noticias, se asumió de entrada que lo dicho en el trabajo periodístico era una manipulación y mentira informativa. Así, Venezuela entra a la tabla de países en donde se ha censurado a CNN: en Cuba, Irán, Corea del Norte y Siria. Es que nos vamos pareciendo cada vez más a los regímenes establecidos en esos países.
Estos tres flashes, comentados de manera muy esquemática, forman parte de una larga lista de violaciones al ordenamiento jurídico establecido y, muy especialmente, a los principios de la Constitución en lo que atañe a la libertad para comunicar, a la censura y autocensura, a la pluralidad, a la información y comunicación como derecho humano… Pero el des-orden todo lo justifica tratando de impedir y silenciar el pensamiento crítico. Lo decía Umberto Eco refiriéndose a los casos de dictadura en donde la crítica está prohibida y los medios que no tratan al gobierno con guante blanco son clausurados o simplemente censurados. Y concluía afirmando que toda crítica poco amable arma la mano de un fanático. ¿No estamos acaso en manos de fanáticos?
Corolario: lo que hemos apuntado en los tres flashes es la negación de todo principio democrático.