Rafael Hernández dio sus primeros paseos por la universidad en el año 1962, cuando todavía la institución estaba en el centro de Caracas, momento en el que se inició como estudiante de Ingeniería Industrial. Se enamoró tanto de su carrera como de su universidad. Hernández hizo vida profesional en diferentes empresas, sin embargo, no rompió sus lazos con la UCAB. Bajo la influencia de sus profesores, la docencia pasó a ser una de sus pasiones. Dictó las cátedras de Control de Calidad, Formulación de Proyectos y Planes de Mantenimiento en la Escuela de Ingeniería Industrial.
Agradezco a mis maestros haberme inculcado la pasión por enseñar.
Hernández destacó en sus labores docentes y por su ardua experiencia en el campo de la ingeniería. El padre Luis Ugalde, rector de la universidad en ese momento, lo convocó para guiar ciertos proyectos y llevar la Facultad de Ingeniería.
Once años duró su gestión como decano y en ese tiempo logró instaurar la carrera de Ingeniería en Telecomunicaciones. “Gracias a un convenio que hicimos con la Universidad Politécnica de Cataluña y con el apoyo de la Universidad Central de Venezuela, la Universidad Simón Bolívar y la Universidad Nacional Experimental de las Fuerzas Armadas logramos agregar a nuestra oferta académica Ingeniería en Telecomunicaciones”, explica Hernández y añade que la UCAB pasó a ser la primera universidad en dar esa ingeniería como una carrera y no como una mención.
La creación de la Escuela Ingeniería en Informática fue otro de sus proyectos exitosos como decano. En cuanto su gestión finalizó, pasó a ser vicerrector administrativo, su último cargo en la universidad.
«En mi tiempo como vicerrector, uno de mis mayores retos fue convencer a los trabajadores de terminar con el plan de jubilación general y que este fuera opcional, según los años de servicio”, cuenta Hernández.
Otro logro como vicerrector fue la construcción del Centro Cultural Padre Carlos Guillermo Plaza y el proceso de su ampliación.
De esta institución, Hernández expresa que se lleva recuerdos, amigos, compañero, satisfacción, aprendizajes, el sentimiento de haber hecho lo correcto y más de una cana de experiencia.
No me arrepiento de haber elegido a la UCAB como proyecto de vida.
Mira a la universidad hoy día con nostalgia y espera que esta siga en pie de lucha ante los tiempos difíciles que le esperan al país. “Hay una frase del padre Pedro Pablo Barnola (segundo rector de la UCAB) que siempre recuerdo: luchar, luchar y no caer de rodillas, ese eso lo que le digo a mi universidad», añade el ucabista.
La universidad, por su parte, no pasó por alto tanta entrega y compromiso y el 27 de julio pasado le confirió la Orden Universidad Católica Andrés Bello por su entrega en los distintos cargos que desempeñó.
Katherine González