El joven de 24 años, reconocido como el primer egresado con discapacidad visual de la Escuela de Comunicación Social, ya desarrolla carrera como comentarista deportivo y quiere ayudar a personas con su misma condición a cumplir sus metas
Oriundo de Ciudad Guayana, estado Bolívar, y proveniente de un núcleo familiar conformado por una madre administradora y un padre periodista, Adrián Malagón Gil se convirtió recientemente en el primer egresado con discapacidad visual de la Escuela de Comunicación Social de la sede de la Universidad Católica Andrés Bello en Guayana.
Su infancia transcurrió entre salones, ruedas de prensa y salas de redacción, a las que asistía para hacer compañía a su padre, Rodrigo Malagón Forero, conocido periodista de Guayana y también ucabista con más de 30 años de trayectoria.
El contacto con la radio, la prensa y la lectura desde temprana edad lo llevó a decidir, cuando apenas tenía 12 años, estudiar la carrera que años más tarde se convertiría en su pasión: la Comunicación Social. Con tan solo 8 años tuvo su primera aparición en los medios, al ser el responsable de la entrega del trofeo del Torneo de Fútbol Profesional de Venezuela de 2006, disputado por los equipos Mineros de Guayana y Carabobo FC. La cobertura del evento estuvo a cargo del equipo de emisora News 105.3 F.M. y los redactores del diario Nueva Prensa Digital, para el cual hoy Adrián trabaja como colaborador.
Incluso sin haber iniciado formalmente la carrera, su afición por la radio y los deportes hizo que se desenvolviera como comentarista de la Copa Libertadores de 2015 en una emisora local. Ese mismo año ingresó a la UCAB para obtener -6 años después, el 12 de noviembre de 2021- el título de Licenciado en Comunicación Social, en las concentraciones Periodismo y Comunicaciones Integradas de Mercadeo.
Desde 2020 Adrián se encuentra radicado en Chile, pero se mantiene muy conectado con Venezuela. Gracias a las posibilidades que brinda la virtualidad, ha saltado los muros de la distancia y trabaja como locutor y productor radial de un segmento deportivo en la estación Festiva 99.9 FM, de Puerto Ordaz, y lleva dos programas en la emisora digital colombiana Antena 5. Asimismo, escribe para La Vida de Nos (organización dedicada a fomentar la memoria y la identidad venezolana, a través del arte de contar historias).
Rompiendo esquemas
Por ser el primer estudiante con discapacidad visual de la Escuela de Comunicación Social de la institución, Malagón inició su vida universitaria asumiendo el gran reto de “derrumbar barreras” dentro de la universidad. Al inicio, la adaptación a la rutina en del campus fue lenta. Sin embargo, la autonomía y el conocimiento de su condición (la cual, según la Federación Venezolana de Instituciones de Ciegos, FEVIC, tienen al menos 24.732 personas en el país) lo ayudaron a establecer metodologías propias de estudio y canales de relación con sus docentes y compañeros.
El ahora periodista asegura que, por enfrentarse por primera vez a la circunstancia, muchos de los profesores no tenían la capacitación para ayudarlo. Sin embargo, asegura que “buena parte de los docentes estuvieron siempre dispuestos a aprender, preguntar, escuchar y plantear alternativas”.
“Me sentí apoyado. Aunque hubo circunstancias en las que los profesores y directivos de la Escuela no brindaron la asistencia adecuada, fueron muy pocas. Debo decir que, de mi parte, siempre hubo la disposición de, a pesar de no contar con ese acompañamiento, buscar las formas de resolver. Esa parte me sirvió mucho para hacer algo que nos ha tocado mucho a los venezolanos, reinventarme, seguir adelante y crear las condiciones”, añadió.
También indicó que su experiencia fue “satisfactoria y nutritiva tanto a nivel académico como personal”, lo que le permitió “ampliar su percepción del mundo”.
Para el guayanés -que vivió en 2017 el punto más difícil de su paso por la UCAB al experimentar la encarcelación de su mejor amiga y mano derecha durante las protestas estudiantiles de ese año- también constituyó «una gran satisfacción» haber sido reconocido por haber culminado la carrera, durante el acto de graduación de la trigésimo primera promoción de la Escuela, al que no pudo asistir por encontrarse fuera del país.
“Nunca estuve pendiente de la nota. Siempre estuve muy centrado en el trabajo como estudiante y comunicador. Después de más de 5 años de carrera, en adición al tiempo que tuve que esperar para tener mi título, graduarme es una gran satisfacción. Fueron años en los que tuve que enfrentar no solamente el tema de tener una discapacidad visual, sino también las propias condiciones del país y el reto de la educación distancia con el tema de la pandemia. Cuando uno ve ya la meta concluida es muy satisfactorio. Sin duda, es una muestra de que todo se puede», comentó.
Aporte a las nuevas generaciones
Adrián es el segundo alumno con discapacidad visual en egresar de UCAB Guayana. En 2007, Nilther Martínez obtuvo el título de Licenciada en Educación, mención Educación Integral, y desde entonces se dedica a la docencia y al desarrollo de herramientas pedagógicas que permitan formar e integrar a quienes tienen una condición similar a la de ella.
Siguiendo este ejemplo, Malagón tiene como una de sus metas incorporarse a la plantilla activa de profesores de su alma máter, precisamente con el fin de ayudar a la universidad a establecer adecuaciones curriculares, metodológicas y de funcionamiento que faciliten el acceso educativo para quienes, al igual que él, tienen discapacidad visual.
“Tengo intenciones de dar clases, porque me encantaría transmitir conocimientos y experiencias que permitan que, cuando una persona con la misma condición que yo ingrese a la universidad, sienta que tiene el acompañamiento más óptimo posible al momento de cursar ciertas materias, ya que hay en el pensum algunas que no están accesibles ni adaptadas para una persona con discapacidad visual y esto puede ser perjudicial para el estudiante”, comentó.
El novel comunicador indica que es necesario capacitar a los docentes y a los propios alumnos en el uso de las tecnologías existentes y disponibles, para el desarrollo y la comprensión efectiva de los materiales de estudio.
“Cualquier persona, a pesar de tener una discapacidad, está en todo el derecho y tiene el potencial de aprender lo que necesita. Estamos frente a un reto gigantesco porque, a pesar de que existe tecnología en la actualidad para las personas con discapacidad visual, baja visión o, como en mi caso, ceguera total, también hay mucho desconocimiento”, puntualizó.
Por último, el joven invitó a sus pares a no desistir de sus metas y mantener una actitud positiva y proactiva en tiempos de adversidad.
“Mi mensaje es que, aunque el entorno sea difícil y complicado, hay que reinventarse. Hay que entender que las condiciones, por más óptimas que sean, nunca serán perfectas y, a partir de allí, hacer lo que se pueda. Eso aplica a cualquier aspecto de la vida. Nunca se rindan y siempre vean el vaso medio lleno y no medio vacío”, sostuvo.
♦Texto: Albany Díaz /Fotos: Cortesía y Nueva Prensa Digital