El arte es la manifestación externa de emociones internas, producidas por medio de líneas, colores, movimientos, sonidos o palabras. Esto lo recoge el ruso Tolstoi en su libro ¿Qué es el arte? y proviene de Verón. El arte ha funcionado a través de los siglos para plasmar la historia, dejar una huella, desahogar un sentimiento, como recurso didáctico e incluso para el desarrollo del aprendizaje.

Un grupo de estudiantes del último año de Educación promueve en sus aulas de clase el uso del arte como medio y herramienta para la enseñanza. Madeline Rodríguez está en ese grupo; es estudiante de Educación Integral. Ella busca que los alumnos vean la lectura como una recreación y no como una obligación. Dice:

Debería cambiarse la visión tradicional de cómo se educa al niño, así como desarrollar nuevas estrategias para promover el arte

Siguiendo la misma línea, Adrilet Deutsch, estudiante de Educación Preescolar, opina que educar a través del arte no solo ayuda con el aprendizaje, sino también como terapia de drenaje cuando se utilizan elementos como plastilina, arcilla o masa flexible.

En niños que padecen hiperactividad, déficit de atención o cualquier otro trastorno que les dificulte el aprendizaje, los elementos artísticos lo mantendrán despiertos, motivados y atentos al contenido.

Maire Castellano, estudiante del último año de Educación Preescolar, indica que en las escuelas y en los salones no se trabaja en procesos e indicadores para cambiar el paradigma y romper con el caletre en el aprendizaje.

Se debería adaptar el contenido complejo al nivel de desarrollo del niño y relacionarlo con experiencias interesantes como el baile, la pintura, la escultura, la música, etcétera.

Castellano menciona que con cambios en la manera en la que se enseña podría mejorar la capacidad de abstracción de la información y ayudar a que los alumnos sean más detallistas, dinámicos y didácticos.

 

Aulas de clase en Venezuela

Deutsch plantea que en Venezuela no se educa para el sentimiento, sino para llenar vacíos educativos. Aparte de eso, la estudiante alega que en los colegios venezolanos no se toma el arte como formación personal. Visto de otro modo, Rodríguez explica que la instauración del arte como herramienta educativa depende de la institución y de sus políticas.

Por otro lado, en el foro Eterna Fantasía, organizado por las mismas estudiantes, la profesora Mercedes Guánchez refirió que la situación venezolana condena a la educación con la crisis de materiales, las escuelas sin recursos suficientes y la imposibilidad de llevar al alumnado a un museo.

Sin embargo, la profesora María Graciela Fernández opina que la situación no puede ser una excusa. Asegura que se puede enseñar a través de imágenes; la música también representa una oportunidad, al igual que las películas. Son recursos que están al alcance de todos y no representan un gran cargo monetario.

♦ Katherine González