Con la presencia del rector, Francisco Virtuoso, además de un nutrido grupo de empleados de la universidad, el pasado 14 de junio tuvo lugar un acto muy significativo. Ese día se inauguró, en los pisos 1, 2, 3 y 4 del Centro Cultural UCAB, la exposición Tejidos espaciales, la cual consta de 34 piezas de carácter abstracto creadas, en distinto formato, por Magno Güeter, trabajador ucabista desde hace 25 años.  

Magno Antonio Güeter Gallardo nació en Caracas en 1963. Desde pequeño se interesó por el deporte, principalmente, y fue solo hace cuatro años cuando despertó en él un real interés por el arte en general. Es padre de tres hijos y es trabajador de la UCAB, lugar que considera su segundo hogar, desde 1994 Realizó sus estudios primarios en el Colegio Dr. Prisco Villasmil de Fe y Alegría, y el bachillerato en los liceos U.E Liceo Antonio Guzmán Blanco, Liceo Ramón Díaz Sánchez y Liceo Técnico Luis Razetti.

Ingresó a la Universidad Católica Andrés Bello para cursar la carrera de Educación, aunque solo culminó el primer año, ya que decidió dedicarse a su familia. 

«Antes de terminar mi bachillerato, realicé el servicio militar por un tiempo, luego culminé mis estudios y egresé del Liceo Razetti. Ya para cuando estaba terminando mi primer año en Educación tenía una familia y decidí trabajar para sacarla adelante».

Güeter se mantuvo en la UCAB. Conoció el campus cuando estaba pequeño y, desde ese momento, la consideró su hogar.

«Soy 100% ucabista. Vengo a la universidad desde chiquito, ya que mi papá es egresado de aquí. Además, trabajo acá desde hace 25 años; siempre estoy aquí. Y la verdad es que amo este lugar porque es donde crecí».

Su contacto con el arte empezó cuando fue nombrado como auxiliar de sala en la galería del centro cultural. Desde ese momento, se rodeó de muchas piezas que traían para distintas exposiciones y, sin haber estudiado nada relacionado, comenzó a crear sus propias obras. 

«Hace cuatro años se realizó la primera exposición en la galería. Fui ayudante del maestro Victor Hugo Irazábal -expositor en ese momento-, quien vio en mí un fuerte amor al arte y me impulsó para que empezara a pintar. Comencé con el collage y luego pasé al arte cinético y al dripping (técnica de chorreo de la pintura). Ya por último, empecé con el tejido, que es mi línea real y es lo que expongo en mis piezas».

Contó con el apoyo incondicional de sus compañeros de trabajo, quienes lo alentaron, y siguen haciéndolo, a pintar y a hacer lo que en realidad le gusta. De hecho, fue el curador del centro cultural, Humberto Valdivieso, quien le dio fuerzas para desarrollarse como artista plástico y promovió la exposición que hoy se ha cristalizado. 

«Estoy agradecido con todos: mis compañeros, los directores, las autoridades. Agradezco de verdad que me dieran la oportunidad no solo de crecer aquí físicamente y personalmente, sino de mostrar mi trabajo y de desarrollarme de manera artística».

Para él, es importante «ponerle corazón» a todo lo que se hace. Menciona que cualquier trabajo hecho con cariño y con dedicación se disfruta y se hace bien. Esto es algo que aplica en su labor en la UCAB, en su hogar y en el arte. A sus 56 años de edad, el mensaje que da sus amigos, a los estudiantes y a las personas en general es el de no rendirse; asegura que siempre se puede hacer lo que sea y que él es una prueba. 

«Siempre se puede hacer lo que se desea y todos pueden hacerlo. Yo invito a las personas a hacer sus sueños realidad, a lograr sus metas. No importa el lugar, las circunstancias o la edad; nunca es tarde para empezar».

A continuación un video con el testimonio de Magno Güeter y una muestra de su exposición Tejidos Espaciales

♦Texto: Katherine Rodríguez/Fotos: Manuel Sardá/Video: Andrea Alas