Durante una semana, profesores y estudiantes de la Escuela de Psicología permanecieron en dos localidades del estado Mérida, entidad con la mayor tasa de suicidios del país. Allí brindaron orientación terapéutica, dictaron talleres educativos sobre salud mental y realizaron evaluaciones grupales e individuales
20 estudiantes y profesores de la Escuela de Psicología de la UCAB salieron de Caracas y llegaron al estado Mérida el 18 de febrero con una misión: salvar vidas. Y de acuerdo con el director de la Escuela, Danny Socorro, S.J., eso consiguieron. «Esta es nuestra carta de presentación: sí se pueden conseguir buenos resultados con intervenciones cortas, con atenciones de calidad. Lo ideal es fortalecer muchas áreas, pero intervenciones como éstas salvan muchas vidas», dijo el también doctor en Psicología.
El Campamento Psicosocial UCAB, que tuvo lugar hasta el 25 de febrero en las localidades Pueblo Llano y Santo Domingo, forma parte del Programa de Prevención del Suicidio, iniciativa que la Escuela puso en marcha a principios de 2024 con el objetivo de hacer frente al aumento de este fenómeno en el país.
La escogencia de esta entidad andina como punto de arranque no fue casual: según los datos más recientes del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), Mérida encabeza la lista de los cinco estados con la tasa más alta de personas que se quitan la vida en Venezuela, pues allí se registran 15,5 suicidios por cada 100.000 habitantes. Le siguen Táchira (13,6), Distrito Capital (13,3), Trujillo (11,9) y Lara (10.2).
La iniciativa también nació de los resultados que arrojó Psicodata, estudio llevado a cabo en 2022 por la Escuela de Psicología . Allí -y gracias a la participación de 1.500 personas- se comprobó la vulnerabilidad psíquica a la que está expuesto el venezolano hoy día a través de 14 aspectos.
«Yo siento que Psicodata fue un gran paso, de hecho en la Federación de Psicólogos de Venezuela lo marcaron como un gran hito en la historia de la psicología en el país«, recalcó Socorro.
La gente necesita ayuda
Durante una semana el equipo de psicoucabistas llevó adelante 25 talleres de formación para 1.087 docentes, padres, representantes, niños y adolescentes. También hicieron 306 entrevistas psicosociales con el fin de evaluar el bienestar emocional y, además, brindaron atención individual (consultas clínicas) a 118 sujetos; de este grupo, se realizaron tests psicológicos a 44 personas.
«Los estudiantes, quienes hicieron unos talleres de formación antes de ir, se enfrentaron a uno de los test más complejos, el Roschach. Hicieron su PHD, pues una de nuestras banderas es la evaluación psicológica. Y para nosotros fue un postdoctorado», señaló el director Socorro.
El Campamento tuvo su origen en una primera visita al páramo realizada en octubre de 2023, cuando el grupo de psicólogos viajó a Mérida con el propósito de recabar datos, escuchar e investigar.
Sin embargo, a medida en que conocían más sobre la situación, se percataron de que debían intervenir. «Nos dimos cuenta de que había un tema ético, de compromiso social. Teníamos que hacer algo más», afirmó Socorro.
La profesora Celibeth Guarín -coordinadora académica de la Escuela de Psicología y una de las responsables del Campamento- confirmó que, en las localidades en las que estuvieron, las personas están en una profunda necesidad de apoyo.
«Buscan o gritan una ayuda y, cuando la encuentran, pueden ir haciendo pequeños cambios. Por supuesto en una intervención no se soluciona todo, pero tiene un efecto sumamente positivo; están más relajados, siguen trabajando e identifican lo que sienten. Creo que eso es de lo más valioso que podemos conseguir», afirmó.
Una semana centrada en la prevención del suicidio
Médicos, enfermeras, bomberos, policías, educadores, abogados, entrenadores deportivos, funcionarios de protección de niños y adolescentes, jueces, activistas culturales, líderes comunitarios y comunicadores sociales, entre otros, participaron en el Campamento. «Otra de las satisfacciones que recibimos es que fuimos y no atendimos a un grupo puntual, sino que fue una intervención integral. Eso uno lo celebra porque genera mucho movimiento», dijo Socorro.
De hecho, apuntó que, a pesar de que la población andina es grosso modo muy reservada, se generó una dinámica interesante. «Una de las razones tiene que ver con que son lugares muy pequeños donde todo el mundo se conoce. Ellos, entonces, tienen el peligro de no contar con una vida privada. El hecho de que nosotros no somos del lugar y tenemos herramientas para ayudarlos fomentó un volcamiento a nuestras actividades. Y eso está relacionado con el tipo, la experiencia y calidad de la atención, porque el grupo que nos llevamos es realmente de altura, nos abrió muchas puertas», indicó el sacerdote jesuita.
Otro aspecto importante para fomentar la participación respondió al conocimiento de un plan. «La población comienza a valorar el programa o la acción que se está haciendo. Incluso, nos identifican. Es decir, luego del tercer día yo iba con los muchachos por la calle y la gente nos decía ‘ahí van los psicólogos’ o ‘¿cómo hago para referirle a alguien?’, ‘¿ustedes atienden niños?’. Pienso que es grato porque eso nos demuestra la valoración de nuestro trabajo. La propia población promueve ese acercamiento con nosotros», dijo Guarín.
Por ejemplo, una de las expectativas que tenían los docentes en las instituciones educativas donde se llevó adelante el programa era que el grupo de psicólogos ofrecería meras charlas informativas. Sin embargo, ese no fue el caso. «Se encontraron en espacios donde se fomentó el involucramiento, donde conectaron con las emociones, pensamientos y se podían expresar libremente. Ellos se sorprendieron mucho», añadió la psicóloga.
Además, el involucramiento se extendió a los medios de comunicación locales, que transmitieron todo lo que los ucabistas realizaron en Pueblo Llano y Santo Domingo. Junto a ellos, los alcaldes de los dos municipios estuvieron en permanente contacto con ellos.
Con respecto a la vivencia, ambos psicólogos indicaron que, gracias a la disposición del dueño del hotel donde se alojaron los universitarios, contaron con un espacio para desconectarse y descansar. Aseguraron, además, que al tratar temas fuertes -propios de la dinámica que refiere el suicidio- los psicólogos necesitan tiempo para recargarse y procesar sus propias emociones. Es decir, autocuidado.
«Una atención de calidad arrebata el mito de que sobre la salud mental no se habla»
De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Violencia, en 2023 Venezuela contabilizó 8,2 suicidios por cada 100 mil habitantes. La cifra representa un aumento de 6,5% con respecto a 2022 y ubica al país detrás de Guyana, Surinam, Bolivia y Uruguay; además, el OVV destaca que los hombres son quienes más atentan con su vida y que la depresión es la causa principal (86.1% de los casos).
Partiendo de estas cifras y de la experiencia en Mérida, el director de la Escuela de Psicología de la UCAB indicó que, aunque en Venezuela el tema de salud mental está estigmatizado, la gente es capaz de responder positivamente cuando se le brinda asistencia adecuada.
«Una atención de profunda calidad arrebata uno de los grandes mitos, que indica que de la salud mental no se habla. Cuando se propician espacios, la gente acude. Yo agradezco a los medios de comunicación por abrirnos espacios. Creo que en este momento uno de los protagonistas para abrir camino en el tema de la salud mental son los medios de comunicación, pero hay que hacerlo con responsabilidad«, añadió Socorro.
De hecho, el impacto de esta intervención en el engranaje social representó un triunfo, pues al trabajar con diferentes actores de la sociedad constataron que es posible conseguir cambios. «Por ejemplo, con los niños trabajamos, con sus profesores, con sus padres y pudieron comprender los temas en conjunto. Ven ahora cómo la salud mental es promovida por todos. No es un tema de psicólogos o psiquiatras, todos pueden intervenir«, explicó Guarín.
«La disposición de la población y de nuestros estudiantes fue increíble. No me canso de decir lo asombrados que estábamos por cómo se comportaron y las competencias que mostraron en tiempos de crisis. Por ejemplo, llegó un caso de intento de suicidio y, aunque estaban en shock, supieron referir el caso de manera oportuna; lo cual habla de las competencias que obtienen en nuestra Escuela«, comentó la profesora sobre uno de los dos pacientes críticos que atendieron en Mérida.
Asimismo, la voluntad de los docentes merideños por conocer más acerca de la depresión y el suicidio traspasó las fronteras de los dos pueblos que visitaron. El grupo ucabista fue invitado a una localidad cercana a la que no pudieron asistir. La respuesta de los profesores fue contundente: en un encuentro donde se esperaban tres personas asistieron 56.
Recordó el padre Socorro que, con esta acción, los educadores demostraron su interés y compromiso. «Los demás profesores llegaron al taller de repente ‘Nos dijeron que no podíamos venir, pero aquí estamos’, nos comentaron. Fue impresionante. Se nota que hay mucha necesidad«.
Justamente, este acercamiento a los poblados de Mérida le permitió al equipo de profesionales de la salud mental ver cómo las pequeñas intervenciones van desarticulando -poco a poco- los temores hacia la psicología.
«Estamos desmontando el tabú de que no se puede hablar de suicidio. Y luego de esta experiencia nos queda claro que tenemos que crear un programa de atención (bien de bajo costo o para atender emergencias emocionales) porque hay una alta demanda, pero hay poca oferta de psicólogos y psiquiatras«.
Comprensión para transformar: vivencias y aprendizajes
Celibeth Guarín aclaró que su primera visita a Mérida en octubre de 2023 la hizo sentir movilizada. Pero no solo eso; durante las actividades de febrero de este año pudo reafirmar, como profesional, que existen situaciones donde las personas se sienten afectadas no solo por sus propios problemas o situaciones, sino por el contexto, lo que obliga a intervenir a partir de esas realidades, con sus oportunidades y limitaciones.
«¿Puedo cambiar el contexto? No. Entonces, uno se tiene que adaptar a eso. Y como son historias tan duras, que se conocen a través del relato individual, se puede ver el sufrimiento en sus pensamientos. Eso fue conmovedor. Creo que uno va desarrollando la capacidad de comprenderlo, incluso, vamos formando una piel para que no te afecte tanto. Entonces, creas una estructura, tienes un plan y haces el tratamiento. Esta experiencia te ayuda a aproximarte a la comprensión y permitir darles herramientas a las personas», aseguró la profesora.
Por su parte, Danny Socorro indicó que el primer sentimiento que le viene a la mente cuando piensa en lo vivido tan solo hace unas semanas es orgullo. «Me siento profundamente orgulloso de la universidad, pero sobre todo de mi escuela. Siento que tenemos a unos profesionales top, uno se quita el sombrero. Es top en calidad humana, en profesionalismo; top en flexibilidad para adaptarse. Y como nos fuimos con alumnos bastantes avanzados en su carrera, entendí que sí vale la pena la formación que damos», dijo.
El director de la Escuela de Psicología de la UCAB aseguró que la participación en este programa es una muestra de que soñar es válido y que poner en práctica esos sueños es necesario en contextos como el actual, donde se requiere información, políticas públicas y más espacio para la salud mental.
«Una estudiante nos dijo que esto es la vivencia de la Escuela de Psicología en la calle, en acción. Ahí es donde realmente se forma un profesional. Y nosotros, como universidad jesuita, demostramos nuestro compromiso. Yo soy un hombre muy soñador y llevo una frase de San Alberto Hurtado tatuada en mi corazón: ‘Soñar en grande, pisar en grande y trabajar en grande’ . Ese es un sello muy jesuita», puntualizó.
Próximos pasos: nuevas intervenciones y talleres
Con respecto a lo que viene, el padre Danny Socorro indicó que están evaluando la localidad en la que realizarán el segundo campamento psicosocial. Entre los lugares se encuentran poblados de Táchira, Trujillo, Mérida (nuevamente), Distrito Capital y Lara.
Adelantó que el próximo 21 de marzo la Escuela de Psicología presentará públicamente los resultados obtenidos de esta semana de intervención en Pueblo Llano y Santo Domingo.
Asimismo, y como parte del Programa -cuyos pilares son investigación, promoción, formación y atención-, realizarán talleres sobre el suicidio para diferentes profesionales, entre ellos, un curso de primeros auxilios psicológicos.
«Nuestra bandera es la salud mental. Y la salud mental no es solo de consultorio, es tarea de todos. Cuando hay salud mental, se permitirá la reducción en la tasa de suicidios. Nuestro objetivo es contribuir con esa reducción s a través de un enfoque integral», concluyó el director.
Los interesados en conocer más sobre el Programa de Prevención del Suicidio de la Escuela de Psicología de la UCAB pueden seguir la cuenta @Psicologia_UCAB en X e Instagram.
También pueden visitar la página https://psicologia.ucab.edu.ve/
♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Manuel Sardá y Psicología UCAB