Todos los análisis sobre las perspectivas económicas del país señalan que Venezuela enfrenta una de las crisis más importantes de su historia. La universidad, al igual que el resto de las organizaciones y hogares del país, hace vida en un entorno caracterizado por la hiperinflación, la escasez creciente de bienes y servicios, el incremento de los niveles de conflictividad y violencia y, en general, el deterioro creciente de las condiciones de vida.

La UCAB, como la mayoría de las universidades del país, se enfrenta a una política por parte del Estado que ha supuesto restricciones de los presupuestos universitarios, barreras al crecimiento académico, controles que en la práctica resultan injustos.

Por ejemplo, en cuanto al ajuste de la matrícula.

Para diciembre de 2015 el déficit de la UCAB remontaba los 539 millones de bolívares. Casi 540 millones de bolívares.

Los cambios en la Ley de Alimentación y el incremento del salario mínimo decretados a partir del 1° de noviembre de 2015; el incremento del costo de la prima de HCM en 150 % (muy por encima de lo presupuestado); el incremento de los costos y gastos operacionales en más de 180 %; y los costos asociados a diversas medidas de ajuste salarial y de bonificaciones especiales otorgadas para intentar paliar el impacto de la inflación y el incremento del costo de la vida, se cuentan entre los aspectos determinantes en el déficit anotado más arriba.

En el caso de los ingresos, su incremento, proporcionalmente menor al de los egresos, se debe fundamentalmente al incremento del número de estudiantes efectivamente inscritos, con respecto a la cantidad presupuestada. El contraste entre el número total de estudiantes entre los períodos 2013-2014 y 2014-2015 da cuenta de un incremento considerable.

La situación es de emergencia financiera, lo cual ha exigido un incremento del precio de la matrícula. En diciembre de 2015 se decidió efectuar un incremento de 50 % sobre el precio de la matrícula anual, con lo cual se espera cubrir al menos 70 % del presupuesto proyectado. A pesar de esta decisión, el incremento total anual del precio se encuentra muy por debajo de la inflación estimada.

Junto con esa decisión hemos resuelto mantener y aumentar las becas y ayudas estudiantiles, haciendo todo lo posible para que ningún estudiante abandone la universidad por razones económicas. Además, la universidad ha decidido incrementar sus niveles de endeudamiento para cubrir el resto de la brecha en el presupuesto. Se estima una deuda proyectada para el período 2015-2016 sobre los Bs 510.000.000. Por supuesto, aclara el rector Virtuoso, se monitorean de forma permanentee los niveles de endeudamiento con respecto a los activos de la universidad.

Es importante destacar la opción por mantener un modelo incluyente de universidad. Ser una opción factible para personas con menos recursos constituye parte de la identidad institucional. El 61 % de nuestros estudiantes actuales de pregrado pertenece a los estratos socio-económicos C, D y E. Además, aproximadamente 15 % de nuestros estudiantes de pregrado recibe alguna forma de apoyo económico, tales como becas, pensiones y financiamiento educativo, sin que contemos con ningún tipo de subvención del Estado.

A pesar de estas dificultades, una administración austera de los recursos −además de los esfuerzos de quienes laboran en la institución− permite que la UCAB se mantenga como la primera universidad privada del país; incluso se encuentra en capacidad de mejorar la posición en algunos rankings internacionales, por encima de instituciones en países con contextos más favorables. Uno de los logros más destacables es la preservación de las condiciones del campus, de la infraestructura y de los servicios que ofrece a los estudiantes.

El rector Francisco José Virtuoso lo escribió en el más reciente Informe del rector 2014-2015: «Nuestro fiel propósito es mantener todos los esfuerzos para asegurarnos de que nuestra universidad siga funcionando y con los estándares a los que estamos acostumbrados; sin embargo, debemos estar claros en que el contexto nos afecta y nos seguirá afectando. El país está en crisis y es inevitable que el contexto nos impacte».

 

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