Las víctimas deben presentar su caso ante la Comisión Disciplinaria de la universidad, para la apertura de un expediente y su procesamiento. Esta unidad está ubicada en planta baja del edificio del Rectorado. La institución garantiza la confidencialidad y acompañamiento de los afectados

La UCAB está presta para escuchar y atender a las víctimas que sufran algún tipo de acoso o violencia sexual que atente contra su integridad física o psicológica. En la universidad existe un instrumento -el primero en su tipo en instituciones educativas en Venezuela- para estos casos. Se trata del Protocolo para la prevención y atención en casos de acoso y violencia sexual.  

El recurso institucional, aprobado el 11 de agosto de 2020 y en vigencia desde septiembre de ese mismo año, tiene un objetivo claro: «Crear las condiciones para prevenir, atender, proteger, sancionar y erradicar todo tipo de violencia y de conductas de acoso por razón de sexo, género, identidad de género u orientación sexualentre los miembros de la comunidad universitaria, con ocasión de las relaciones interpersonales, en el ámbito estudiantil, académico, docente y laboral«.

Acoso y violencia sexual

El instrumento establece sanciones que, dependiendo de su gravedad, incluyen desde amonestaciones hasta suspensión definitiva, rescisión del contrato o despido de la universidad, sin menoscabo de acciones judiciales que las víctimas puedan emprender.

Los procedimientos se realizan bajo los principios de igualdad y no discriminación, accesibilidad, protección de la dignidad, debido proceso, confidencialidad, diligencia y celeridad, participación conjunta, atención diferenciada, protección de datos, presunción de inocencia, derecho a la información y protección ante posibles represalias.

Tolerancia cero ante la violencia y el acoso

Quien conduce la dependencia encargada de darle curso y procesar los casos aplicables al protocolo es la abogada Lisbeth Da Costa, coordinadora de la Comisión Disciplinaria de la UCAB.

Según comentó Da Costa, a la fecha esta comisión ha atendido a 14 personas, a quienes se les brindó la correspondiente asesoría; de ese grupo, dos decidieron formalizar su denuncia. La Comisión es la instancia de la universidad encargada, entre otras funciones, de elevar a las instancias competentes los presuntos casos de violencia sexual o acoso que pudieran tener lugar en la UCAB.

El protocolo establece una ruta de atención que señala los pasos a seguir de forma detallada, clara y concisa. De acuerdo con la abogada, este instrumento ha cumplido su cometido desde su creación.

«Desde hace casi 3 años la universidad fijó una posición de cero tolerancia ante el menoscabo de cualquier derecho de los miembros de la comunidad ucabista. La finalidad es garantizar un espacio universitario libre de acoso y de violencia. El protocolo es el resultado de un esfuerzo global que concluyó en la elaboración de esas condiciones idóneas para poder atender, proteger, sancionar e, incluso, erradicar ese tipo de conductas  tan reprochables. Nosotros siempre vamos a creer en la víctima, pues cuestionar su relato es una forma de revictimización», aseguró.

Violencia y acoso

La denuncia es el primer paso para activar el protocolo

«El protocolo es una demostración de un compromiso para la promoción de la defensa de la dignidad humana», puntualizó Lisbeth Da Costa. Y es este motivo por el cual la denuncia es el único mecanismo que tiene la víctima para visibilizar la situación que atraviesa. Además, es el primer paso para activar el protocolo.

«Al denunciar, la víctima podrá lograr el cese de la vulneración de sus derechos. Y  contribuir a evitar o a minimizar las víctimas potenciales a manos de ese mismo infractor», aseveró Da Costa. Además, reiteró que la sanción también tiene un fin preventivo, que implica un efecto disuasivo para posibles futuros infractores.

La abogada enfatizó en que es importante -y como establece el protocolo- que la ofensa haya ocurrido «en el marco o con ocasión de actividades estudiantiles, académicas o laborales, dentro del recinto universitario, en cualquiera de sus sedes, o fuera de este, en actividades auspiciadas, ejecutadas o coordinadas por la universidad o en representación de la misma».

«Este protocolo será aplicable en los supuestos descritos para cualquier conducta de violencia sexual, acoso sexual y por razón de sexo, identidad de género u orientación sexual«, agregó Da Costa.

 Asimismo, señaló que la víctima debe «recopilar todo lo que considere que constituya evidencias del hecho vivido, debiendo tener presente que al presunto infractor le asiste el derecho a la defensa y la presunción de inocencia». Por ello, enfatizó en la importancia de las pruebas -incluso cuando el acoso suele ocurrir en el ámbito privado o virtual-. Esto último, en ocasiones, dificulta probar la ocurrencia del hecho.

Ante violencia o acoso «confíen en su universidad»

En algunos casos la víctima podría sentir temor de presentar la denuncia frente a la Comisión Disciplinaria. Sin embargo, la coordinadora subrayó a los estudiantes que «confíen en su universidad. En esta institución que delega y asigna la función de asesorarlo jurídicamente, de investigar, de brindarles acompañamiento psicológico. Que confíen en las autoridades que están encargadas de tomar la decisión y de imponer la sanción. Documenten todo lo lo que han vivido las fechas, lugares, horas, los posibles testigos presenciales o referenciales. Denunciar es la única forma que tiene la víctima para recibir ayuda y dejar atrás el trauma vivido, superarlo y volver a empoderarse«, agregó.

Da Costa recordó que, cuando un miembro de la comunidad ucabista se acerca a la Comisión Disciplinaria a presentar su denuncia, cuenta con el apoyo -además- del Centro para el Desarrollo y Asesoramiento Humano (CADH) y un grupo de abogados.  «El profesional de la psicología ofrece la primera contención emocional; y luego los acompaña durante todo el proceso».

La denuncia, aclaró, no puede ser anónima, pues así lo establece el protocolo. Sin embargo se garantiza el resguardo de la identidad de la víctima.

Acoso y violencia sexual«Entre todos los derechos que asisten a la víctima, la amparan una serie de principios. Quizás los más importantes son tres. La protección de datos (desde que inicia el proceso se codifican sus datos personales); la confidencialidad (toda la documentación del expediente son de carácter reservado y todas las personas involucradas personas involucradas de una forma u otra en la investigación del hecho están obligados a guardar la reserva de esa información. tienen que tener discreción absoluta. Y aquellas personas que divulguen esa información en beneficio propio o en beneficio de un tercero, pues les aplicarán las correspondientes medidas disciplinarias, previo procedimiento administrativo.). Y la no revictimización (evitar en la medida de lo posible que la víctima vuelva a revivir ese episodio traumático cada vez que narra los hechos cada vez que vuelve a relatar su discurso)», dijo.

Alejar a víctimas y victimarios

Otro aspecto que regula el protocolo es evitar el contacto entre la víctima con el presunto agresor tras la denuncia. Sobre ello, Da Costa puntualizó que la UCAB toma medidas de protección de carácter provisional en beneficio de  la víctima. Dependiendo del caso, son dictadas por el Consejo de Facultad respectivo, de Extensión, o la Dirección de Recursos Humanos.

Ejemplificó con el caso de un estudiante que es acosado por un docente. En esta situación se tomarían medidas como cambiar de sección, cambio de horario, o que el alumno pase a un régimen tutorial (en el caso de contar con una sección única), «manteniendo todos sus derechos a la educación». En el caso de un empleado de la UCAB, de igual forma, la medida de protección es de carácter provisional hasta que se dicte la decisión definitiva, «siempre con la finalidad de evitar ese acercamiento indebido».

«Otra de las medidas es la prohibición de acercamiento de ese presunto infractor hacia la víctima; y no solamente de él sino a través de terceras personas. Queda terminantemente prohibido cualquier tipo de acoso, hostigamiento e intimidación», expuso. 

 

Coordenadas para denunciar ante la Comisión Disciplinaria

Finalmente, la abogada invitó a que todas las personas que hayan sufrido algún tipo de acoso o violencia sexual se acerquen a la Comisión Disciplinaria. Su oficina está ubicada en planta baja del edificio de Rectorado.

Recordó que está disponible una guía con los datos más importantes haciendo clic aquí.

Aquellos que requieran contactar a la Comisión Disciplinaria y plantear un posible caso pueden acercarse a su oficina, ubicada en la planta baja del edificio de Servicios Centrales, conocido como Rectorado. Otras formas de contacto son el correo electrónico [email protected] y el teléfono 0212-407-60.70. 

♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Fabian Giampaoletti