El sacerdote y exdirector del Instituto de Investigaciones Históricas de la UCAB diserta sobre algunos aspectos de la vida y obra del jesuita español, fallecido el 16 de febrero de 1624, quien es considerado uno de los grandes teólogos, historiadores e intelectuales de la Compañía de Jesús

Juan de Mariana nació en Talavera de la Reina, el 2 de abril de 1536. Con 16 años se inscribió en la Universidad de Alcalá de Henares para estudiar Arte y Teología. Inmediatamente después, ingresó en la recién fundada Compañía de Jesús. En 1561, fue enviado al Colegio Romano. Loreto y Sicilia también conocerían la labor académica del joven. En 1569, se le cuenta entre los profesores de la Universidad de la Sorbona, donde se doctoró[1].

En la ciudad del Sena, le tocó vivir, como testigo de excepción, lo que se conoce como “la matanza de san Bartolomé” en 1572. Miles de calvinistas franceses (Hugonotes) fueron asesinados por el partido católico dentro de la dinámica de la conocida “guerra de religión”. Así, el joven jesuita aprendió cómo la religión puede ser utilizada de forma violenta con fines políticos.

En 1574, con 37 años, alegando problemas de salud, Juan de Mariana deja la Sorbona y la obediencia le lleva al convento jesuita de Toledo. Allí se dedicaría a ejercer el ministerio, estudiar, investigar, escribir obras y llevar a cabo tareas por encargo (p. e. la edición completa de las obras de san Isidoro de Sevilla).

El ambiente toledano acompañó la redacción de una de las famosas obras de Mariana, Historia de rebus Hispaniae (Historia general de España), obra que conoció varias ediciones. En opinión de algunos eruditos, ésta fue la obra histórica más leída en España a lo largo de los 2 siglos siguientes, siendo tal su relevancia que le permitió perdurar en el conocimiento académico por mucho más tiempo. A este respecto, por ejemplo, la profesora Gabriela Calderón de Burgos, en su artículo La Ilustración española y los Padres fundadores de EEUU, inicia preguntándose:

¿Qué libro tienen en común John Locke, John Adams, Thomas Jefferson, James Madison y Francisco de Miranda? La Historia General de España del jesuita Juan de Mariana. Este dato curioso nos da una pista acerca de la historia relativamente desconocida acerca de la tradición liberal compartida entre el viejo y el nuevo mundo. (Historia, 22 de mayo de 2019, Inicio| elcato.org)

El final del siglo XVI conoció la publicación de De Rege et regis institutione (Del rey y de la institución de la dignidad real. Toledo, 1599), una obra –en opinión de algunos- crítica, audaz y políticamente incorrecta para entonces que repercutió grandemente en su época y después. El texto se oponía llanamente al absolutismo y proponía la teoría del tiranicidio, entre otras muchas cosas. Jacobo I de Inglaterra escribió un panfleto calificando el texto como antimonárquico, en medio de una querella con el cardenal Belarmino, S.J.[2] y Suárez, S.J.[3] sobre la potestad indirecta de los Pontífices en asuntos temporales.

El hecho fue que Jacobo I exigió el juramento de fidelidad a su persona y a su gestión apenas tomado el poder. Resulta que la cuestión no era tan simple como parecía al momento de encontrar una justificación o sustentación jurídica. El juramento de fidelidad podría significar que el poder reside fuera del monarca quien debía solicitar a su detentor (el pueblo o el gobierno) que lo delegase en él al momento del juramento de fidelidad. Si se parte de este principio, las consecuencias resultaban evidentes e inevitables. Sólo como una breve digresión, recordemos que la reina Isabel II de Inglaterra presidía, cada 4 de noviembre (día de san Carlos), la apertura del Parlamento y recibía el juramento de fidelidad del Gobierno.

Para la época del padre Mariana, Francia había vivido el asesinato de 2 monarcas: Enrique III en 1588 y Enrique IV en 1610. En cuanto al primero, los Jesuitas fueron culpabilizados del magnicidio, ya que el asesino (Jacques Clément) había sido alumno de ellos en el colegio de Clermont en París. En medio del ambiente provocado por la muerte del segundo rey, se fijó la atención en la obra del padre Mariana (Del rey y de la institución de la dignidad real) afirmando que su influencia había guiado al regicida (François Ravaillac).

Por ello, la obra fue condenada por la Sorbona y el Parlamento de París, siendo públicamente quemada en 1610. Mucho más adelante, al momento de la Revolución francesa, los afectos al antiguo régimen llamarían peyorativamente Marianos a los revolucionarios, alegando el influjo que habrían recibido del Jesuita español (Carlos Abel Suárez, Las huellas de Marianne o el itinerario republicano en el sur de América).

Por otra parte, en el ámbito concedido (voluntariamente o no) a las elucubraciones cultas, tenemos que la historiadora Florence Gauthier (estudiosa de la Revolución francesa, la  Negritud, las Antillas francesas, etc.) opinó que el nombre de Marianne, la dama (la República) que guía al pueblo en la obra de Delacroix, procede del nombre del jesuita Juan de Mariana (Florence Gauthier, De Juan de Mariana a la Marianne de la república francesa o el escándalo del derecho de resistir a la opresión).

En opinión de Gauthier, el tiranicidio en Juan de Mariana es una consecuencia lógica del principio fundamental con el cual opera: “el pueblo es soberano y confía al rey el ejercicio del poder público para el bienestar general”. En consecuencia, sus puntos importantes son:

  • La aparición de un tirano se hace patente en los crímenes que comete
  • El tiranicidio es legítimo
  • Es necesario que la legitimidad del tiranicidio no pase desapercibida para nadie.
  • Para Mariana, se trata de un acto individual en favor de la vida pública

Al final de su vida, el padre Mariana abandonó la investigación histórica y política para dedicarse a los asuntos eruditos. Tal decisión se debió a la experiencia vivida a causa de la obra titulada Tratado y discurso sobre la moneda de vellón (1609), la moneda más usada en España. Dada la situación precaria de entonces, el duque de Lerma, valido de Felipe III, decide ir eliminando progresivamente la aleación de plata que tenía el mencionado vellón. El hecho mereció la calificación de “latrocinio” por parte del padre Mariana.

En opinión de José Carlos Rodríguez, la citada obra es un tratado monetario de urgencia para el cual el autor recurre a un análisis teórico, histórico, ético y político de la materia en cuestión. La moneda tiene un valor intrínseco (la plata) y uno extrínseco legal fijado por la Corona, ambos deben coincidir. En el tratado sobre la moneda se señala cómo, a lo largo de la historia, los reyes españoles habían rebajado la moneda, manteniendo su valor legal, para financiarse.  El libro fue prohibido nada más salir, el padre Juan de Mariana fue sometido a juicio ante la inquisición y encerrado en el convento de san Francisco, el grande, en 1607 (https://juandemariana.org/ijm-actualidad/analisis-diario/el-juicio-a-juan-de-mariana/).

En medio de papeles y libros, el 16 de febrero de 1624, muere el padre jesuita Juan de Mariana, siendo sus muchas obras leídas en varias naciones, diversos contextos y diferentes tiempos, como prueba de la movilidad del libro en aquella época de reformas, cuando se suponía que las barreras religiosas y políticas impedían la circulación del pensamiento académico.  

♦Texto: P. Carlos Rodríguez Souquett. Profesor investigador del Instituto de Investigaciones Históricas UCAB/Foto: Real Academia de la Historia


[1] El padre Andrés Buriel sj (1719-1762) comenta, en una carta escrita el 4 de mayo de 1753, que la provincia había tenido “pocos hombres mayores que él (el padre Mariana), mal pagado por los extranjeros a quienes enseñó en Francia, Italia y Sicilia”. En la misma misiva, se comenta también que el padre Mariana tenía un genio agrio:   https://es.scribd.com/document/405886965/discurso-de-las-enfermedades-de-la-compania-de-jesus-juan-de-mariana-1768-pdf. (p 31).

[2] BELARMINO, R., Apologia Roberti S.R.E. Cardinalis Bellarmini pro responsione sua ad librum Jacobi magnae Britanniae Regis, cuius titulus est Triplici nodus triplex cuneus in qua Apologia refellitur Praefatio monitoria regis ejusdem. Accesit eadem responsio iterum recusa quae sub nomine Matthei Torti superiori prodierat, apud Bartholomaeum Zanettum, Romae 1609.

[3] SUÁREZ, F., Defensio fidei catholicae adversus anglicanae sectae errores, cum responsione ad Apologiam pro iuramento fidelitatis et praefationem monitoriam Serenissimi Jacobi Angliae Regis, apud Didacum Gomez de Loreyro, Conimbricae 1613.