“Soy creyente que nos deberían de pagar por resolver los problemas, no por cumplir horario”, dice Luis Marcelo Conde García, de 43 años, a quien le encanta resolver conflictos y siempre está dispuesto a ayudar a los demás en lo posible, siempre y cuando lo permitan. Luis tiene veintisiete años laborando en la universidad, se inició como Beca Trabajo en el antiguo Programa de Formación Continua (actual Centro de Actualización Profesional) y, hoy en día, está en la Dirección de Finanzas, donde se encarga de la Coordinación de Créditos y Cobranzas.

Conde se graduó en nuestra casa de estudios como contador público y, sin irse de lo que considera su segundo hogar, hizo una especialización en Sistemas de Información, su tesis de grado fue Inscripción vía web de los postgrados en la UCAB, la cual fue implementada con mucho gusto y para el beneficio de todos.

Es uruguayo de nacimiento, pero venezolano de crianza y corazón, ya que nació en Montevideo y al año de nacido sus padres migraron a Venezuela, residenciándose en Caracas, específicamente en Quinta Crespo, lugar donde reside actualmente.

Tiene muchos proyectos en su vida, entre los cuales destaca el de una posada deportiva en la Colonia Tovar, cuya obra está adelantada y visita todos los fines de semana para añadirle mejoras. Y es justamente en esta localidad donde él disfruta como en ningún otro caminar, correr y trotar.

Se considera una persona muy alegre, a quien le encantan las imperfecciones. Desde los 15 años acude al gimnasio, para mantenerse en buen estado físico. No se considera conformista; da gracias por cada momento vivido. “En la vida hay cosas que no podemos resolver, pero de las cuales se aprende”. Es una persona muy religiosa, tanto, que siempre carga con él su crucifijo de madera.

Él está soltero, ya que dice, con risas, que sus pretendientas “no aguantan el trote”. Ha tenido la oportunidad de estar tres veces comprometido, pero sin concretar la relación en matrimonio: del primer compromiso alega: “Me mintieron como un conejo”, la segunda novia se fue a estudiar fuera del país y la tercera no quiso formalizar la relación, pero siguen siendo buenos amigos.

Considera que no ha habido malos momentos en su vida, ya que todas las situaciones siempre son para bien y está en nosotros superarlas para aprender algo de ellas. En cuanto a momentos buenos, reconoce que lo mejor está por venir:  “La vida es una preparación continua para el destino”.

♦ LEM