Rafael Arace acaba de recuperarse de una fractura en la clavícula. Luego de pasar mes y medio marginado de las canchas, volvió a enfundarse la camisa del Petare FC, equipo de la primera división de Venezuela. El mismo donde juega otro ucabista: Michel Ursini.

De 35 jugadores que conforman la nómina del equipo capitalino, tan solo los dos mencionados anteriormente continuaron sus estudios. Arace los ha intentado motivar, pero es un compromiso que se genera de manera interna.

“Rafa”, como es conocido, juega de extremo en su club y estudia en la UCAB. Ya cumplió tres años de haber debutado en el máximo nivel del fútbol venezolano. Tiene 21 años ahora y anhela ser periodista luego de jubilarse como deportista.

─¿Cómo haces para llevar la universidad y el fútbol?

Es complicado. Entreno todas las mañanas y muchas veces doble turno, que es a las 4:00 pm. Mi horario es vespertino, pero lo que intento hacer es hablar con los profesores cuando se inicia el semestre para ver cómo podemos arreglar cuando tengo que entrenar o viajar al interior del país para jugar.

─¿Son flexibles los profesores?

Sí. La gran mayoría me ha apoyado bastante. De hecho, estoy en sexto semestre gracias a algunos, porque he faltado a bastantes evaluaciones. Pero la gran mayoría de los profesores, cuando les explico el tema y que me debo al fútbol, me brindan su apoyo.

─En cuanto a la relación con tus compañeros cuando toca hacer trabajos grupales. ¿Te prestan apoyo?

A ellos les tengo que agradecer mucho. Yo hago mi parte en los trabajos, pero cuando me toca faltar y estoy en clases, son ellos los que me brindan los apuntes. Sin ellos, sumado a los profesores, hubiese sido difícil llegar hasta acá.

─¿Qué es lo que te gusta de Comunicación Social?

El semestre que viene me toca agarrar la mención. Me voy a ir por periodismo y audiovisual, pero en primera instancia quería periodismo. Es lo que me apasiona. Desde pequeño me vi siendo periodista deportivo, trabajando en algún canal de televisión después de mi carrera futbolística.

─El fútbol es de altibajos, si por alguna razón lo tuvieses que dejar, ¿ves tu carrera como la primera carta bajo la manga?

Esa es la finalidad: graduarme y tener mi título de Comunicación Social. Así sea por una lesión o por ley del fútbol que me toque retirarme. Tampoco descarto el tema de ser director técnico porque es algo que también me apasiona, pero creo que la primera carta que jugaría sería la de mi carrera.

Arace luce sencillo en su forma de ser. Un tatuaje en el brazo derecho lo identifica. Tiene brackets y habla pausado en medio del bullicioso ambiente de la feria en la UCAB. Más allá de su vida universitaria está su núcleo familiar.

─En relación a tu familia, ¿cómo llevan el trote?

Mi mamá y mi papá son los que más me apoyan, son los que más me dan consejos de cómo hacer las cosas. Mi papá es mucho más aficionado al fútbol y me ha planteado que deje los estudios para otro momento, que me dedique directamente a la carrera futbolística. Pero siempre pensando en un futuro que es incierto, que uno nunca sabe cuándo le va a tocar retirarse. Igual me apoya para que me gradúe y tenga mi carrera universitaria.

─¿Cómo te costeas los estudios? ¿Es por tu cuenta o va por parte de tu familia?

Intento pagármelos yo. Claro, cuando me alcanza el dinero para pagar la universidad. El alto costo hace que no se me esté prestando muy bien con lo que estoy ganando en el fútbol. Pero por más que sea intento costearlo yo porque mis papás me dan techo, me dan comida y ya tengo 21 años. Quiero comenzar a tomar responsabilidades en mi vida.

─En cuanto a un cambio de equipo, que siempre es latente en el fútbol, ¿cómo harías con los estudios?

Ya he tenido la oportunidad de salir de Caracas para jugar en el interior, pero he tomado la decisión de quedarme acá. Más que todo futbolísticamente, pero siempre pensando en la universidad para ir adelantando la mayor parte que pueda. Mi prioridad es el fútbol. Si me toca irme a jugar a Trujillo, si me toca irme a jugar fuera de la capital, a otro estado, tendré que tomar la decisión de irme, ya que me debo a esto. Además, la carrera futbolística es corta. Dura de diez a quince años. Es a lo que me quiero dedicar. Me tocaría congelar el semestre y terminarlo en algún momento cuando regrese a Caracas.

 

VIDA COLEGIAL

─¿Crees que el colegio ayudó en tu formación para que se te dieran los primeros semestres más fáciles?

Sí, claro. La formación que tuve en el Santo Tomás de Aquino fue sumamente buena. Además que ahí estaba mezclado el tema del fútbol con los estudios también. En quinto año siempre llegaba a las 9 de la mañana al colegio porque tenía que entrenar con el primer equipo. Yo era juvenil en ese momento y eso fue algo que me permitió establecerme la meta de lograrlo en la universidad. Siempre lo vi muy difícil. Pensé tomarme un año sabático, pero también pensé en que no iba a retomar los estudios, entonces decidí continuar con la tónica de llegar eventualmente tarde a clase, pero lograr sacar la carrera como logré sacar el bachillerato.

─¿Nunca tuviste una pausa?

No. Apenas me gradué del colegio me salió el cupo en la UCAB. Incluso fue la única universidad en la que presenté mis notas. Era la universidad en la que quería estudiar.

─Por último, un mensaje para la comunidad ucabista…

Que organicen realmente su tiempo si quieren hacer las dos cosas. Más aún si tienes gente que te apoya. Siempre que te dediques a algún deporte o algún hobbie, porque quizás no sea un deporte, sino que haces música o alguna otra cosa. Lo más importante es organizar tu tiempo y buscar las prioridades para poder hacer todas las cosas.

 

♦ Víctor Grao