La última entrega del primer ciclo de #TBTUCAB (sección que se publica los días jueves y en la que se muestra una foto del pasado a la usanza de la tendencia Throwback Thursday o TBT, tan popular en redes sociales) presenta algunas imágenes relacionadas con una dependencia académica que, a pesar de su corta vida, dejó una huella significativa en la Universidad Católica Andrés Bello.

Se trata de la Facultad de Farmacia, que comenzó a funcionar con menos de 30 alumnos cuando, en octubre de 1953, la UCAB abrió sus puertas en su primera sede, ubicada en la esquina de Jesuitas del centro de Caracas.

La fotografía que abre este artículo muestra uno de los laboratorios de química de la facultad y a un grupo de alumnos haciendo los experimentos. A la derecha, un docente observa atentamente. A todos se les ve con las batas blancas que debían utilizar dentro de estos espacios, como uniforme reglamentario de protección para manipular las sustancias.

En esta segunda imagen puede apreciarse a dos muchachas, muy concentradas, haciendo las prácticas académicas respectivas y luciendo los peinados típicos de los años 50 en Venezuela.

Para entonces, las damas eran el principal mercado de esta carrera. El Ucabista publicó en abril de 1998 una entrevista a uno de los docentes fundadores de la escuela, el español Carlos Ruiz Alonso, quien aseguró que hubo un «boom» entre las jóvenes caraqueñas de «sociedad», muchas de las cuales aceptaron el reto de estudiar esta disciplina.

De hecho, en la primera promoción, 11 de los 13 graduandos eran chicas.

La Facultad de Farmacia contaba con equipos de alta tecnología, muchos de ellos traídos de Alemania por encargo de su director, el sacerdote jesuita Francisco Olariaga. El que se observa en la imagen superior es un aparato de gran magnitud -y novedoso para la época- conocido como  el «reactor atómico», donde se hacían experimentos relacionados con energía nuclear.

En esta otra foto se puede apreciar uno de los laboratorios más importantes, el de farmacia galénica, en cuyos espacios se instruía a los estudiantes en el proceso de transformación de los principios activos farmacológicos en medicamentos para el consumo de pacientes.


A pesar de la predominancia de mujeres, los caballeros también se sumaron a los  jóvenes que se formaron en esta disciplina de la salud dentro la UCAB, tal como lo prueba esta quinta imagen, en la que se ve a varios jóvenes entre pipetas, mecheros y tubos de ensayo preparando experimentos para una de las prácticas de materias como Orgánica I, II y III y Farmacología.

 

 

(Ver también: Así era el cafetín en los años 90)

Anécdotas de una profesora 

La Facultad de Farmacia cerró sus puertas en 1965. De sus cinco promociones egresaron 96 profesionales, quienes contaron con una excelente formación académica, debido a la exigencia de su director.

De eso da fe Aura Marina Perdomo. Llegó a la Facultad de Farmacia de la universidad en el año 1956 -recién graduada de la UCV- por invitación del profesor Carlos Ruiz, quien le pidió incorporarse a la plantilla de docentes para fortalecer la naciente escuela ucabista. Desde entonces, se ha mantenido vinculada ininterrumpidamente a esta casa de estudios.

 «Yo trabajé muy a gusto durante esos años. Aquí se decía que cuando uno abría una cátedra era fundador; yo entré en el momento en que se empezó a dar Quimica III, entonces soy fundadora. En ese tiempo aprendí a querer a la universidad, tanto que desde el año 56 sigo aquí. Cuando una se gradúa espera pertenecer a un proyecto bonito y a mí me tocó ver crecer esta casa de estudios, desde el comienzo hasta ahorita». 

La profesora cuenta con mucha nostalgia cómo fue la convivencia con sus colegas en la desaparecida facultad, a quienes recuerda con cariño a pesar de los años que han transcurrido.

«Los profesores éramos muy unidos, porque era un grupo pequeño. Cuando comenzamos se fueron abriendo poco a poco los años de carrera a medida que se avanzaba. Por eso como colegas nos ayudábamos unos con otros. Ya quedamos pocos, muchos han fallecido».

Perdomo tampoco olvida a sus alumnos. Todavía identifica a algunos de los estudiantes que se formaron en su aula de clases y evoca cómo se comportaban con ella.

«Los alumnos de aquella época eran sumamente distintos, muy respetuosos y puntuales, si ellos llegaban tarde no se recibían. Los muchachos tenían algo importante y que yo recuerdo bastante: cuando uno entraba al salón se paraban y decían buenas tardes. Ahora el profesor tiene que estar diciendo ‘cállense que voy a empezar’ (risas). Sin embargo, los de Farmacia eran muy bochincheros. Una vez en la residencia para estudiantes, que quedaba a una cuadra de la esquina de Jesuitas, una chica le puso pimienta a todas las camas y por aquello se formó un alboroto».

La veterana farmacéutica -hoy a cargo de la Casa del Jubilado de la universidad- explica que el principal motivo por el que se cerró esta carrera fue el económico; lamenta que el proyecto no haya podido salir a flote nuevamente, a pesar de los intentos de las autoridades ucabistas por reabrirla.

«La Facultad de Farmacia en su mayoría funcionaba en laboratorios, por eso era una carrera muy costosa. Justo en ese entonces, el país estaba pasando por una crisis económica y la escuela tuvo que cerrarse. Entonces, yo pasé a dar clases en Ingeniería hasta el año 89, cuando me jubilé. Recuerdo que en un momento se pensó reabrir la escuela y vinieron unos japoneses a ayudar. En otra oportunidad, Farmahorro también ofreció lo mismo, porque quería formar gerentes de farmacia. Sin embargo, eso no avanzó«.

A 53 años de su clausura, la Facultad de Farmacia no se ha despedido del todo de la UCAB, porque varios de sus equipos se encuentran en el edificio de laboratorios de Ingeniería de la sede de Montalbán, donde siguen siendo utilizados para la formación académica de los alumnos. 

A través de este TBT, muchos de los que pasaron por sus aulas recordarán con cariño las vivencias de esos años, mientras las nuevas generaciones pueden evocar en imágenes un tiempo importante que forjó la historia de la UCAB.

♦Lesslie Mendoza

(Ver también: #TBTUCAB: La pasarela Antímano-UCAB cumple 20 años)