Como culminación de la etapa de discusión y ensamblaje de las propuestas para alimentar las políticas públicas que dan cuerpo al Plan País, el Aula Magna de la UCAB, en Montalbán, fue el escenario para que los académicos de las universidades Central de Venezuela (UCV), Simón Bolívar (USB), Metropolitana (UNIMET), Monteávila y Católica Andrés Bello (UCAB) hicieran entrega formal al presidente encargado de la República, Juan Guaidó, de los lineamientos compilados durante las jornadas Propuestas para el plan país. 

La iniciativa fue organizada por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (CEPyG) de la UCAB, con el apoyo del Instituto de Investigaciones Jurídicas de esta universidad y de la Comisión especial de la Asamblea Nacional para el Plan País.

Guaidó recibió personalmente, de manos de los expertos que coordinaron las mesas de trabajo llevadas a cabo durante tres días, las propuestas para alimentar el Plan País en las siguientes áreas: justicia (Irelis Valdivio), administración pública (Eglé Iturbe), economía (Ronald Balza),  relaciones internacionales (Félix Arellano), sistema electoral (Roberto Abdul), política social (Lissette González), educación, cultura, ciencia y tecnología (Tulio Ramírez), medios de comunicación (Marcelino Bisbal) y políticas para discapacitados (Selene Monteverde).

El evento, realizado la mañana de este viernes 24 de mayo, se prolongó por tres horas, con las intervenciones de tres invitados internacionales expertos en transiciones democráticas: Abraham Lowenthal (University of Southern California),  Ignacio Walker y Genaro Arriagada, estos últimos exministros de los gobiernos democráticos de Chile y activistas responsables de la coalición que derrotó, en 1988, al dictador Augusto Pinochet en las urnas.

Tanto Lowenthal (vía video), como Walker y Arriagada, coincidieron en que las transiciones exitosas desde gobiernos autoritarios y dictaduras hacia democracias consolidadas, han cumplido algunos requisitos comunes, más allá de las particularidades de cada proceso.

Todos encomiaron los esfuerzos que se hagan por entablar negociaciones con el grupo que detenta el poder, pues es la única forma de alcanzar una salida pacífica. Lowenthal se refirió particularmente a los contactos recientes en Noruega entre representantes de Nicolás Maduro y de Juan Guaidó, y destacó que ese país tiene una gran experiencia en acompañar “negociaciones difíciles” y puede ofrecer garantías de que “no va a tomar partido”.

 

La universidad da la cara

El rector Francisco José Virtuoso. al dar la bienvenida, destacó que la UCAB ha estado involucrada en la construcción del Plan País desde su inicio y que la universidad venezolana se ha constituido en referencia en los esfuerzos por resistir los tiempos duros.

“En medio de los terribles agobios que sufre la universidad nacional por regulaciones excesivas, estrangulamiento financiero, por lo terrible flagelo de la migración, por las terribles circunstancias económicas, la universidad en Venezuela sigue dando la cara”. 

El sacerdote jesuita lamentó el asedio que sufre la Universidad de Oriente (UDO) y las “sanciones arbitrarias” contra universidades privadas.

Terminó citando a Blaise Pascal (“la razón tiene el reto de amar y el corazón tiene el reto de pensar”) y afirmó que “en este esfuerzo por el Plan País hay una razón que ama profundamente a Venezuela y hay un corazón que piensa a Venezuela. Amar y pensar a Venezuela, esa es nuestra tarea”.

Acompañaron a Virtuoso en el presidium los rectores Benjamin Scharifker (UNIMET) y Francisco Febres-Cordero (Monteávila); el director del CEPyG, Benigno Alarcón, y el diputado José Guerra, en representación del diputado Juan Andrés Mejía, presidente de la comisión especial Plan País, quien se encuentra en la clandestinidad. Avanzado el acto se incorporó Juan Guaidó.

 

Atender las demandas insatisfechas

José Guerra dijo que “la concepción fundamental del Plan País es que la riqueza la crea la gente que trabaja y no el gobierno”. Recordó que iniciaron la elaboración del plan para un gobierno de transición con tres áreas básicas: macroeconomía, petróleo y lo social, y luego se extendió a once áreas, que persiguen restituir la economía de mercado que fue quebrada por el modelo vigente. Dejó claro el diputado que el programa para la transición contempla que el Estado conserve la propiedad sobre todo lo que haya en el subsuelo.

Por su parte, Benigno Alarcón, director del CEPyG de la UCAB, recordó algunas de las conclusiones de las investigaciones recientes sobre la evolución de la democracia en el mundo y dijo que de las 75 democracias reconocidas actualmente, 55 enfrentan problemas por las demandas insatisfechas de los ciudadanos.

Sobre Venezuela, aseveró que “parece una pieza de un rompecabezas que fue sacada de otro lado del mundo”. Ubicada en el puesto 134 del ranking democrático, “Venezuela ocupa la misma posición de Zimbabwe, está en peores condiciones de apertura política que China, el Congo, Camerún y Qatar y apenas mejor que Bielorrusia, Togo o Vietnam”.

Explicó que el trabajo que se ha hecho en las mesas de trabajo de las propuestas para el Plan País desde las universidades es alimentar la capacidad estatal de un venidero gobierno democrático. Mencionó que hay tres pilares básicos: lo político, estado de Derecho y capacidad estatal “y buena parte del trabajo que hemos hecho en el modelo económico, infraestructura, agenda social, seguridad, defensa, seguridad ciudadana, etc, lo que busca es construir los elementos para poder levantar esos tres pilares de manera equilibrada, porque de lo contrario corremos el riesgo de colapsar todo el sistema”.

Alarcón hizo un alerta sobre la base de la experiencia reciente de Egipto, que tras un gran movimiento ciudadano recobró la democracia, pero acabó perdiéndola ocho meses después de unas elecciones libres.

 

“La gente prefiere la democracia, pero terminan defraudados de sus gobiernos si hay demandas básicas sin satisfacer, porque no es posible la existencia de una democracia sin capacidad estatal”. Entonces formuló un llamado a los venezolanos: “nosotros, todos, sociedad civil, universidades, quienes nada tenemos que ver con el ejercicio de la política, tenemos que asumir una función que no toca en un país normal: tenemos que convertirnos en intermediarios, en moderadores de esas demandas, porque si nuestro rol se limita a poner más demandas en el sistema, terminaremos colapsando el sistema. Hay que decirle a la audiencia que hay que organizar las cosas para hacerlo de manera adecuada. Es nuestra responsabilidad hacer verdad esa frase de Greg Mills de que “la gran virtud de Venezuela es que no se rinde”.

 

Lowenthal: “el momento para negociar una transición democrática ya llegó”

El profesor emérito Abraham Lownthal, coautor con Sergio Bitar del libro Transiciones democráticas: Enseñanzas de líderes políticos, que recoge las experiencias de líderes en trece procesos en todo el mundo, aseveró que según su experiencia ya llegó el momento de que Venezuela avance en un proceso de negociación política y alertó que el papel del gobierno de Estados Unidos debe ser el de apoyar ese proceso en lugar de obstaculizarlo.

“Basado en nuestros estudios sobre transiciones en todas las regiones importantes del mundo, ya es momento de hacer las concesiones y acuerdos necesarios para poner fin a los aspectos destructivos de la situación venezolana”, dijo Lowenthal, quien habló de siete principios que deben cumplirse.

Recomendó concentrarse en los intereses básicos que tienen los dos lados en común, respetar y proteger los intereses legítimos de la FAN y agentes de seguridad y asegurar que van a ser controlados por el gobierno civil, restituir la autoridad de la Asamblea Nacional y dar credibilidad al sector judicial, hacer una reforma electoral, elecciones libres y justas, establecer procesos para la justicia transicional, liberar a prisioneros políticos y ofrecer amnistía y hacer las gestiones para iniciar la recuperación económico. Mencionó la necesidad de considerar compartir poderes entre elementos del gobierno actual, sector económico y sociedad civil y hacer bandera la tolerancia mutua y garantizar la integridad física de los líderes principales y que no habrá revancha.

“Ninguna nación puede esperar imponer sus preferencias, eso implicaría una ocupación militar destructiva, riesgosa, costosa, prolongado, destructiva. Eso hay que evitarlo”, dijo el profesor sobre el papel de la comunidad internacional. Abogó por agotar las vías diplomáticas.

El gobierno de EEUU no puede jugar un papel grande en las negociaciones de Venezuela. Washington debe ser animado a apoyar un esfuerzo concertado. Sería una tragedia evitable si la impaciencia, arrogancia, consideraciones domésticas o geopolíticas o las ideas de determinados oficiales fueran a llevar la política norteamericana a una intervención que seguramente hará más difícil el futuro de Venezuela y el futuro de las relaciones norteamericanas con América Latina”.

Ignacio Walker, en su turno, reflexionó sobre la diferencia que hay entre una revolución y una transición, y explicó la esencia del proceso de democratización que terminó con la era de la dictadura de Pinochet: continuidad y cambio a la vez. Sobre los esfuerzos que en Venezuela se hacen con el Plan País, dijo que es muy importante porque en los procesos de cambio político “la gente quiere previsibilidad en sus vidas”.

Por su parte, Genaro Arriagada también destacó lo positivo del Plan País, sobre todo por ser un conocedor cercano de la política venezolana desde 1999, cuando actuó como consultor internacional.

Arriagada insistió en que las transiciones “no son una vuelta de tortilla”, pues de lo contrario habrá “una guerrilla interminable que acabará con el país” e invitó a incorporar a la mayor cantidad de agentes del régimen que se desplaza del poder con igualdad de derechos. “Los únicos que deben quedar fuera son los que merecen la cárcel”. 

♦Texto: Elvia Gómez/Fotos: Manuel Sardá