Suponer que no, o creer que sí, pero no saber a ciencia cierta sobre algo que directamente nos afecta, atenta contra nuestra tranquilidad. Eso se llama incertidumbre y no hay algo peor que ella, porque crece en la medida en que disponemos de menor cantidad de información.

Si de algo podemos tener certeza los venezolanos es de que no estamos bien informados. En nuestro país la información es escasa y suele pasar por el tamiz de la censura. Peor aún: muchas veces ni siquiera está disponible, al menos la oficial; por eso, uno de los principales problemas que enfrentamos como ciudadanos es la incertidumbre informativa.

Al estar necesitados de información, el no tener certezas nos dificulta vislumbrar escenarios y tomar decisiones adecuadas. Y esto va más allá, porque vivimos buscando señales, signos y mensajes que nos permitan encender una luz en medio de la oscuridad. Por eso tendemos a generar e intercambiar anuncios  que muchas veces van y vienen en forma de especulaciones, rumores, y hasta chismes; en fin, contenidos que tienden a ser falsos en tanto que desvirtúan la realidad.

En un momento como el que estamos viviendo, cuando la pandemia del COVID-19 azota al planeta sin piedad, en Venezuela el sistema de salud no funciona y la información del gobierno lejos de aclarar confunde por su carácter contradictorio, se hace difícil advertir lo que sucederá en los próximos días. Hoy no están claras las reglas del juego, por lo que crece el desafío para combatir la incertidumbre y evitar que esta nos consuma.

La información es el antídoto de la duda. Somos lo que sabemos y por eso vivimos a la caza de información, porque siempre queremos saber más; pero en un país como Venezuela, donde las referencias son muy pocas, debemos ser muy cuidadosos al seleccionar contenidos de calidad.

Lo primero que debemos hacer es mantener la calma. Las condiciones descritas líneas arriba podrían permanecer indefinidamente.

Con el paso de las horas, y sin información oficial confiable, nuestra avidez por saber causará una ansiedad que se unirá a una búsqueda que arrojará como resultado una sobrecarga de mensajes que tendremos que escudriñar minuciosamente. ¿Complicado, no?

Recuerden que la calma es fundamental, porque una vez encontrados los contenidos aún debemos identificar si provienen o no de fuentes confiables, reconocidas y poseedoras de buena reputación; luego, y con el fin de lograr mensajes útiles, es importante que las contrastemos, comparemos y valoremos. Es obligatorio ser cada vez más críticos y exigentes con esa cantera de información.

Para hacerles menos complicada la búsqueda de noticias e informaciones sobre COVID-19 en Twitter, que es la red social que habitualmente uso para informarme, les voy a recomendar apenas cinco cuentas creíbles: @opsoms (Organización Panamericana de la Salud), @IdiUcv (Instituto de Inmunología de la Facultad de Medicina de la UCV), @svinfectologia (Sociedad Venezolana de Infectología), @julioCastrom (médico internista infectólogo de la UCV) y @PandemicCovid20 (acopio de noticias y opiniones de expertos sobre el Coronavirus aparecidas en distintos medios de comunicación del mundo).

En Venezuela no hay, al menos por ahora, un antídoto contra la incertidumbre, pero sin duda podemos encontrar paliativos que nos acerquen a un conocimiento de la realidad, ese mismo que a la vez nos permita desarrollar la capacidad para tomar decisiones acertadas.

♦Texto: Tamara Slusnys. Periodista y profesora de la Escuela de Comunicación Social UCAB/Fotos: Freepik.es