Elizabeth Formica -o Betty, como la conocen familiarmente los empleados de la UCAB- es la directora de Recursos Humanos de la universidad. Al igual que todo el personal profesional y docente, así como los casi 7.000 estudiantes que, este lunes 27 de abril, se conectaron a las plataformas educativas virtuales para empezar el semestre con clases a distancia, ella está en proceso de adaptación y aprendizaje.
Así, descubrió que la emergencia impuesta por el COVID-19 hizo posible que el martes 28 de abril viviera una experiencia inédita: que los alumnos de la cátedra Compensación del Trabajo I, de los campus de Montalbán y Guayana, compartieran en el mismo “salón” virtual, y que dos profesoras, separadas por más de 650 kilómetros de distancia, potenciaran sus conocimientos simultáneamente en beneficio de los 33 alumnos “asistentes” on line.
“Eso es algo de nunca pensarlo. Lo comenté con los muchachos, nuestro mensaje como universidad es que vamos pa’ lante”, relató Formica, docente de Relaciones Industriales.
Como líder del equipo que se ocupa de atender los requerimientos laborales de cerca de 2.000 personas, opina que “todo esto es un cambio de chip, especialmente para algunos segmentos que están condicionados a la presencialidad, como secretarias, asistentes de oficina, recepcionistas. El teletrabajo nos lleva a hacer una redistribución de las responsabilidades”.
Sostiene que la clave para superar los nuevos obstáculos en esta institución –que ha pasado por la crisis eléctrica, las manifestaciones de calle y los problemas de movilidad– es que los equipos de trabajo permanezcan muy comunicados y que los líderes de cada departamento sepan gestionar la colaboración para la mejor distribución de las cargas laborales.
“Creo que es importante reconocernos todos en una situación totalmente inédita, extraña, desconocida, y sentir que somos un equipo en cada unidad y que toda la UCAB es un equipo. Juntos vamos a salir adelante, entre todos tenemos que apoyarnos, todos tenemos altos y bajos, lo bueno de actuar en equipo es que no todos los vamos a tener al mismo tiempo. En esos altos y bajos nos podemos acompañar, mantenernos conectados es clave, los líderes tienen allí un papel importante porque tienen que obligarse ellos a conectar a la gente, a moverlos, a retomar las responsabilidades y buscar la forma, ingeniarse para salir adelante”.
A mediados de abril, RRHH envió un mensaje a todo el personal donde se señaló: “el rol del supervisor es fundamental para mantener al equipo organizado, motivado y comprometido. Es una oportunidad para potenciar las habilidades de cada uno de los miembros de las unidades académicas y administrativas, especialmente en lo que se refiere al teletrabajo, establecer una buena comunicación, lograr acuerdos claros para poder tener los resultados esperados”.
En ese sentido, Formica explicó que hasta el 30 de abril se estarán recibiendo de cada dirección de la universidad los reportes sobre la situación del personal y dinámicas laborales generadas durante la cuarentena, para tener claro cuántos trabajadores cuentan con las herramientas tecnológicas, cómo se desempeñaron con la experiencia del teletrabajo, si tienen o no disposición y posibilidad de trasladarse al campus de Montalbán y si han sufrido el COVID-19, entre otras informaciones.
Los datos facilitarán el diseño de un plan de trabajo, desde ahora y para cuando se levante la cuarentena. Hasta el momento, nadie del personal ha reportado haber contraído la enfermedad.
La industrióloga dejó muy claro que el estudio en marcha no está motivado por un criterio de control –“que la gente crea que uno está tratando de ver si están trabajando o no” – sino que tiene como objetivo adaptar y mejorar los procedimientos ante la nueva realidad.
“La universidad tiene que seguir funcionando. Tenemos que ver cómo nos distribuimos entre el teletrabajo y la asistencia escalonada. Eso implica mucho compromiso e interés, porque si no se pueden trasladar o no tienen Internet, hay que buscar la forma de comunicarse y pedir apoyo; ver quién sí puede ir y vive cerca. También implica compartir el conocimiento y enseñarle a un compañero cómo hacer algo, por si quien lo hace siempre no se puede trasladar. De lo que se trata es de que el objetivo de la continuidad operativa se cumpla”.
La directora de RRHH aseguró que UCAB ha estado abierta porque todos los procesos claves se han mantenido activos durante la cuarentena: Seguridad, la DTI, el soporte a la actividad académica, los procesos críticos de Finanzas, de Secretaría, entre otros.
“En ningún momento nos hemos parado, el campus mantiene sus puertas abiertas; por lo tanto, aquellos colaboradores que requieran asistir de manera puntual y bajo el criterio de presencialidad mínima e indispensable para garantizar el soporte a los procesos académicos y administrativos, podrán acceder, cumpliendo de manera estricta con los protocolos de salud y seguridad generales. Para mayo, esperamos que los equipos de las áreas no críticas tengan definidas sus estrategia, cuánto será remoto y cuánto presencial, teniendo en consideración lo que está pasando con la falta de combustible. Por ejemplo, en estos días, la gente del Archivo General y el Fondo Documental van a tener el cuidado de ir de forma escalonadas, no todos al mismo tiempo, de modo que se garantice la operatividad y, al mismo tiempo, se cumpla con las normas del distanciamiento”.
Consultada sobre el tratamiento que se dará al personal mayor de 65 años, teniendo en cuenta que están identificados con mayor vulnerabilidad ante los efectos del COVID-19, Elizabeth Formica informó que desde que comenzó la cuarentena se decidió que esos colaboradores no se reincorporarán de inmediato, una vez se levante la cuarentena.
«Está claro que los profesores a tiempo convencional no tienen que ir a la universidad con la modalidad de clases a distancia; ellos son cerca de 1.000 personas. El personal a tiempo completo, que incluye profesionales, empleados y docentes a dedicación, son unos 800 y, de ese total, los mayores de 65 años representan un 10%, aproximadamente”.