Expertos en economía, política, sustentabilidad ambiental y acción comunitaria, además de un representante estudiantil, expresaron su visión sobre los desafíos que deberá enfrentar el país en el nuevo año. Todos coincidieron en que la ciudadanía debe involucrarse activamente en la búsqueda de soluciones para mejorar sus condiciones de vida

Culmina el segundo año de restricciones, cambios de paradigmas e intentos de retorno a la normalidad tras la llegada, en 2020, de la pandemia por Covid-19. La posibilidad de tener una recuperación económica nacional y los lentos, pero existentes, avances en los planes de vacunación vislumbran un 2022 distinto al que se vivió en los últimos meses.

Sin embargo, los temores de un rebrote de la pandemia debido a la aparición de nuevas variantes de coronavirus, los conflictos sociales y políticos, la crisis de servicios públicos, además de una emergencia humanitaria compleja que sigue sin resolverse, hacen que el panorama del país siga siendo de incertidumbre para muchos. Aun así, el albor de un nuevo año también supone nuevas oportunidades y muchas expectativas.

A propósito de esto, importantes referentes de la comunidad ucabista con experiencia en materia económica, social, ambiental, espiritual y estudiantil, ofrecieron sus visiones sobre los retos  que tendrá que afrontar Venezuela en 2022 y los deseos que, esperan, puedan cumplirse para superar la crisis.

Una sociedad articulada

El incremento de la pobreza, que según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) alcanza a 3 de cada 4 venezolanos; la migración de 5,9 millones de habitantes y las precarias condiciones de salud son las características que dibujan el  panorama social venezolano para inicios de 2022.

Para enfrentar este contexto, Adle Hernández, directora general de Extensión Social de la UCAB, espera que se continúe el trabajo de las organizaciones no gubernamentales y  desea que se logren unificar esfuerzos para alcanzar el cambio.

 “Para el año 2022, esperaría que las diversas organizaciones sociales con las que contamos en el país, desde las muy pequeñas e informales que hay en las comunidades hasta aquellas formales y de larga trayectoria, podamos seguir trabajando y aportando, ojalá cada vez más orientados a unir esfuerzos hacia la construcción de ese horizonte común que es la reconstrucción. Ojalá que también nos podamos fortalecer como ciudadanos corresponsables de impulsar los cambios que el país exige”, dijo.

La psicóloga y docente resaltó la necesidad de que la sociedad civil se haga partícipe y promotora de la reconstrucción social.

Hay muchas personas y organizaciones trabajando y realizando grandes esfuerzos por la reconstrucción, pero todos tenemos que entender que el país requiere la contribución de todas las personas. No son otros los que ‘van a arreglar esto’; cada persona tiene que entender que su contribución es decisiva, desde acciones pequeñas y locales hasta esfuerzos grandes y mancomunados que promuevan el encuentro y las reflexiones que capitalicen para todos las buenas prácticas”, opinó.

Cese de la hiperinflación y progresiva recuperación económica

Después de casi una década de contracción continua que suma 80% del PIB, Ronald Balza, economista y decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCAB, espera y ve posible que Venezuela entre en un punto de inflexión que traiga consigo posibilidades de avance en materia económica.

El año que viene es posible que se detenga la hiperinflación y algunas actividades productivas tengan una aparente recuperación. Sin información detallada, no puede presumirse que tales noticias supongan un cambio de políticas a favor de relaciones transparentes entre el gobierno y todos los sectores de la sociedad”, opinó.

En este contexto, indicó que la superación de la hiperinflación,  la aparición de nuevas empresas y la mejora de condiciones materiales para algunos grupos “podrían ser base para nuevas relaciones políticas, que hagan explícita la importancia de la economía, el conocimiento, la innovación y la información en la lucha por la democracia”.

Puntualizó que la  ocurrencia de estos escenarios “permitirá la circulación del dólar en el territorio nacional y permitirá la entrada de empresas de un nuevo sector privado en la economía” y podría revertir, paulatinamente, los niveles de pobreza de ingresos, que hoy en día afectan a 90% de la población.

 “La recomposición del poder político y económico es una consecuencia de lo ocurrido durante los últimos años. La reversión del grado de destrucción sufrido hasta la fecha crea nuevas oportunidades para innovación, tanto política como económica. El ambiente en 2022 será diferente, influido por la respuesta de la economía formal y la subterránea al Covid, a la hiperinflación, a la dolarización transaccional y a las migraciones, con sus remesas y nuevos conocimientos y vínculos internacionales. En este sentido, podría comenzar a revertirse la pobreza de ingresos y mejorarse los vínculos productivos y comerciales dentro y fuera de Venezuela. Esto puede ocurrir mientras, simultáneamente, territorios y comunidades sufren deterioro ambiental y explotación laboral, como ocurre en el Arco Minero del Orinoco y otros lugares”, aseguró el decano.

Cambio político y vuelta a la democracia

El director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, Benigno Alarcón, habló sobre la crisis político-institucional que vive el país y deseó que exista un cambio político que promueva el entendimiento nacional y la recuperación del aparato democrático.

 

“Lo que quiero para Venezuela es volver a la democracia, tener una Venezuela mejor incluso que la que tuvimos en el pasado, una Venezuela que sea una incubadora de oportunidades para todos los venezolanos, que sea próspera, equitativa y justa. Creo que para eso es necesario exista un cambio político. Quisiera que el año que viene tuviéramos la manera de escoger un gobierno legítimo, que gane quien gane, sea aceptado por todas las partes y que sea respetado por todos los venezolanos,  porque todos tuvieron la oportunidad de participar y  de expresar su voluntad para escoger”, comentó.

Asimismo, señaló que espera que la ciudadanía sea ejercida, tanto individual como colectivamente, para lo cual destacó que es fundamental que “todos los venezolanos se sumen, para producir cambios y hacer cosas que no podemos hacer solos”.

“El 2022 es el año de la ciudadanía y el año en el que todos los venezolanos deberíamos sentir que el país no va a cambiar si nosotros lo cambiamos. Tenemos que aceptar la idea de que para que Venezuela cambie, todos tenemos que cambiar y eso implica pasar de ser pobladores de una tierra a ser ciudadanos que se involucran, participan en la vida del país, no se rinden y que buscan el cambio por todos los caminos a su disposición”, puntualizó.

Por una Venezuela verde

Para 2022, el director de Sustentabilidad Ambiental (DSA) de la UCAB, Joaquín Benítez, ansía que  se incluyan los temas ambientales de Venezuela en la agenda nacional, a fin de que se responda de manera efectiva.

Es imprescindible que se atiendan, con seriedad y premura, los desafíos del cambio climático. Que se detengan las agresiones a las áreas protegidas, a la vegetación, a los ecosistemas especiales, a la fauna y a los bosques urbanos. Que en el debate político y ciudadano se haga hincapié en la importancia de atender con urgencia los problemas ambientales”, deseó.

Para lograrlo, Benítez hizo énfasis en que es necesario contar con “más y mejor democracia, una ciudadanía sensibilizada y actores políticos, económicos y sociales comprometidos con los desafíos del desarrollo sostenible”.

Trabajar por el futuro y mantener la esperanza

La juventud es una de las poblaciones más golpeadas por la crisis. El desempleo y la falta de oportunidades de acceso a la educación superior dejan a 37% de quienes tienen entre 15 y 29 años sin estudiar ni trabajar.

En vísperas de año nuevo, Daniel Márquez, estudiante de Derecho y consejero universitario de la UCAB, desea que la población joven pueda “enfrentar los retos del contexto nacional e internacional, incluyendo la vuelta a la normalidad tras la pandemia por Covid-19”. Asimismo, deseó que el nuevo año sirva como “una antesala a un cambio político en el país, de cara a unas eventuales elecciones presidenciales con condiciones”.

El futuro abogado alentó a la comunidad estudiantil a asumir una actitud positiva ante las dificultades y mantener el carácter resiliente, que considera representa al joven venezolano.

Sin duda el 2021 fue un año de muchos retos, pero también de muchos aprendizajes. Todo el esfuerzo, el trabajo y el compromiso que la juventud venezolana ha venido demostrando durante los últimos años, especialmente en este 2021, se puede replicar en el año 2022, a fin de que sigamos siendo una generación resiliente y promotora de cambios y resultados. La forma en la que percibimos las cosas es distinta ahora, pero eso no es necesariamente malo, hoy más que nunca necesitamos mantenernos motivados y trabajando por el futuro, buscar eso que nos llena de esperanza y motivación”, opinó Márquez.

♦Texto: Albany Díaz / Fotos: The New York Times (apertura), Manuel Sardá (retratos) y cortesía