En los últimos cinco años, la universidad ha capacitado a más de 300 líderes de sectores aledaños al campus Montalbán y otras zonas de Caracas, como multiplicadores de información y agentes de cambio sobre la realidad ecológica de su entorno

Desde el año 2017, la Dirección de Sustentabilidad Ambiental (DSA) de la UCAB -junto con la Dirección de Extensión Social- ha capacitado a más de 300 activistas por el medio ambiente en diferentes zonas de Caracas. Así, el programa Liderazgo Ambiental Comunitario trabaja con jóvenes y adultos con el propósito de desarrollar las habilidades necesarias para que detecten, panifiquen y ejecuten soluciones a problemas medioambientales en sus entornos inmediatos.

El director de la DSA, Joaquín Benítez –ingeniero agrónomo, profesor e investigador especializado en Desarrollo Sustentable- explica que el programa funciona a través de talleres educativos que se caracterizan por tener una alta participación: «Esto es el boca a boca. La gente se anima muchísimo. Siempre hemos tenido más demanda de la que hemos podido cubrir», sostiene,  y además afirma que a cada actividad asisten, en promedio, unas 15 personas.

 

Los encuentros formativos, que tienen una duración de cuatro horas y constan de igual número de módulos, se basan en la premisa de aprendizaje y acción: «Taller significa que vas a trabajar (risas)», precisa Benítez. Por ello, la primera dinámica busca que los participantes identifiquen, valoren y jerarquicen los problemas ambientales de su comunidad. La segunda y tercera, invitan a que propongan acciones viables para manejar, o resolver, aquello que perjudica a su entorno. Finalmente, en la cuarta unidad, se intenta resaltar la importancia del tejido social y la participación activa dentro de la comunidad para solventar problemas. Las fechas y sesiones son variables y se manejan de acuerdo a la naturaleza de la institución o zona donde estén.

Según el profesor, la dirección ha cubierto gran parte de la capital venezolana. «Hemos levantado más de 70 iniciativas gracias a los líderes comunitarios de Chacao, Baruta y Libertador». De hecho, en 2018 la alcaldía del municipio Libertador le otorgó a la DSA el Premio Municipal de Conservación y Difusión Ambiental por su programa Liderazgo Ambiental Comunitario.

Benítez agrega que, para llevarlo a más personas, próximamente el programa será digitalizado y puesto en práctica de forma telemática.

«La comunidad, la mayoría de las veces, demanda proyectos. O demanda apoyo en formación, en iniciativas donde la universidad puede ayudar desde sus capacidades», dice el ingeniero. Y es allí donde estudiantes de la UCAB, que están realizando su servicio comunitario, entran en acción. «Esa ha sido una cosa bien emblemática: el giro que le estamos dando es apoyarnos mucho más en los estudiantes para que ellos sean los actores principales, quienes aporten soluciones y estrategias para atacar problemas o situaciones ambientales de la comunidad o institución», explica y, además, añade que estos talleres también se han realizado con el programa Magis al Extremo.

Educando desde el compromiso

Para Gabriel Fernández, geógrafo y especialista de la DSA, uno de los objetivos de los talleres  que adelantan en comunidades es hacer crecer la semilla del desarrollo sostenible y la modificación positiva del entorno; esto a partir de una preparación básica a los líderes de las comunidades que ya están sensibilizados sobre el tema.

«Un líder comunitario debe ser creativo, curioso, innovador y, por supuesto, debe estar dispuesto a aprender y adquirir nuevos conocimientos que le permitirán dirigir y cumplir con un rol tan importante como ese. Debe ser una persona que sirva como ejemplo, a través de sus acciones, al resto de los miembros de su comunidad», puntualiza.

Recuerda Fernández que, durante su experiencia, ha trabajado con adolescentes de 12 y 13 años de edad, pero también con adultos entre 65 y 70. Con ambos, asegura, se llevó una grata sorpresa: «Tienen una visión del ambiente consolidada, reconocen problemas de orden ecológicos». Los jóvenes, sigue el geógrafo, hablan (aunque no con términos técnicos) sobre contaminación, cambio climático y protección de la biodiversidad. Por su parte, los más adultos también reconocen problemas y, además, ofrecen soluciones.

 

«Esto es algo que forma parte de nuestras vidas y, aunque no se haya recibido una clase puntual sobre cambio climático o ecología, como los deportes, son parte de la cotidianidad. Ellos saben reconocer los problemas que les afectan y sus soluciones. Son dos visiones diferentes, pero permiten entender que sí existe un conocimiento básico de ambiente. Y eso es lo que nosotros potenciamos con nuestros talleres: intentamos llenar los vacíos conceptuales que pueden existir», expone Fernández.  

Los grandes cambios comienzan todos los días

Los representantes de la Dirección de Sustentabilidad Ambiental de la UCAB recordaron que, aunado al programa de Liderazgo Ambiental Comunitario, la DSA tiene en marcha otros tres proyectos de la mano de la Extensión Social: UCAB Recicla en las comunidades, Reconocimiento de espacios naturales y urbanos y su cuidado; y Adecuación de infraestructura urbana para el manejo de riesgos. Todos se llevan a cabo junto con estudiantes de pregrado dentro de comunidades cercanas al campus Montalbán y buscan, al final, generar un cambio desde las acciones de pequeña escala.

«La gente tiene que enterarse de la importancia de la crisis ambiental que estamos viviendo, valorar nuestra naturaleza, clima y nuestros bienes y servicios ambientales -recomienda Benítez-. Además, comprometerse como ciudadano informado. Tomar mejores decisiones como consumidor, como habitante y, desde el punto de vista laboral, procurar que lo que uno hace considere esa problemática ambiental. La gente tiene que informarse y asumir un comportamiento sostenible. Y también debe exigir. Una ciudadanía sustentable también exige y demanda esas cosas a las instancias que le corresponde», apunta Benítez.

Por su parte,  Gabriel Fernández llama a la gente a recordar que la Tierra es el único hogar disponible, aunque en redes sociales sean cada vez más comunes las noticias sobre empresas que están emprendiendo proyectos para colonizar otros planetas. «Eso sigue siendo distante. Este es nuestro hogar, el único planeta donde podemos vivir.  Es importante cuidarlo como cuidamos nuestra casa. Por eso, todas las acciones cotidianas aportan soluciones ambientales. Desde apagar las luces, desconectar equipos que no se estén usando, o cerrar el grifo de agua. Todo suma. Todo puede dar un gran resultado».

♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Dirección de Sustentabilidad Ambiental y Manuel Sardá