A través de siete ejes de trabajo, la unidad involucró a 1.358 estudiantes, trabajó con 99 profesores y ofreció asistencia y acompañamiento a habitantes de 29 parroquias caraqueñas

Al frente de la Extensión Social de la UCAB está la psicóloga Adle Hernández, pero junto a ella hay un gran equipo de profesionales, profesores, estudiantes y voluntarios, quienes le dan vida a esta dirección.

Ubicada en el Parque Social Padre Manuel Aguirre s.j. (frente al campus Montalbán), cuenta con una amplia proyección a las zonas aledañas a la universidad y su objetivo es impactar de manera positiva a las personas a través de siete ejes de trabajo: organización comunitaria, asesoría jurídica, educación, promoción de la salud, psicología, asesoría económica y contable y sustentabilidad ambiental.

Recientemente, Extensión Social presentó el balance de los logros conseguidos durante el período 2021-2022. En primer lugar, destacó Hernández, lo más significativo fue la vuelta a las actividades presenciales (aunque de forma gradual); luego, el progreso en cuanto a la automatización en los sistemas de registro y, en tercer lugar, que todas las unidades se mostraron dispuestas y emocionadas para trabajar.

En total fueron atendidas 21.836 personas, mientras 1.358 estudiantes y 99 profesores ucabistas se vieron involucrados. Las zonas atendidas fueron, principalmente, Antímano, La Vega y Caricuao; sin embargo, el alcance fue mayor, pues llegaron a 29 parroquias caraqueñas y 22 estados del país. Además, se atendieron algunas solicitudes de personas residentes en Argentina, Colombia, Chile, Perú, México y España, a través de herramientas de comunicación remota.

 

«Una de las cosas más importantes para Extensión es seguir respondiendo. Porque parece que cada vez tenemos unas realidades más difíciles, más duras. Uno se siente repetitivo diciendo esto, pero es que cada año se complejiza. Sobre todo, porque tienes personas enfrentando condiciones adversas durante mucho tiempo y empiezas a registrar un cansancio», dijo Hernández.

Por y para la comunidad

La directora se refirió a las actividades realizadas durante el período 2021-2022. Y aunque a su juicio todas merecen figurar, señaló algunas que destacaron por cada unidad (en su mayoría se trató de reactivaciones):

  • Centro de Clínica Jurídica: operativos de asesoría jurídica y creación de protocolo de atención por tipología de casos.
  • Centro de Salud Santa Inés (CSSI): clubes de diabetes e hipertensión; así como la práctica de yoga y kardio kombat.
  • Clínica Contable y Tributaria (dirigido por la Escuela de Administración y Contaduría): formación en «Finanzas personales», puesta en marcha de la actividad «Somos ciudadanos financieros» y una alianza con Bancaribe en el marco de la Global Money Week.
  • Centro de Innovación Educativa: exposición itinerante Robótica Educativa; el «Placer de leer» en salas de espera (CSSI), Olimpíadas de Historia (Antímano, La Vega, Chacao y estado Sucre) y la propuesta Buenas prácticas pedagógicas.
  • Centro de Innovación y Emprendimiento: Innovation Speed Date.
  • Dirección de Sustentabilidad Ambiental: Ruta Ecológica Ignaciana.
  • Unidad de Psicología Luis Azagra: micros radiales «Píldoras de autocuidado».
  • Dirección de Proyección y Relaciones Comunitarias: trabajo con adultos mayores y jóvenes (cultura de la democracia y Derechos Humanos).

Tiempo de pandemia, pero no de desatención

Cuando en marzo de 2020 fue declarada pandemia por covid-19, Extensión Social se enfrentó a un desafío: ¿Cómo seguir trabajando en comunidad con un contexto tan complejo? Y tan solo estuvieron fuera 3 meses sin actividades, pues con equipos de protección personal volvieron a aquellos centros que garantizaran las medidas necesarias para evitar una infección por el virus. Este, de acuerdo con Hernández, fue su mayor logro.

«No puedes abandonar los espacios y si sabes que la gente está allí, que está asistiendo, tienes que hacer presencia y tienes que tener esa responsabilidad de acompañamiento. No podíamos desaparecer. Volvimos en unas condiciones muy especiales y asistíamos puntualmente», puntualizó Hernández.

Pero no solo era el tema de contagios asociados al coronavirus; los efectos del confinamiento también se hacían sentir. Sobre ello, Hernández manifestó que había un gran número de niños y adolescentes que no estaban asistiendo a clases, grupos familiares sin acceso a internet y con graves fallas en los servicios básicos, y también menores de edad y mujeres sufriendo de violencia intrafamiliar.

«Tenemos que buscar las formas de leer esto, de entenderlo y de también entender cómo eres pertinente en ese contexto, porque la idea es que podamos insertarnos para responder en las medidas que sean factibles para nosotros. Qué podemos aportar que sea significativo para esas comunidades, es un reto constante porque es un entorno cambiante y demandante. Esa es nuestra realidad y lo más importante es que desde los talentos de cada unidad, se responda», añadió la directora de Extensión Social.

Y aunque las dificultades fueron múltiples, las gratificaciones también: Hernández subrayó que durante el tiempo de confinamiento las unidades encontraron maneras de llegar a las comunidades a través de vías telemáticas; y con ello, tuvieron contacto con más personas desde diferentes lugares de Venezuela y el mundo. Por otra parte, la distancia permitió aseverar que el vínculo entre la UCAB y las comunidades es fuerte y sólido.

 

«A pesar de que fue un año retador, fue muy productivo. Ver cómo las personas siguen buscando alternativas, siguen construyendo opciones, buscando respuestas y apoyándose sigue siendo muy esperanzador. Y sigue siendo algo que nos llena de mucha energía para seguir trabajando y mejorando lo que hacemos desde acá», dijo.

Hernández concluyó haciendo mención a lo que significó –en síntesis- acercarse a las comunidades: «Yo creo que para ambas partes fue un reencuentro muy sabroso. Tanto los niños y adolescentes que participaron en las actividades de cualquier unidad, cualquier voluntariado, de todo el abanico de opciones que tenemos, siempre es muy grato, tanto para los profesores, como para los voluntarios y los estudiantes. Pero no fue tan automático como cuando vienes de vacaciones. Todos añorábamos volver a la presencialidad completa», finalizó.

♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Manuel Sardá y Christian Lazo (retratos)