Datos del Observatorio de Empleabilidad y Procesos Formativos de la UCAB indican que los futuros profesionales buscan en un primer empleo oportunidades para aprender y construir redes de trabajo, por encima del dinero. Las empresas requieren nuevos talentos con habilidades tecnológicas, disposición para el aprendizaje continuo y tolerancia al fracaso

A partir de las investigaciones del Observatorio de Empleabilidad y Procesos Formativos de la UCAB, ente activo desde el 2020, su director, el psicólogo Gabriel Wald, presentó la ponencia «Expectativas laborales de jóvenes y empleadores en la transición al primer empleo».

En esta charla, realizada el jueves 13 de junio en el marco de la Semana Empresarial UCAB 2024, se revelaron tendencias sobre las demandas de los jóvenes profesionales al egresar de las carreras universitarias, así como también de los empleadores al buscar nuevos talentos.

Al comenzar, Gabriel Wald presentó un breve análisis de las actitudes que tienen los bachilleres entre 17 y 18 años hacia los estudios superiores. Dijo que los datos indican que quieren estudiar, pero buscan una amplia variedad de pregrados y ofertas cortas, «con prestigio y utilidad», para posicionarse en el mercado laboral de manera rápida.

Afirmó que, a diferencia de otras décadas, las carreras de larga duración se encuentran en un lugar más bajo en su jerarquía de prioridades.

«Cada día es más difícil para los jóvenes apostar y creer que, por hacer una carrera tradicional de cuatro o cinco años de duración, realmente van a poder insertarse en el mundo laboral o van a poder comprarse una casa, o hacer aquellas cosas que eran como el arquetipo de lo que muchos aspiraban. Eso no quiere decir que no quieran estudiar, lo que sí es que van encontrando aquí en Venezuela que la oferta no es suficiente para lo que ellos aspiran hacer. El joven quiere seguirse formando, el tema es que está encontrando nuevas opciones más adecuadas a las urgencias de su entorno», declaró.

Primer empleo: en el país y en empresas privadas

Wald destacó que la idea de emigrar del país entre los universitarios a punto de graduarse, con edades entre 20 y 22 años, ha experimentado una disminución significativa: solo de dos de cada 10 (23%) quieren salir del país.

De ese 23%, solo un 7% tiene planes concretos y definidos para hacerlo.

En esta misma línea, 40% de los futuros profesionales desean seguir trabajando en Venezuela una vez culminen sus estudios superiores, sumado a otro 36% que quiere continuar formándose mientras ejerce su profesión.

Otros dato es que 92% de los encuestados quiere laborar en una empresa privada (73% se decanta por una trasnacional y el resto por las nacionales) y apenas 2% desea pertenecer a una empresa u organismo gubernamental. Las organizaciones sin fines de lucro (ONG) atraen a 6 de cada 10.

Curiosamente, la mayoría de los universitarios encuestados en los estudios del Observatorio (82%) espera trabajar bajo dependencia de un tercero, mientras que solo un 18% desea hacerlo por cuenta propia, lo cual muestra una baja proporción en cuanto a las aspiraciones de emprender.

«Ese trabajar por cuenta propia va desde el negocio de mi papá hasta lograr un emprendimiento. También el tener un oficio y querer desarrollarlo es un amplio espectro de lo que está ahí adentro. Esto tumba aquella visión que hubo durante mucho tiempo, cuando todos aspiraban a emprender. El joven va teniendo cada vez más referencias de lo difícil y arduo que puede ser levantar un capital de riesgo», dijo Gabriel Wald

Capacitación, más que dinero

Entre las oportunidades y beneficios que los jóvenes universitarios buscan en su primer trabajo, el Observatorio de Empleabilidad de la UCAB ha encontrado  un creciente interés por seguir formándose académicamente dentro de los espacios laborales.

Esto se sitúa por encima de los posibles beneficios económicos. También consideran importante un buen ambiente laboral y crear redes de trabajo o Networking.

«Los chicos valoran de una forma mucho mayor, con mucha mayor intensidad, la oportunidad de aprender antes que la posibilidad de que ese empleo les permita irse del país. Si esta foto la vemos hace unos ocho años, era muy distinta. Es decir, así como tenemos un jovencito que quiere seguir estudiando, más allá de que no sea solo una carrera larga, tenemos un futuro profesional -o un joven que se está graduando- que no está solo soñando con irse del país, lo que está soñando es con aprender, con insertarse en un entorno donde pueda tener experiencias», puntualizó Wald

¿Y qué necesitan las organizaciones del talento joven?

Gabriel Wald también presentó los requisitos que las organizaciones y empresas suelen buscar en los recién graduados, clasificándolos en dos grandes categorías: habilidades blandas y habilidades específicas.

Manejar equipos de trabajo de manera efectiva, ser flexibles en la ejecución y seguimiento de instrucciones y tener la capacidad de gestionar proyectos, así como la disposición para el aprendizaje continuo y la tolerancia al fracaso, se consideran fundamentales entre las habilidades blandas.

Además, requieren que los recién graduados tengan una comprensión clara de lo que implica trabajar en una organización. Esto incluye capacidad de adaptarse a los valores, políticas y procedimientos de la empresa, algo no siempre bien visto por las nuevas generaciones.

«Hay una necesidad para que el joven pueda salir del procedimiento tradicional y que, además, seguir instrucciones no sea interpretado como un ejercicio de una autoridad malvada, sino que, simplemente, hay seguir instrucciones para que la organización funcione. Se reporta una dificultad para que el joven acate instrucciones sin incomodarse muchas veces», dijo

En cuanto a habilidades específicaslos empleadores venezolanos requieren que sus nuevos profesionales sepan inglés e incluso un tercer idioma, tengan disposición y conocimientos para la atención al cliente, así como capacidad para análisis de  datos.

También buscan a aquellos que manejen software y herramientas tecnológicas, tengan conocimientos de las leyes y normativas de su especialidad y carrera, y estén familiarizados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la sustentabilidad como un valor fundamental.

Partiendo de esto, el también profesor y consultor insistió en la importancia de que, desde la etapa universitaria, se privilegie el enfoque educativo diversificado, donde los estudiantes puedan desarrollar múltiples habilidades y competencias y no sientan la necesidad de empezar «de cero» cuando egresen.

«Entonces, nuestro trabajo como institución, como universidad, es abrirles más posibilidades y opciones a los chicos para que no solo sientan que se titularon y, entonces, ahora empiezan. En el momento que salen de bachillerato, los chamos ya deberían estar armando este gran reticulado de disciplinas, oficios, habilidades, contactos, experiencias, que los van a ir construyendo como algún tipo de profesional. Hay que hacer un esfuerzo para que el chico descubra que el secreto no está en el título o en lo que te enseñan en la carrera, porque eso es fundamental, pero no es un escalón mágico», consideró.

El profesional joven necesita compañía en su viaje

A modo de cierre, Gabriel Wald destacó los pilares claves para una exitosa integración del joven profesional en el mundo laboral. Estos incluyen la necesidad de apoyo para producir y estabilizarse, la disponibilidad de rutas profesionales, el espacio para descubrir posibles propuestas, una buena relación con el entorno y la oportunidad de formación continua.

«Contar con una organización que lo apoye es un gran contraste con la orfandad institucional a la que estamos acostumbrados en Venezuela. Es una frase un poco fuerte, pero ciertamente sabemos que la institucionalidad, probablemente, es lo que más se ha desdibujado en el país. En este momento, la necesidad de reinstitucionalizarnos es más urgente que nunca y eso incluye el orgullo de pertenecer a una organización, aunque tenga defectos. Porque si los jóvenes no encuentran propósito perteneciendo a una organización, posiblemente no encuentren propósito de ningún tipo, porque al final del día todos somos seres institucionales», concluyó.

Los interesados en revisar la presentación del profesor Gabriel Wald, basada en las investigaciones del Observatorio de Empleabilidad y Procesos Formativos de la UCAB, pueden hacer clic en este enlace: https://elucabista.com/wp-content/uploads/2024/06/Expectativas-Laborales-en-jovenes.pdf

♦Texto: Mariana Pérez Guerra/Fotos: Christian Lazo


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