Durante un foro, profesores de la universidad compartieron información sobre las implicaciones académicas de esta tecnología y los caminos a seguir para utilizarla. Los ponentes coincidieron en que, más que tenerle miedo, hay que ser proactivo con la IA y aprovechar sus ventajas

La inteligencia artificial (AI) es una herramienta que lleva desarrollándose desde hace muchos años. Sin embargo, es de data reciente cuando diferentes instituciones y público general tienen acceso masivo a ella.

La UCAB viene trabajando en establecer lineamientos para aprovechar esta tecnología.  En junio, la universidad publicó el “Decreto Rectoral sobre las políticas generales relacionadas con el uso de la inteligencia artificial (IA) en las funciones universitarias” y se convirtió en la primera en Venezuela en fijar criterios para hacer frente a la IA. 

Adicionalmente, la institución comenzó a realizar encuentros con la comunidad de profesores, estudiantes, investigadores y trabajadores, con el fin de explicar a mayor profundidad en qué consiste,  así como para advertir sus riesgos y el camino a seguir ante ellos.

El 20 de septiembre, en el auditorio padre Gustavo Sucre S.J, se llevó a cabo el foro «Alcance y usos de la inteligencia artificial en entornos educativos». La actividad contó con la participación del rector de la universidad, Arturo Peraza, S.J.; el vicerrector académico, José Francisco Juárez; y los ponentes Samuel Villegas, Marysabel Suárez, José Luis Da Silva, Guillermo Yáber y Gustavo La Fontaine. Estos expertos ofrecieron consideraciones referidas a la IA en el contexto universitario,  sus implicaciones y experiencias en el campus.

Ante un auditorio conformado principalmente por docentes, la jornada comenzó con una intervención del vicerrector académico, quien resaltó que «en la universidad, ciertamente, tenemos grandes desafíos pedagógicos, referidos a la didáctica y a la búsqueda del conocimiento. Pero, en los últimos años, el tema de la ciencia y la tecnología está presente y es parte de los nuevos desafíos que tenemos como institución educativa. Y, particularmente, en el campo de la inteligencia artificial, se presentan unos retos muy importantes», afirmó el profesor Juárez.

Seguidamente, el rector señaló que la universidad tiene mucho que aprender sobre este tema.  «La universidad está en el plan de investigar -en términos docentes y en términos de su ejercicio- qué es lo que tenemos que hacer ahora. Me parece que eso nos abre a un universo de retos absolutamente interesantes, en vez de seguir focalizados en el modelo dilemático… La búsqueda es la alternativa y la opción. Siento que esto es parte de lo que queremos hacer, y es a lo que creo que estamos invitados», dijo Peraza.

Problemas éticos de la IA y cómo enfrentarlos

La charla del director del Secretariado de Investigación y Transferencia de la UCAB, José Luis Da Silva, se enfocó en las implicaciones éticas de la IA.

El investigador planteó dos aspectos relacionados con la ética e inteligencia artificial. El primero, identificar los problemas éticos derivados del uso de la inteligencia artificial en la investigación científica. En segundo lugar, destacó la necesidad de elaborar y difundir recomendaciones que proporcionen pautas y orientación para lidiar de manera ética con la implementación y uso de la inteligencia artificial en este campo.

ia

Entre los problemas éticos relacionados con el uso de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito académico, mencionó los siguientes:

  • Fuentes con poca credibilidad: existe el riesgo de utilizar fuentes de información poco confiables al recopilar datos para investigaciones basadas en IA.
  • Inexactitud y resultados discriminatorios: la IA puede generar resultados inexactos, discriminatorios o parciales, lo que plantea preocupaciones éticas.
  • Sesgos en la búsqueda y los resultados: los algoritmos de IA pueden verse afectados por sesgos y preferencias, lo que podría influir en la selección de datos y los resultados obtenidos.
  • Usurpación de autoría: es posible que la IA pueda generar contenido que parezca ser creado por un autor humano, lo que plantea cuestiones éticas sobre la atribución adecuada de la autoría.
  • Sustitución del Homo Sapiens por el Homo Cybersapiens:  plantea la preocupación ética sobre el impacto de la IA en la sociedad y la posibilidad de una sustitución excesiva de la mano de obra humana por sistemas de IA.
  • Desplazamiento del personal docente e investigador: existe la preocupación ética de que la IA pueda reemplazar a profesores e investigadores en tareas específicas, lo que plantea interrogantes sobre el equilibrio adecuado entre la automatización y el papel humano en la educación y la investigación.

«En ningún momento se niega su uso. Más bien, se recomienda el uso de la inteligencia artificial; es un elemento que debe ser incorporado a la vida universitaria, a la vida académica. Es decir, debemos constantemente interactuar con ella; madurarla e inclusive ser capaz de llenarla de contenido. Porque hay temas de contenido que uno mismo debe mejorar. Pero no todo está ahí. Estos son elementos que quien discierne es el sujeto», señaló.

En cuanto a recomendaciones, Da Silva llamó, por ejemplo, a no utilizar prácticas engañosas para obtener beneficios personales; es decir, la importancia de cumplir fielmente con el papel de investigador y evitar apropiarse indebidamente de logros.

Luego, destacó la necesidad de declarar el uso y tipo de aplicaciones de IA: proporcionar detalles sobre su alcance, procedimientos de verificación documental, fuentes bibliográficas utilizadas y evidencias de los protocolos de verificación de la información suministrada por la IA.

Asimismo, subrayó el deber de informar de manera transparente sobre la extensión documental generada por la IA y de evitar su uso para fomentar la discriminación o poner en riesgo la identidad personal de sectores vulnerables de la sociedad. «En resumen, estas recomendaciones promueven la integridad, transparencia y responsabilidad en el uso de la IA en la investigación».

Nuevo código de ética de la investigación

Precisamente en términos de orientación, Da Silva comentó durante la charla que el Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico de la UCAB actualizó el código de ética de la investigación en la universidad, normativa que cuenta con 24 artículos, de los cuales 4 guardan relación con la IA.

El nuevo texto se basa en varios documentos fundamentales, incluyendo el Código de Núremberg, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Declaración de Helsinki y sus revisiones, el Acuerdo Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos; así como los programas y declaraciones de ética de la UNESCO.

Además, la comisión encargada de su redacción tomó en consideración otros documentos importantes relacionados con la ética en robótica e inteligencia artificial. Por ejemplo, las Normas de Derecho Civil sobre Robótica de la Comunidad Europea; y las Directrices Éticas para una IA confiable de la Comisión de la Comunidad Europea. También el llamamiento de Roma de 2020, que destaca principios éticos y de derechos humanos en la programación, uso y consumo de IA.

Según comentó Da Silva, el código respalda la transparencia, inclusión, responsabilidad, imparcialidad, confiabilidad, seguridad y privacidad, y promueve competencias digitales, sensibilización y trabajo en equipo para un uso adecuado de la IA.

Los interesados en conocer más sobre esta norma pueden hacer clic aquí

«No hay que tenerle miedo, pero sí respeto»

Samuel Villegas es director de la especialización en Innovación y Emprendimiento Digital, del postgrado de Ingeniería Informática de la UCAB;  además, es investigador y desarrollador de soluciones 2.0, ingeniero mecánico y magíster en Economía e Informática.

El profesor Villegas se refirió a cómo las limitaciones humanas se expresan a través de la IA de forma impredecible. Especialmente, enfatizó sobre la importancia de esta tecnología a la hora de optimizar modelos de negocios y la generación de creatividad. De acuerdo con el experto, la IA puede mejorar y potenciar la inteligencia humana. Por ello, cuestionó si se debe, en efecto, llamar inteligencia artificial, pues esta herramienta está basada en redes neuronales.

Ante ello, Villegas propuso un acercamiento cauteloso, pero abierto.

ia

«Hoy quizás el paradigma más importante no es el tecnológico; no es el tema de la disminución de la inteligencia artificial, sino entender que no hay que tenerle ni miedo. Pero sí mucho respeto. Revisar cuál es el propósito particular que estamos buscando cuáles son las ventajas competitivas; cuál es la razón de ser, de adoptar cualquier tecnología o cualquier ajuste a lo que el contexto nos impulsa. Nos da motivación para revisar y actualizar. Y ahí es donde quizás hay que ponerle atención a cualquier cambio tecnológico que hemos vivido», dijo.

Además, agregó que es importante establecer un marco regulatorio y abordar temas de seguridad, privacidad y ciberataques.

Uso de la inteligencia artificial en la virtualización

Por su parte, la directora del Centro de Estudios en Línea (CEL), Marysabel Suárez, explicó acerca de la transformación de la oferta formativa  presencial hacia un entorno virtual de aprendizaje. En el caso de la UCAB, destacó la participación de un equipo multidisciplinario de expertos y diseñadores instruccionales en este proceso de virtualización e hizo referencia a documentos de la UNESCO que respaldan la importancia de la virtualización como parte de la transformación digital de las universidades.

Además, mencionó que la virtualización implica el uso de tecnología de la información y comunicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje, así como el uso de diferentes plataformas. Enfatizó que este proceso de virtualización es parte del plan estratégico de la UCAB y su objetivo es mejorar la calidad y accesibilidad de la oferta formativa a distancia.

ia

«Virtualizar según el plan estratégico nos invita a crecer en la oferta formativa a distancia y en el empleo de tecnología. Además, se aseguran  los atributos de calidad necesarios. Este es el el objetivo que nosotros pretendemos, seguimos y en el que trabajamos continuamente. La intención es poder hacer un proceso cada vez más orgánico dentro de la institución; que sea cada vez cotidiano más cotidiano, y que esté al alcance de todo el mundo», indicó.

La IA facilita y apoya, no sustituye

El profesor e investigador del Centro de Investigación y Formación Humanística (CIFH), Gustavo La Fontaine, se refirió al uso de Chat GPT en el contexto académico y de investigación. Pero, además, señaló que desde el Centro de Investigación en Línea se han desarrollado tres inteligencias artificiales que funcionan como asistentes de investigación. Estas ayudan a generar contenido que se puede aplicar en los procesos educativos.

«Piensen en personas con discalculia, en personas con digrafía, en personas con dislexia que pueden tener ideas espectaculares, pero que se les dificulta muchísimo escribir el texto o incluso dictarlo. O personas con problemas motores. Estas herramientas pueden ayudar a plasmar esas ideas es una puerta a la accesibilidad», añadió.

Recalcó que la IA no es un sustituto, sino un acompañante y una extensión de las capacidades humanas. Y, por ello, sus aplicaciones pueden funcionar como tutores virtuales interactivos y ayudar en la generación de contenido educativo, la traducción y el lenguaje. También, esta tecnología facilita tareas que antes eran más complicadas, como la escritura en máquinas de escribir.

El psicólogo hizo referencia a casos de estudio con investigadores de la UCAB que hicieron uso de la inteligencia artificial en contextos de investigación. Aseguró que los resultados fueron favorables.

Vencer proactivamente las resistencias

El foro concluyó con la intervención del director del Centro de Investigación, Innovación y Desarrollo Académico (CIIDEA) de la UCAB, Guillermo Yáber Oltra, quien se refirió al “Decreto Rectoral sobre las políticas generales relacionadas con el uso de la inteligencia artificial (IA) en las funciones universitarias» y cómo la comunidad ucabista podrá -poco a poco- abrazar esta tecnología en su cotidianidad; una a la que definió como parte de «la cuarta revolución industrial».

Yáber enfatizó que la UCAB ha concebido un proceso para  llevar a profesores y estudiantes a un uso intenso de la inteligencia artificial en sus actividades. Sin embargo, recalcó que la implementación de la IA no es fácil y puede encontrarse con resistencias por parte de las personas. De hecho, aceptó la necesidad de abordar específicamente las resistencias de los profesores ante la IA  y mencionó que una estrategia es cambiar las expectativas de resultados, es decir, mostrar cómo la inteligencia artificial puede mejorar la docencia e investigación.

«¿Qué es lo que ocurre? Las personas somos más resistentes que las máquinas. Las máquinas, si usted las programa bien, ellas van por donde usted quiera. Pero las personas tienen lo que se llama resistencia compensada, resistencia de lenguaje y resistencia encubierta. Entonces, espero que el vicerrector o mis subordinados, lo haga. Pero sí se puede utilizar, y una vez que se familiariza, es más sencillo continuar y aprovechar las ventajas que esta IA ofrece», resaltó.

♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos:  Manuel Sardá 


La UCAB anunció lineamientos para incorporar la inteligencia artificial en todos sus procesos