Crianza en redes, atención multifactorial de la neurodivergencia y acompañamiento emocional en el aula fueron algunos de los temas abordados por los mexicanos María Teresa Lomelí y Andrés Vega (psicoterapeuta y magíster en neurobiología) y la educadora venezolana Anabella Pavón, tres de los expertos que participaron en  un congreso organizado por la Escuela de Psicología de la UCAB e Invedin

Durante tres días -6, 7 y 8 de junio- tuvo lugar en la UCAB el Congreso Nacional de Neurodesarrollo, Familia y Comunidad. Allí participaron especialistas de Alemania, Colombia, Estados Unidos, España, México y Venezuela, en tres conferencias magistrales, 10 conferencias exprés y 10 talleres temáticos sobre atención psicológica, médica, social y educativa a niños y jóvenes en el ámbito del desarrollo.

El evento, al que asistieron psicólogos, profesionales de la salud mental y estudiantes de psicología, fue organizado por el Instituto Venezolano para el Desarrollo Integral del Niño (Invedin), en el marco de su 50 aniversario, en alianza con la Escuela de Psicología de la universidad.

Provenientes de México, María Teresa Lomelí (magister en Psicoterapia infantil, psicóloga, docente y directora de Modelo VinculArte) y Andrés Vega (médico y magíster en Neurobiología por la UNAM) ofrecieron ponencias y talleres en el Congreso. También lo hizo la educadora venezolana Anabela Pavón, especializada en aprendizaje de personas con discapacidad intelectual, residenciada en Estados Unidos.

Los tres expertos compartieron con El Ucabista algunas ideas académicas y  de orientación sobre neurodivergencia, terapia familiar en red y acompañamiento emocional en el aula, las cuales pueden ser útiles para educadores, profesionales de la salud y padres.

«Criar en soledad genera niños en soledad»: la necesidad del cuidado conjunto

El proceso de acompañamiento a los padres en la crianza de los niños y adolescentes pareciera -a juicio de Lomelí- ser un problema común no solo para México, sino para Latinoamérica. «Criar en soledad genera niños en soledad»así lo afirmó la psicóloga mexicana quien, durante su trayectoria como directora del Modelo VinculArte, se ha dedicado a capacitar, intervenir y promover el desarrollo de vínculos entre padres y sus hijos.

Durante su clase magistral, titulada «Psicoterapia ecosistémica para familias centrada en intervenciones vinculares», Lomelí se refirió extensamente acerca de un modelo que desarrolló y aplica en la ciudad de Guadalajara, que aborda las intervenciones en familia: el Modelo Vincular Integrador (o co-cuidado). Este, a su vez, «aborda las intervenciones con familias, pero con una apuesta en los sistemas que ayudan a los padres a ejercer bien su crianza», indicó.

Justamente, el acercamiento a la crianza que plantea la psicóloga es uno integral y que depende, para su eficacia, de la construcción de redes de apoyo.

«El desafío principal está en promover los vínculos afectivos desde las etapas más tempranas y, como sociedad, fomentar los escenarios que ayuden a las figuras parentales para que tengan las condiciones más favorables y adecuadas para que se pueda dar. (Nuestro enfoque parte de que) cuidamos a los padres para que ellos puedan cuidar a sus niños y niñas; criar en soledad genera niños en soledad, más conectados a las pantallas y la tecnología. Es un trabajo de psicólogos, educadores, todas las redes de apoyo parte de la parentalidad social, todas las personas significativas para los niños», señaló la psicóloga.

Reconoció que el co-cuidado que plantea no es tarea fácil por diferentes factores. Entre otras razones, mencionó que la dificultad para buscar ayuda es notable, sobre todo cuando las personas se sienten «sobreasistidas».

Ante eso, la especialista en psicoterapia infantil  insistió en que es imperativo «activar redes y fomentar relaciones horizontales. Tenemos que pensar esto en nuestra sociedad actual».

Respecto a realidades como la venezolana, donde datos del informe Psicodata de 2023 señalan que 81% de la población desconfía del otro, apuntó que el acercamiento debe ser más de una visión que favorezca el co-cuidado, más que el juicio y la propia desconfianza.

«Otros actores sociales deben influir en la crianza de los niños, es una tarea compleja y de toda la sociedad. Por ejemplo, es pensar qué puedo hacer por una madre que no tiene tiempo para criar a su niño en vez de juzgarla», sostuvo.

Atender otras patologías asociadas a la neurodiversidad

Andrés Vega es médico cirujano y magíster en Neurobiología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), área de especialidad que se centra en examinar el sistema nervioso en su totalidad, explorando aspectos como su estructura, función, desarrollo, genética y patologías asociadas. 

Partiendo de esto, durante el Congreso dictó la charla «Comorbilidades neuropsiquiátricas a lo largo de la vida en personas neurodivergentes», la cual discurrió acerca de los diferentes trastornos que pueden afectar, en simultáneo, a las personas neurodivergentes, es decir, aquellas con condiciones como autismo, dislexia, dispraxia, discalculia, síndrome de Tourette y el déficit atencional con hiperactividad (TDAH).

El profesional de la salud, quien también es investigador en el área de neurociencia en su país, resaltó en su conferencia la importancia de diagnosticar y atender otros problemas de salud mental, muchas veces presentes -pero ignorados- en personas con trastornos de neurodesarrollo.

neurodesarrollo

«Cuando hablamos, particularmente, de trastornos del neurodesarrollo -un tópico inusual- nos referimos a trastornos por déficit de atención e hiperactividad, trastornos del espectro autista y discapacidades intelectuales. Esos problemas no vienen solos, están acompañados por otras problemáticas de salud mental a lo largo de la vida de la persona. Destaca la ansiedad, depresión, el consumo y abuso de sustancias; problemas y trastornos de sueño e, incluso, epilepsia», comentó.

Vega -que también ofreció durante el Congreso un taller de diagnóstico de ansiedad y depresión en personas neurodivergentes- enfatizó que actualmente persiste la desinformación en cuanto a estos temas,  lo cual deriva en una resistencia u oposición a buscar ayuda o interesarse por comprender más acerca de los diferentes trastornos y aspectos de la vida psíquica de las personas.

Apuntó que discutir acerca de las patologías que acompañan a la neurodiversidad es importante para lograr una sociedad más incluyente y equitativa.

«Para vencer los tabúes lo más importante es tener conocimiento basado en evidencia científica; mientras mayor sea nuestro grado de conciencia referente a este tipo de problemáticas, más las podemos identificar de manera temprana y ofrecer un diagnóstico y un tratamiento oportuno«, afirmó.

Docentes deben conectarse emocionalmente con los alumnos en el aula

La educadora venezolana Anabela Pavón  (UNIMET) está especializada en la enseñanza de personas con dificultades o discapacidad intelectual. En su función de experiencia, comentó cómo el neurodesarrollo infantil, incluyendo el de los niños con trastornos de aprendizaje, también está relacionado a las dinámicas socioemocionales de los salones de clase y a cómo el docente las conoce y conduce en pro del proceso educativo. Esto abarca «todo lo que es el manejo socioemocional, el manejo de las emociones en el aula; cómo conectamos con ellas y cómo incide en el rendimiento y aprendizaje del alumno». 

Precisamente, durante su ponencia «Conexiones que importan: abordando el desarrollo socioemocional en el entorno escolar»  hizo referencia al trabajo de los maestros en el aula, así como también al que debe hacer con la familia de los estudiantes.

«Yo hablo el lenguaje del educador y creo que existe poco espacio para hablar de emociones dentro del aula. A pesar de estar allí, no se pueden ignorar. En clases estamos centrados solo en el rendimiento académico y olvidamos que esto está sustentado por la estabilidad emocional y cómo se ve en relación a sus habilidades para desenvolverse en un medio.  En el caso de los niños con trastorno del neurodesarrollo, esto afecta directamente su desempeño social dentro y fuera del aula. El docente tiene que conectar con eso para que los alumnos se sientan seguros de sí mismos para poder aprender», dijo.

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Para lograr esa «conexión emocional», la especialista en educación especial destacó la necesidad de que el docente trabaje también en su autoconocimiento. Por ello, atender psicosocialmente a los maestros también resulta imprescindible.

«Hay un trabajo importante todavía. Uno piensa que el docente tiene que encontrar la motivación para manejar emocionalmente a los niños, pero ese trabajo comienza en conocerse a sí mismo. El reto está en entender dónde estoy parado, qué tan motivado estoy y poder separar lo que le está pasando del desempeño del aula. Tengo -como docente- que cuidarme, hacer un autoanálisis y regular mis emociones. Es un trabajo difícil sobre todo cuando no se puede separar de la realidad, pero se debe encontrar un equilibrio para entrar a un salón de clases más organizado emocionalmente.  Entonces, el reto también es atender al docente, pues es un catalizador emocional para los alumnos», concluyó.

♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Manuel Sardá