La UCAB, a través de la iniciativa “Reto País”, auspicia un proyecto de investigación denominado “Solidaridad en la austeridad: estrategia colectiva de afrontamiento ante una emergencia humanitaria compleja”. El mismo es llevado a cabo por cuatro expertos del área humanística y trata de comprender cómo se comporta la «economía del don» y qué tipo de relaciones genera en las zonas populares.

Conocida en inglés como «Gift Economy», la economía del don es un modo de intercambio en el que los bienes entregados al otros no se venden ni se entregan como trueque, sino que se otorgan sin acuerdo explícito de recompensa inmediata o futura. Muy común en zonas populares o comunidades vulnerables, la economía del don genera en quienes la practican sentido de pertenencia, reciprocidad y, en definitiva, solidaridad, elementos que pueden fortalecer las relaciones sociales y la convivencia.

La investigación de la UCAB sobre este fenómeno, que se está efectuando en la parroquia La Vega, aledaña a la universidad, consta de tres fases, de las cuales la primera ya fue culminada, la segunda está siendo ejecutada para ser presentada en noviembre y la tercera culminará en el 2020.

La primera consistió en una aproximación etnográfica, a través de entrevistas de profundidad con los habitantes de la zona de estudio.

La segunda contempla la aplicación de aproximadamente 150 encuestas, como parte de una investigación cuantitativa que permitirá evaluar las características de la economía solidaria popular, así como su relación con el grado de apoyo comunitario y el clima socio-emocional.

La última etapa supondrá el análisis de los resultados y la explicación de las lógicas que condicionan la participación en prácticas de economía solidaria y su relación con factores socioculturales y psicosociales.

 Javier Mijares, antropólogo y director de Programas y Proyectos Sociales de la UCAB, fue el encargado de realizar, junto al investigador y sociólogo Javier Seoane, los acercamientos etnográficos, las entrevistas a profundidad y la elaboración del instrumento de encuesta.

En ese sentido, indicó que decidieron explorar este fenómeno porque ha ganado terreno ante la crisis socioeconómica. Explicó las diferencias entre «la economía del don»  y otras formas de intercambio.

 

“La práctica del don se da como producto de los altos precios y la falta  de productos. El don es un regalo, presente o un tipo de intercambio retrasado en el que no existe un acuerdo previo pero supone la devolución a futuro de ese objeto, sin que sea una mercancía ni un trueque. La mercancía suscribe un intercambio inmediato, no hay de duda ni da pie a una relación social. En el trueque, la diferencia es el tiempo”.

Adle Hernández, psicóloga y directora de Proyección y Relaciones Comunitarias, explicó que el don tiene tres elementos que lo constituyen y en los que se basa la relación de confianza que se genera en las zonas populares.

 

“El don básicamente tiene tres elementos: dar, recibir y retribuir. Esto permite la construcción de relaciones de confianza porque yo te voy a dar a ti y a lo que es importante para mí, que tú no me estás pidiendo pero también eso significa que algún momento, si yo necesito algo, yo podría contar con que tú me vas a retribuir eso que yo te puedo dar este momento. Aunque la retribución no es obligatoria, se espera que ocurra porque si yo te doy, tú recibes y luego, cuando yo necesito, no me das, se quiebra la relación”.

Mijares y Seoane partieron de esta teoría para elaborar el instrumento de medición (cuestionario con escalas) que ayudará a distinguir las prácticas propias de la “economía popular solidaria” y los procesos que en ella intervienen.

La medición de este fenómeno se está efectuando con base en seis criterios, según comenta Luisa Angelucci, psicóloga y directora del Centro de Investigación y Evaluación Institucional:

 

1) Caracterización de la participación y percepción de redes comunitarias
2) Caracterización del acceso a producto de primera necesidad
3) Caracterización de la actividad de intercambio de bienes o productos en la comunidad
4) Prácticas de intercambio solidario
5) Creencias sobre la solidaridad económica
6) Motivos para la participación en esos intercambios

 

Angelucci recalcó que uno de los elementos importantes del estudio es identificar cómo funciona el concepto de “economía popular solidaria», sobre la base de la combinación de diversas definiciones preexistentes.

 

“Es un concepto que surge de la investigación y el contexto donde estamos. Es un híbrido entre otros conceptos que se han oído. Economía solidaria existe, economía popular existe, economía de don existe, pero nosotros asumimos elementos de todos para conformar eso que llamamos economía solidaria popular, donde la relación de solidaridad está súper cargada del ‘don’ y es popular porque se da en zonas populares. También se usa la palabra economía, porque en cierta manera es el intercambio de bienes”.

 

Las profesionales de la psicología serán las responsables de llevar a cabo el análisis de los resultados obtenidos en la etapa de aplicación (fase 2) para después establecer las conclusiones sobre este fenómeno en las zonas vulnerables de Caracas (fase 3).  Esto con el fin de entender cómo funciona la economía popular, las relaciones que desarrolla y los motivos que condicionan estas prácticas.

 

“Nosotros construimos el instrumento y con esto ya podremos tener una visión de cómo es el comportamiento solidario popular, los elementos que identifican y que podrían darnos indicios de otras cosas ,pero el interés también era ver si eso se relaciona con los conceptos importantes de la psicología y la relación dentro de la sociedad. Por eso elegimos dos criterios más: el bienestar emocional y el bienestar social».

Los investigadores de la UCAB recalcan que, aunque cada comunidad tiene características individuales, esperan que este trabajo contribuya a entender el funcionamiento de las dinámicas sociales en otros sectores y cómo estas ayudan a enfrentar condiciones adversas, como la emergencia humanitaria.

«Cada población popular tiene ciertas características. El alcance de la investigación es mucho mayor que la comunidad de La Vega porque hay comunidades del mismo tipo con las mismas características a las cuales podemos generalizarlas” finalizó Angelucci.

♦Texto: Albany Díaz/ Fotos Manuel Sardá