La encuesta de condiciones de vida 2015 (Encovi) elaborada por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), la Universidad Central de Venezuela (UCV) y la Universidad Simón Bolívar (USB), determina que la pobreza por ingresos ha alcanzado un nivel récord mientras que aumenta el temor por la criminalidad y un número muy importante de los hogares del país carece de servicios públicos y comunales.

Los resultados correspondientes a este año fueron divulgados en un foro organizado por la UCAB denominado «Situación Social y Económica Hoy». Durante el acto, que fue abierto al público, el rector de la UCAB, Francisco José Virtuoso, destacó el aporte del sector universitario para la realización de la Encovi.

Luis Pedro España, sociólogo y exdirector del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB, presentó los resultados en materia de pobreza y señaló que “2014 y 2015 han sido los dos peores años de contracción de ingresos que ha tenido el país en toda su historia socioeconómica. Esto explica porque hemos batido todos los récords de pobreza de ingreso. Hoy 73 % de los hogares y 76 % de los venezolanos están en pobreza de ingresos”.

Los resultados de 2015 señalan un aumento muy importante de los hogares y la cantidad de personas sumergidos en la pobreza por ingresos. La Encovi 2014 arrojó que ese año la proporción de hogares en pobreza era 48,4 % y en el caso de las personas 52,6%.

La Encovi tiene como base una encuesta social que se realiza bajo la misma metodología que aplicó la antigua Oficina Central de Estadística e Informática (OCEI), hoy Instituto Nacional de Estadística (INE), cuando en 1998 elaboró el último estudio de este tipo llevado a cabo por el sector público, explicó Anitza Freitez, directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB.

Luis Pedro España precisó que en 2015 la contracción en la capacidad adquisitiva “ha sido tan severa que por primera vez el porcentaje de hogares en pobreza extrema de ingresos supera a los hogares en pobreza no extrema. Esto se explica porque las políticas de salario mínimo (único mecanismo del lado de las remuneraciones) solo alcanza a los trabajadores del sector formal, quedando fuera del alcance de estas políticas los más pobres”.

Al evaluar el impacto que tienen los planes sociales del Gobierno, explicó que “la mitad de los hogares en pobreza de ingreso dicen comprar en las distintas modalidades de la Misión Alimentación. Esto es un síntoma de la crisis de ingresos. Sin abastecimiento subsidiado no se come en Venezuela. Las misiones estructurales, aquellas que pudieran actuar sobre las causas de la pobreza (básicamente las educativas), lucen abandonadas”.

“Las misiones sociales no fueron una política de superación de la pobreza y, ahora, tampoco son una política de contención de la crisis de ingresos. Urge redefinir una política social con verdadero contenido ético basado en la equidad y la justicia”, agregó.

Alertó sobre que sin un cambio en las políticas sociales la pobreza estructural crecerá hasta niveles alarmantes. “Si no cambia la política social seguirán aumentando los niveles de pobreza estructural. Hoy alcanza a 30 % de los hogares del país. Es solo cuestión de tiempo para que lleguemos al 45 %, tope histórico en los últimos dieciséis años”.

Para revertir la tendencia Luis Pedro España considera que es necesario “el relanzamiento económico del país, pasar de una política social centrada en subsidios y reparto de bienes a otra enfocada en el fortalecimiento de capacidades y concentrar las ayudas y subsidios en la población en pobreza estructural y en los grupos sociales vulnerables de la población en pobreza coyuntural o reciente”.

 

La criminalidad

Los profesores Roberto Briceño-León y Alberto Camardiel, de la UCV y el Laboratorio de Ciencias Sociales respectivamente, presentaron los resultados de la Encovi 2015 correspondientes al área de seguridad ciudadana.

El estudio precisa que la violencia y la criminalidad continua aumentando en el país: nueve de cada diez venezolanos (90 %) piensa que la inseguridad se incrementó en los últimos doce meses, y seis de cada diez (60 %) piensa que aumentó en la comunidad donde vive. En 35 % de los hogares encuestados el entrevistado o algún otro miembro de la familia había sido víctima de un delito en el último año.

La presencia del delito es cada vez más cercana a las personas, 49 % de las personas consideran que es fácil o muy fácil conseguir droga en su comunidad (el año pasado fue 40 %); 41 % estima que es fácil o muy fácil comprar un arma de fuego (el año pasado fue 33 %) y 26 % que es fácil o muy fácil mandar a matar a alguien (el año pasado fue 23 %).

Una porción muy alta de la población vive con temor, lo cual se refleja en los resultados que arrojan que 53 % tiene miedo de ser víctima de un delito en su casa, 57 % en las calles de la comunidad y 73 % en el transporte público. La consecuencia es que uno de cada tres entrevistados ha sentido la necesidad de mudarse de la zona donde vive y 13 % ha considerado tener un arma de fuego para defenderse.

La población venezolana tiene muy bajos niveles de confianza en las instituciones del sistema de justicia penal (entre 9 % y 14 %) y solo 4 % (el año pasado fue 7 %) tiene confianza en que el gobierno nacional podrá enfrentar adecuadamente el problema de la violencia y la inseguridad.

Sobre las medidas que deben tomarse, la población quiere que se cumpla y haga cumplir la ley: 67 % considera que debe depurarse las policías y fortalecerlas, 53% estima que debe trabajarse en fortalecer la cooperación entre las comunidades y la policía y solo 4% piensa que se debe negociar con las bandas delincuenciales para disminuir el delito.

 

La vivienda

Alfredo Cilento, profesor de la UCV, detalló los hallazgos de la Encovi 2015 en lo que respecta a viviendas y servicios. El estudio revela que la construcción pública y privada se encuentra muy lejos de satisfacer las necesidades de la población.

«64,3 % de los hogares han sido autoproducidos por la propia gente. Entre 2006 y 2015 los sectores público y privado han producido solo 620.000 viviendas, unas  62.000 viviendas por año, equivalentes a lo producido a finales de los 60, cuando la población de Venezuela era de unos 11 millones de habitantes. Las viviendas autoproducidas duplican las construidas por el sector privado y el gobierno”, dijo Alfredo Cilento.

No obstante el problema principal en esta materia no se centra en las condiciones de la vivienda. “El número de hogares alojados en ranchos es de 9,7 %. Esto confirma todos los estudios que coinciden en que la mayor carencia en los barrios no es la casa o la vivienda en sí misma, sino el déficit de servicios públicos y comunales y la vulnerabilidad física-ambiental, social y económica”, explicó.

Al menos la mitad de los hogares son vulnerables ante un sismo y otras amenazas, incluyendo agrietamientos, deslizamientos y derrumbes frecuentes. Más alarmante aún: 13,5 % de los hogares (más de un millón de familias) está en zonas declaradas de alto riesgo.

Al evaluar el asunto de la propiedad indicó que “el 80,7 % de los hogares es propietario, adjudicatario o está pagando su vivienda. Pero, la oferta de viviendas en alquiler prácticamente desapareció, como efecto de la regulación inquilinaria dictada por el gobierno. La consecuencia ha sido el incremento desmesurado de los alquileres y de los precios de las viviendas del mercado secundario”.

Sobre la problemática de los servicios públicos la Encovi 2015 señala que:

  • 81,3% de los hogares dispone de acueducto, pero 38,4 % no tiene servicio continuo de agua.
  • 86,4% de los hogares tiene servicio eléctrico, pero continúa sufriendo interrupciones y apagones frecuentemente, con los efectos sobre la calidad y seguridad de vida de la población. Esta situación no perece mejorar.
  • 78,5 % de los hogares dispone de servicio de aseo urbano, pero la frecuencia de la recolección de la basura y la disposición final generan severos problemas sanitarios y ambientales.