Con una hoja de vida incansable en esta materia, Arnoldo Gabaldón Berti, ingeniero civil de profesión y ambientalista de corazón, inició una intensa carrera por la gestión del medio ambiente en la década de los 70s, cuando ocupó por el cargo de Ministro en esta área, instancia recién creada. También fue titular de la cartera de Obras Públicas, encabezó la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (Copre) y fue asesor de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

A lo largo de su cruzada, Arnoldo Gabaldón escribió el libro “Desarrollo Sustentable. La salida de América Latina”, es profesor de la Universidad Simón Bolívar (USB) y la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) en las áreas de ecología, ambiente y sostenibilidad. Ha puesto en alto el tricolor nacional en innumerables eventos nacionales e internacionales y este jueves 21 de noviembre de 2019 traerá su conferencia “La Sustentabilidad del Desarrollo. Expresiones en América Latina y Venezuela: contexto Región Guayana” a la XIX edición del Foro Guayana Sustentable, que se realizará en el Auditorio Constanza Verolini, a partir de las 8:30 a.m., y como abreboca comparte trazos de su visión sobre el tema.

– ¿A qué se refiere la sustentabilidad del desarrollo?

Existe consenso en que el desarrollo constituye un proceso complejo mediante el cual las personas ascienden, a través del tiempo, en sus dimensiones económica (posesión material), social, política, institucional y cultural, entre otras. Cuando ese proceso de consecución del bienestar humano se realiza de manera persistente en el tiempo, se dice que es sustentable y para que ello ocurra, debe ser también sustentable el desarrollo en sus diferentes dimensiones. Por ejemplo, la persistencia del desarrollo depende, de que el entorno físico natural conserve su potencialidad en el tiempo para seguir satisfaciendo las demandas que la población genera sobre él. Esto es lo que se denomina sustentabilidad ecológica del desarrollo.

– ¿En qué tenemos que invertir para tener un desarrollo sustentable?

Hay que tener muy claro que, para ejecutar las actividades propias del desarrollo, se requiere inversión y que esta proviene en su mayor parte del ahorro de los ciudadanos y de las empresas. Ahora bien, para que el desarrollo pueda llevar el calificativo de sustentable, es necesario que dichas actividades estén alineadas con tal objetivo. Por ejemplo, la sustentabilidad del capital humano exige atender de forma prioritaria la salud y la educación de la población. Con eso se contribuye a la sustentabilidad social, que es indispensable para cualquier proceso conducente al progreso.

¿Cómo podemos ser sustentables en el contexto latinoamericano?

La región posee un rico capital natural que puede ser una palanca formidable para nuestro desarrollo humano futuro. Pero es necesario que ese bienestar sea compatible con los límites biofísicos del planeta. En otras palabras, el progreso será persistente si aprovechamos las potencialidades naturales en una forma sustentable. Esto no es precisamente lo que nos ofrece el proyecto Arco Minero de Guayana.

– ¿Cómo podemos hablar de sustentabilidad del desarrollo en el contexto venezolano? (uno de los países más corruptos del mundo, con una frágil democracia, con índices económicos y de pobreza alarmantes, impunidad, falta de institucionalidad y gobernabilidad).

Las investigaciones sobre el proceso de desarrollo de los países han llevado a la conclusión que tener las instituciones apropiadas, son su clave. Por eso, el cambio político que desea la mayoría de los venezolanos, ha de comenzar por la construcción institucional. Por ejemplo, no puede haber aprovechamiento minero sin una institucionalidad ambiental, que en la actualidad es prácticamente inexistente.

– Además de lo ambiental, ¿cuáles son los indicadores de sustentabilidad del desarrollo?

En primer lugar, es la sustentabilidad del capital humano, a la que antes me referí. Por eso son muy importantes los indicadores de salud, educación y calidad del hábitat. No puede haber un desarrollo humano sustentable sin buenos servicios públicos, especialmente los de agua potable y saneamiento, energía y seguridad.

– Si no existe minería sustentable, ¿cuál sería un modelo alternativo de desarrollo sustentable para Guayana?

Bien lo ha dicho, la minería sustentable no existe. La actividad es intrínsecamente insustentable. Pensar obcecadamente en la minería es proyectar al futuro el modelo de desarrollo rentístico que ha generado una cultura retardatriz del progreso de los venezolanos. Pero felizmente, Guayana posee otra diversidad de potencialidades naturales cuyo aprovechamiento bien planificado puede ser la fuente de riqueza, siempre que encontremos las formas de agregarle valor a esas riquezas a través del conocimiento y la innovación. De allí, que estos dos últimos aspectos, a través de la promoción de la ciencia y la tecnología, son centrales para la estrategia de desarrollo futura de la región guayanesa.

Rosanny Rivas Maraima