A raíz del cese de operaciones de DirecTV en Venezuela, anunciado el pasado 19 de mayo por la empresa matriz, AT&T, más de 10 millones de personas de todos los estratos sociales se quedaron sin servicio televisivo y, como consecuencia, sin acceso a la información y el entretenimiento que se ofrecía a través de esta plataforma.

Hasta 2019,  DirecTV no solo era el proveedor de televisión por suscripción más grande, sino que cubría 45,32% del mercado, según datos suministrados por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel). Aunque, en total, tenía alrededor de 2 millones de suscriptores, se calcula que, por casa, al menos cinco personas eran usuarios.

Para el periodista Andrés Cañizalez, fundador de la asociación civil Medianálisis y actual candidato a relator de la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el hecho no solo significa la salida del mercado del operador más grande de TV paga de Venezuela, sino que representa una restricción a varios derechos humanos como los de libre expresión, información y ocio, lo cual  afecta a los ciudadanos y a los periodistas en el ejercicio de su profesión.

 “El tema de DirecTV es una restricción a varios derechos. Hay que poner de relieve el derecho a la libertad de expresión e información, el cual  incluye el derecho que tienen ciudadanos y periodistas  a expresarse libremente y el derecho de la sociedad a estar informada;  libre información, que sale bastante menoscabado porque millones de personas en Venezuela pierden la posibilidad de acceder a información distinta a la que les provee el gobierno y el derecho al entretenimiento, que aparte de ser un derecho humano cobra mayor vigencia porque estamos en un momento donde se le está diciendo a la gente permanezca en sus hogares”, indicó.

Una nueva realidad

Cañizalez explica que, a diferencia de países como Argentina, en Venezuela la penetración del cableado de fibra óptica no alcanza a todos los sectores, por lo que la llegada de DirecTV en 1996 cambió la forma de ver la TV en el territorio nacional. Al funcionar a través de satélite, era posible que habitantes de zonas populares o apartadas del país contaran con el servicio a un precio moderado (menos de 1 dólar según el cambio oficial) y a través de la modalidad prepago, es decir, sin el uso de tarjetas de crédito.

“En el caso de Venezuela nunca se logró, entre otras razones por la deficiencia de la política estatal, cablear los barrios ni las zonas apartadas y la solución para poder tener televisión terminó siendo el servicio satelital de DirecTV. Esto implicó una revolución importante para muchas personas que, sin tener dinero, podían acceder al servicio. Además, DirecTV introdujo la televisión prepago, que también es una novedad importante, porque le permitió a la gente sin tarjeta de crédito, subscribirse a un servicio con estándares internacionales”,  afirmó el periodista.

En este sentido, aunque la empresa contaba con suscriptores de todos los estratos socioeconómicos, son las personas de bajos recursos las que sufren en mayor medida la salida de la filial de AT&T.

Desempleo y derechos económicos

 Además de despojar a un tercio de la población del servicio televisivo, la suspensión de operaciones de DirecTV también dejó sin trabajo a 700 personas, que formaban parte de la nómina y fueron liquidadas el pasado 19 de mayo, así como otros comerciantes o empleados indirectos quedaron sin rumbo claro.

 “Los trabajadores pierden el trabajo en medio de un panorama bastante crítico sobre el tema laboral por el contexto del coronavirus. Además, las personas que se encargaban de comercializar DirecTV y apuntar las antenas, que son empleos indirectos,  también se ven afectadas. En cuanto a los suscriptores, la mayoría de la gente firma un contrato y paga un servicio. Ese servicio se ha cortado de forma unilateral y abrupta, con lo cual también se ven menoscabados sus derechos comerciales”, argumentó el doctor en Ciencia Política.

Incomunicación en tiempos de pandemia

Para el profesor de la UCAB, el hecho de que esto ocurra en un contexto de pandemia mundial, es un agravante que, además, imposibilita la sustitución del servicio por uno similar, lo que puede generar problemas de convivencia.

“En una situación en la cual la gente está obligada a estar en su casa por la pandemia, las opciones de  entretenimiento en Venezuela son prácticamente nulas. El internet suele ser la vía de escape pero, en Venezuela, entre los cortes eléctricos y las fallas propias del internet esto no es posible. Estamos hablando de  10 millones de personas que no pueden salir y que, en el corto plazo, no pueden contratar a una empresa sustituta para ese servicio. Además, el ciudadano tampoco encuentra opciones de entretenimiento o información en los canales del Estado, que no cumplen una función pública sino propagandística”, declaró.

Un gigante sin reemplazo y el auge del mercado negro

El contexto de telecomunicaciones es cada vez más reducido en Venezuela. Para 2015, más de 62% de la población contaba con televisión por suscripción y, de esas empresas, DirecTV era la más buscada. Su cierre deja un vacío de 45,32% del mercado que Movistar TV, Intercable, CANTV TV, Net Uno y SuperCable no tendrán la capacidad de absorber y que no podrá cubrirse con la utilización de señal abierta, pues el primer y único satélite de comunicaciones estatal, el Simón Bolívar, se encuentra inoperativo desde el 13 de mayo del presente año.

Fran Monroy Moret, periodista venezolano especializado en informática y telecomunicaciones, comentó a través de su Twitter que Intercable, el mayor rival de DirecTV en el país, cuenta  solo con un stock de 10.000 decodificadores y Telefónica de Movistar, decidió, el año pasado, que no activaría el servicio a más clientes.

Por otro lado, aunque solo ha pasado una semana del cese de operaciones de la empresa de AT&T, el mercado negro ve una oportunidad. Comerciantes de Táchira empiezan a ofrecer el servicio con señal colombiana por un costo de $30 dólares, haciéndolo inaccesible para muchos venezolanos cuyo salario es de $4 mensuales.

Respuesta del Estado venezolano

Cañizalez puntualizó que aunque existió la oportunidad de que DirecTV mantuviera sus operaciones sin los canales Globovisión y Pdvsa TV, Conatel no cedió ante las propuestas y la falla en la negociación llevada a cabo por el gobierno venezolano resultó en el cese total de las operaciones de la empresa estadounidense en Venezuela.

“El Estado venezolano ya dio la respuesta. Llegamos a un punto en el que la empresa de  Estados Unidos buscó un acuerdo con Conatel para mantener las operaciones, suprimiendo los dos canales eso los cuales había mayor presión por parte de Estados Unidos: Globovisión y Pdvsa TV, pero Conatel decidió que tenía que ser todo o nada. Bueno, terminó siendo nada. La respuesta del Estado venezolano ocurrió cuando decidió optar jugarse el respaldo a Globovisión por encima de mantener a DirecTV”, puntualizó.

Un grito humanitario

Un Mundo Sin Mordaza, ONG venezolana, creó una campaña por medio de la plataforma web Change.org con la que pretende conseguir al menos 150.000  firmantes, para solicitar a la empresa estadounidense AT&T la activación de una señal de Directv gratuita, desde el exterior, para Venezuela.

A esta “petición humanitaria” se sumaron artistas, deportistas, periodistas y distintas figuras públicas que han logrado mover a más de 90.000 personas en menos de dos días.

Para apoyar esta campaña, los interesados pueden suscribir la petición a través de www.change.org/directvlibre y sumarse al Twittazo mundial promocionado por la ONG bajo el  #DirecTVLibre, este jueves 28 de mayo.

♦Texto: Albany Díaz/ Fotos: Caraota Digital, Prodavinci, Medianálisis y Archivo