Este viernes 19 de junio se realizaron las III Jornadas de Innovación Docente de la UCAB, actividad que reunió, durante cuatro horas, a profesores de diversas escuelas para un intercambio de ideas que persigue optimizar los métodos de enseñanza, estudio y evaluación, especialmente ante la emergencia sanitaria nacional que ha obligado a dictar todas las clases a distancia.

Las conferencias se presentaron completamente on line mediante la plataforma Zoom, con la participación también de docentes extranjeros que forman parte del plan de cooperación académica de la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY por sus siglas en inglés), que promueve con otras casas de estudio del mundo el sistema COIL (Collaborative Online Internacional Learning).

La UCAB y SUNY llevan adelante un programa conjunto que este último semestre se abocó a la cultura popular y que ha reunido en un mismo grupo a estudiantes de los campus de Caracas y Albany, que debaten en Facebook sus opiniones y experiencias, junto con otras opciones que ofrecen las TIC.

De este programa colaborativo en línea dieron detalles la profesora Janett Mora de Torre y José Luis Jiménez, por la UCAB, y la profesora Ilka Kressner, por SUNY.

Jiménez, docente en la Escuela de Comunicación Social, anunció que este próximo mes de septiembre se realizará un encuentro mundial de tecnología en el que participarán estudiantes de la UCAB. “Es un orgullo que cuatro estudiantes nuestros vayan a la conferencia más importante actualmente en tecnología de la educación a compartir sus experiencias”.

¿Cómo saber si los alumnos están aprendiendo en este formato sobrevenido de educación a distancia? ¿Qué garantiza la integridad de las pruebas si nadie los está fiscalizando mientras responden sus exámenes? ¿Cómo combatir el plagio? ¿Se sienten acompañados los alumnos? Estas y otras inquietudes fueron abordadas en las ponencias de los profesores María Graciela Fernández y Francisco Castillo, tituladas “Indumentaria para una evaluación en línea” y “Motivación y Autorregulación del Aprendizaje”, respectivamente.

En total, hubo nueve exposiciones, la moderación estuvo a cargo del profesor Bernardino Cadenas, del Centro de Investigación, Innovación y Desarrollo Académico (CIIDEA) de la UCAB, dependencia que coordinó las jornadas junto con el Centro de Investigación y Evaluación Institucional (CIEI), el Centro de Investigación en Ingeniería (CIDI), el Centro de Innovación Educativa (CIED) y el Centro de Innovación y Emprendimiento (CIE).

La profesora María Isabel López (CIDI) habló sobre “Propuestas educativas de los estudiantes de Ética Profesional de la Facultad de Ingeniería en el marco del Desarrollo Sustentable»; Yolanda De Abreu y Luisa Angelucci, del CIEI, expusieron “Actitudes académicas y valores como predictores del rendimiento académico en educación media”, y Daniel Chaustre (CIEI) habló del “Rendimiento académico sagital: Caso UCAB”, investigación que propició la intervención, en el espacio para las preguntas, del vicerrector académico, Gustavo Peña, para abundar en los propósitos de este estudio.

También como invitada internacional, la profesora Ana Lucía Chaves, de la Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN), expuso “Un curso abierto masivo en línea (MOOC) para la formación y actualización de directivos de las instituciones de la educación superior”.

La formación en valores es clave

Después de la salutación del decano de la Facultad de Humanidades y Educación, José Francisco Juárez, el profesor Guillermo Yáber, director del CIIDEA, habló sobre “Ajustes, mejoras e innovación en procesos curriculares”.

Destacó como un importante descubrimiento el plan SUNY-UCAB que pone en evidencia que es posible la cooperación académica internacional entre distintas disciplinas y entre estudiantes de pregrado y postgrado. Animó a explorar y ampliar este formato en la experiencia ucabista.

Yáber habló de las amenazas a las que se enfrenta el sistema de educación superior en el mundo, a lo que se suman demandas que impone la pandemia de la COVID-19 y exigencias cada vez mayores de la cuarta revolución industrial. Abogó por aplicar “metodologías ágiles” y una “cultura ligera” que propicie el mejoramiento continuo. Dijo que son claves “la gobernanza, el liderazgo y la gestión”.

“En nuestra educación superior tenemos menos estudiantes, menos prestigio en nuestras certificaciones, muchos más competidores por las mismas cosas, profesores y estudiantes poco preparados para la virtualidad, escasa digitalización, poca experticia en inteligencia artificial y robótica, y todo eso ocurre en tramos extremadamente cortos. Así que la universidad está bajo una turbulencia que, si no se atiende, puede llevarla a su progresiva desaparición”.

No obstante, en el caso de la UCAB, Guillermo Yáber dijo que la apertura del semestre en abril de 2020 “con eficacia, eficiencia y productividad, habla bien de la cultura de nuestra organización”. Mencionó innovaciones programáticas como las concentraciones menores (Minors) y certificaciones en Retail, Manejo de drones o Fabricación de materiales de protección sanitaria en 3D. “Eso está contribuyendo a hacer una diferencia”.

Sobre las competencias que el CIIDEA quiere desarrollar en la comunidad ucabista dentro de un programa intenso de formación universitaria en valores, Yáber mencionó “la resolución de problemas complejos, el pensamiento crítico y la creatividad, el manejo de talento humano y el trabajo en equipo, la inteligencia emocional, el juicio y la toma de decisiones, la orientación al servicio, la negociación y el conocimiento flexible”.

El director del CIIDEA insistió en que es clave para el éxito la formación en valores y manifestó que, como apoyo para alcanzar esa meta, es imprescindible “la formación virtual, el mercadeo digital, la presencia constante, la inteligencia de negocios, una conectividad plena, una digitalización de procesos, sistemas de video conferencias, base de datos digitales y blockchaines que faciliten el proceso de toma de decisiones, softwares académicos y de simulación y una política institucional que, seguramente, seguirá a una política nacional de transformación digital”.

También sobre la formación en valores, la profesora María Isabel López informó que, desde hace tiempo, la Facultad de Ingeniería empezó a dictar este tipo de inducción a sus estudiantes, que forma parte del diseño curricular en todas las especializaciones, pues se busca el fortalecimiento de la ética profesional en el ejercicio de la ingeniería, con miras también al diseño de políticas públicas en el área.

Desarrollar la autonomía en los estudiantes

La profesora María Graciela Fernández, docente en la Escuela de Educación y miembro del equipo del Centro de Investigación y Evaluación Institucional, dio especial importancia en su intervención a todo lo que “coopere con la autonomía de los estudiantes, como el aprendizaje interactivo, significativo, flexible” durante la formación a distancia.

“El estudiante es responsable del desarrollo de su aprendizaje, tiene que crear unas habilidades y destrezas de autogestión, y una comunicación escrita, oral y visual”.

Recomendó aplicar un proceso “integral, sistemático, gradual y continuo para valorar los cambios producidos en estos estudiantes mediados por la tecnología”. Para Fernández es relevante dialogar con los alumnos “y hacer, analizar, sugerir y volver a pedir que hagan”.

Sobre las responsabilidades del profesor, la investigadora del CIEI afirmó que debe ocuparse del “alineamiento entre la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación a través de variedad de actividades con propósitos formativos como sumativos”. Sugirió que las actividades para la evaluación sean variadas –e individualizadas, de ser posible– para inhibir la tentación de copiarse.

“Una estrategia de evaluación sólida está divida en tres aspectos: la actividad de evaluación (ejercicios y tareas para valorar el desempeño estudiantil), las formas cómo vamos a recoger eso (observación, prueba, análisis de producción) e instrumentos de evaluación, que dependen de si se trabaja de forma cualitativa o cuantitativa”.

Fernández ofreció en su exposición una serie de sugerencias sobre la variedad de herramientas digitales disponibles gratuitamente en la Internet, que pueden ser adoptadas para hacer evaluaciones del tipo libro abierto, orales y prácticas, para las que se pueden aplicar recursos de video y audio. Con estos pasos, según su experiencia, se puede cubrir la evaluación de conocimiento, desempeño y producto.

(Ver también: ¿Cómo evitar el engaño en la educación a distancia?)

En el tercer bloque de presentaciones, el profesor Francisco Adelso Castillo expuso conclusiones de su tesis doctoral “Autoeficacia regulatoria como predictor en comprensión de la lectura en estudiantes de nuevo ingreso en la educación superior venezolana”.

Fue muy insistente, tanto en su exposición como durante sus respuestas a algunas inquietudes de los participantes, que lo más deseable es “que el estudiante desarrolle su propia motivación interior y no que esté dirigido por una motivación externa (el profesor)”.

Para él, la clave del éxito está en que el estudiante “aprenda a ser autónomo y desarrolle su motivación interior”. Señaló que existe mucha evidencia empírica de la relación que existe entre la motivación intrínseca del sujeto y el desarrollo del interés propio por dirigir el aprendizaje.

Si hablamos de procesos autorregulatorios, hablamos del estudiante haciéndose responsable de su aprendizaje, no de quien lo maneja sino de cómo él se maneja”, acotó Castillo.

Que el docente ofrezca su retroalimentación al alumno “siempre será necesario, pero esas son variables externas, distintas a la motivación interna. Para desempeñarse de manera autónoma, como profesionales, necesitamos formar a un individuo que sea capaz de tomar sus propias decisiones, comprometerse él mismo desde adentro y que él sea capaz de tomar el control de su proceso”.

Finalmente, Daniel Chaustre, del equipo del CIEI, cerró las exposiciones con las conclusiones del estudio “Rendimiento académico sagital: Caso UCAB”, que tuvo como objetivo “determinar predictores del rendimiento académico en una muestra especifica de registros de UCAB” entre estudiantes que ingresaron a partir de 2015.

En el momento de los comentarios de los participantes, el vicerrector académico, Gustavo Peña, ofreció detalles técnicos sobre la dificultad para desarrollar predictores académicos precisos porque los tamaños de la muestra en la comunidad de las escuelas de la UCAB son pequeños. No obstante, afirmó que “el rendimiento en bachillerato es mejor predictor” de cómo será el desempeño en la universidad, “independientemente de la calidad del colegio de donde venga el estudiante”.

Peña dijo que el estudio en cuestión –del que añadió que pocos se hacen de este tipo– tiene un segundo objetivo que estimó más importante y es el diagnóstico de lo que el estudiante realmente sabe, en qué condición entra a la UCAB.

Nuestra obligación es dar soporte estudiantil, pero no hay dinero suficiente para dar soporte a todo el mundo, por eso hacemos una sectorización. Tenemos para cada estudiante un estimado de la probabilidad de éxito y de los que tienen probabilidad baja de éxito mandamos una lista a las escuelas para que se aboquen sobre ellos, porque tienen más probabilidad de desertar”, explicó el vicerrector académico.

Los interesados en ver la grabación completa de las III Jornadas de Innovación Docente pueden hacer clic aquí e introducir la contraseña: 2f!=3Y2*

♦Texto: Elvia Gómez. Fotos: Freepik.es (apertura) y Elvia Gómez (internas)