Simón Esperanza y Rigoberto Salas, tesistas de la Escuela de Ingeniería Informática, idearon una aplicación que organiza y blinda todas las etapas de un proceso de votación. El modelo, que se pensó para las elecciones estudiantiles de la universidad, pudiera servir para comicios de cualquier tipo

El impacto social de los ingenieros informáticos reside, en parte, en la búsqueda de soluciones a una problemática, mediante el uso de las tecnologías propias de la carrera, que puede abarcar desde la misma la computación hasta otras áreas, entre ellas el apoyo para crear sistemas destinados a los procesos electorales.

Ese fue el nicho que escogieron Simón Esperanza y Rigoberto Salas, en 2018, para elaborar su trabajo de grado en la Escuela de Informática de la UCAB: VoteLedger, una aplicación basada en la tecnología de blockchain -o cadena de bloques- para la gestión de registros y procesos electorales. 

Aprendiendo a usar una nueva tecnología

Según explica el sitio web Infotechnology, el blockchain es una base de datos compartida que funciona como un libro digital para el registro de operaciones de compra-venta o cualquier otra transacción y «consiste en un conjunto de apuntes que están en una base de datos compartida online en la que se registran mediante códigos las operaciones, cantidades, fechas y participantes. Al utilizar claves criptográficas y al estar distribuido por muchos ordenadores (personas) presenta ventajas en la seguridad, frente a manipulaciones y fraudes. Una modificación en una de las copias no serviría de nada, sino que hay que hacer el cambio en todas las copias porque la base es abierta y pública».

Simón y Rigoberto estudiaron un par de materias juntos y coincidieron en sus intereses investigativos. Después de cursar la materia Seguridad Informática, sintieron mayor interés hacia el blockchain y decidieron hacer equipo para la tesis.

De acuerdo con Rigoberto, el  blockchain es una tecnología que acapara cada vez más la atención mediática por sus potenciales usos para el intercambio de bienes, tanto materiales como inmateriales. Eso incluye desde las patentes, las acciones o las canciones, hasta los carros, los apartamentos, las pinturas e, inclusive, el voto. En fin, todo lo que pueda pasar de una mano a otra, de manera segura y  sin riesgos de vulnerar el contenido.

Blockchain es una base de datos distribuida. Para escribir una entrada en esa base de datos, le debes pedir permiso al 51% de las personas que participan en dicha base, en caso de ser una red pública. Eso significa que si alguien realiza alguna modificación, quedará el registro”. 

Los estudiantes primero se inclinaron por desarrollar una aplicación para un sistema de donaciones, pero luego se dieron cuenta de que no era tan viable. En ese proceso se les ocurrió explorar el tema de las elecciones, terreno ideal para la implementación del blockchain y además de gran relevancia para la actualidad del país. 

68% de los países en el mundo viven en democracias electorales. A pesar de que existe una tendencia hacia los sistemas de gobiernos democráticos, todavía hay desconfianza generalizada hacia las instituciones electorales. Una tecnología que tiene el potencial de disminuir estos problemas es el blockchain”, afirmaron los ingenieros en su presentación de tesis.

Salas y Esperanza estaban al tanto de esta gran ventaja y pensaron que sería ideal crear una aplicación pensada para las elecciones estudiantiles de la UCAB, coordinadas por la Comisión Electoral de la universidad, donde se escogen los representantes para los centros de estudiantes y los consejos de escuelas, facultades y el universitario. 

La tecnología blockchain por sí sola no puede generar confianza, pero puede proveer una base sólida con herramientas que, al ser utilizadas correctamente, apoyan, consolidan y hacen cada vez más difícil la corrupción en las instituciones electorales”, continúan. 

Una vez hallado el tema, el siguiente paso era jerarquizar las tareas: buscaron antecedentes de investigaciones en otras universidades venezolanas, pero no hallaron. Sin embargo, identificaron aplicaciones internacionales que emplean el blockchain para los comicios electorales, como es el caso de Follow My Vote (Australia) y Voatz (Estados Unidos). Esta última la utilizó la oposición venezolana para la consulta de diciembre de 2020.

Seguidamente, debían evaluar la tecnología blockchain que más le convenía. Las opciones son variadas y se diferencian por diferentes criterios: naturaleza, transacciones por segundo, algoritmo de consenso y contrato inteligente. Trabajaron cinco y se decantaron por Hyperledger Fabric porque es privada, de código abierto y ofrece contratos inteligentes, entre otras bondades que servían para los propósitos de la aplicación. De allí viene precisamente el nombre de la aplicación: VoteLedger. “Vote” para apuntar hacia lo electoral y “ledger” para precisar la tecnología en la que está basada esta aplicación.

Tuvimos que inscribirnos en varios cursos sobre esas tecnologías porque, si bien las conocíamos, debíamos adentrarnos mucho más. Además de que cambian muy rápido y eso nos obligó a actualizarnos constantemente a lo largo de la tesis”, confiesa Rigoberto. 

Los tiempos para la presentación de la tesis se alargaron más de lo esperado. Simón emigró a Santiago de Chile y después llegó la pandemia. Las reuniones semanales, otrora presenciales, pasaron a las pantallas. “Con disciplina y ganas logramos hacerlo”.

Una vez que se familiarizaron con Hyperledger Fabric, fijaron cuáles serían los datos para la identificación y unicidad, y la autentificación de los votantes. Para el primero usarían el número de la cédula de identidad y para el segundo una contraseña. 

El siguiente paso fue el análisis y desarrollo del software, que involucra el back-end, el middleware y el front-end, tres niveles que debe contener cualquier software con el fin de que sea accesible y seguro para los usuarios. En este punto se combinaron las fortalezas tanto de Simón como de Rigoberto. 

Simón es uno de los mejores programadores que he conocido. A nivel de desarrollo nos complementamos muy bien: él es más de back-end y yo de front-end”, manifiesta Rigoberto. Simón también agradece la dupla con Rigoberto porque, como equipo, pudieron dividir mejor las tareas y comparar sus diferentes perspectivas para alcanzar resultados óptimos.

Por último, pasaron a las pruebas de la aplicación para garantizar el debido funcionamiento de los diferentes módulos: gestión de usuarios, eventos electorales, elecciones y candidatos, mesas electorales y registro de organización electores, información más detallada en el Reglamento sobre Elecciones Universitarias N° 2.61 de la UCAB. 

Desafortunadamente no pudimos hacer las pruebas finales con la Comisión Electoral de la universidad. Sin su aprobación, tampoco pudimos organizar la prueba piloto”, lamenta Rigoberto. 

Sin embargo, los resultados que obtuvieron son alentadores: reducción de los tiempos de respuesta en el proceso de escrutinio, poco uso de materiales de papelería, disminución de la intervención humana y mejoras en los tiempos de generación para las actas. 

El director de la Escuela de Ingeniería Informática de la UCAB, celebró la presentación de este proyecto, por el aporte que ofrece a necesidades sociales de envergadura. Señaló que incorporar la tecnología de blockchain a un proceso electoral no solo aliviaría el trabajo humano, sino que dejaría evidencia en caso de que haya habido alguna alteración en el proceso, por eso mismo de que cuando se afecta un bloque se trastocan todos los demás de esa cadena.

La idea detrás de VoteLedger justamente es mostrar que existe la posibilidad real de hacer sistemas de votación electrónicos robustos. Aplicarlos en una escala municipal o nacional presenta ciertos desafíos, que realmente no son imputables a la tecnología de blockchain. Pero, sin duda, es posible replicar el modelo”, afirmó.

De cara al futuro

Los muchachos defendieron su tesis satisfactoriamente el 17 de febrero de este año, en modalidad online. Obtuvieron la calificación más alta: 20 puntos, mención honorífica y mención publicación. Agradecen su desempeño a su tutora, Ana Karina Fernández, quien siempre estuvo atenta a sus dudas sobre el proyecto y la metodología. 

Ahora se encuentran a la espera del acto de grado para recibir su título en noviembre. Siguen trabajando, como lo vienen haciendo desde principios de la carrera. Simón se especializa en Java y Amazon Web Services. Rigoberto es desarrollador front-end, y se inclina por JavaScript y el ecosistema React.

En el campo laboral se han dado cuenta de las ventajas de haber estudiado en la UCAB. Destacan que sus perfiles son interesantes para las empresas, porque se adaptan mejor a los diferentes retos: redes, bases de datos, desarrollo de software y metodología. “Encajamos en cualquier posición. Son conocimientos transversales bastante aprovechables”, manifiesta Rigoberto, quien busca seguir profundizando sus conocimientos en blockchain

Antes de que se formara el universo como lo conocemos ahora, todo era polvo estelar, que se fue uniendo hasta formar rocas. Estas chocaban entre sí y se crearon cuerpos más grandes, como los planetas. En el blockchain estamos en una etapa similar a este momento: hay mucho polvo estelar produciendo la energía blockchain y apenas se están formando los planetas. De aquí a diez años, podremos decir que vivimos la génesis del universo blockchain”, concluye Rigoberto.

♦ Texto: Keyla Brando | Fotos: Manuel Sardá y cortesía de Simón Esperanza.