Reforzar los hábitos de estudio y trabajar el autocontrol personal, la solidaridad y la empatía son algunas estrategias que dos expertas de la UCAB sugieren a los estudiantes para retomar las actividades en el campus, tras cuatro semestres de aprendizaje remoto 

Dos años después del anuncio de la cuarentena por COVID-19 en Venezuela, la suspensión de actividades académicas presenciales en la Universidad Católica Andrés Bello y la incorporación de una modalidad de educación a distancia, el Consejo Universitario de la UCAB aprobó el regreso a la presencialidad para las clases y evaluaciones de pregrado, a partir del semestre abril-agosto 2022.

Si bien los estudiantes regulares fueron sensibilizados con la asistencia al campus durante el período octubre 2021-febrero 2022 (cuando se realizaron actividades presenciales complementarias para las materias prácticas y operativas) y ya el intensivo del mes de marzo del 2022 fue completamente presencial, está claro que la vuelta a clases en las instalaciones será un reto mayor para otros dos grupos: aquellos que recién egresaron del bachillerato y comenzarán la carrera, y las cohortes de alumnos con entre uno y cuatro semestres dentro de la modalidad remota.

De cara a este regreso de los jóvenes al campus, El Ucabista consultó a dos especialistas de la casa de estudios sobre los retos pedagógicos y psicológicos que experimentará la población estudiantil y docente; las expertas ofrecen, a su vez, estrategias para afrontar esta nueva realidad.

Retomar los hábitos y el autocontrol

Para Gemma Utrera, profesora al frente de la Dirección de Apoyo Educativo (DAE-UCAB), en el retorno a la presencialidad es primordial reconocer tanto los problemas vividos por los estudiantes y profesores, así como las experiencias positivas. 

«Yo no creo que todo lo de la pandemia haya sido malo, a nivel pedagógico. Cada quien desarrolló habilidades tecnológicas, para ver clases y para dar clases también. Ya tenemos una disposición total a usar herramientas tecnológicas en nuestras clases, y esas prácticas no las podemos abandonar».

Según su experiencia, la educadora comenta que el aprendizaje a distancia funciona “perfecto” con jóvenes autorregulados que tengan ciertas características individuales (ejemplo: hábitos de estudio consolidados) y cuenten con alternativas tecnológicas para que esto se les hiciera más fácil. Sin embargo, cree que esta realidad no aplica para la mayoría de los alumnos –«este no es el grueso de la población, y está comprobado», advierte- por lo que cree que los profesores deberán trabajar en el reforzamiento de asuntos como la toma de apuntes en clases y el manejo del tiempo. 

“La generación actual es nativa tecnológica y aún así vivieron problemas para aprender, con o sin equipos tecnológicos y otros servicios. Para nosotros, los docentes, también fue complejo. Todos estamos acostumbrados a ciertos materiales, a clases magistrales donde ni se necesitaban recursos tecnológicos. Fue un tema muy fuerte”.

Tips para sobrellevar los estudios y otras obligaciones

A su criterio, el semestre abril-agosto 2022 será “una normalidad extraña, pero normalidad en fin”. Por ello, reforzó la idea de promover entre docentes y alumnos la empatía y la paciencia con el otro. “Cada uno tiene un duelo distinto, cada uno en cierta forma está sensible y dolido. Sin embargo, siento que es el momento de regresar.

Añade en su lista de tips para la readaptación uno muy importante: la eliminación de elementos distractores en aulas de clase (como los celulares y otros dispositivos) y volver al autocontrol y la conciencia del espacio académico. “Los muchachos tienen que ser prudentes en lo que están haciendo, desde saber vestirse hasta cómo comportarse en un examen”

Utrera rescata, también, que no se puede desdeñar la experiencia individual positiva dentro de la virtualidad. “El estudiante que antes de la pandemia era ‘bueno’ académicamente y fue bueno en remoto, estoy segura de que seguirá siendo bueno de vuelta a la presencialidad”, sostiene. Sin embargo, apunta que será importante que los muchachos asuman que son ellos los dueños de su formación. 

«Eso es lo que se busca en los estudiantes de todas las universidades, ya que se supone que se están formando en algo que les gusta y que ellos eligieron. Por eso, hay que dejarle claro al muchacho esto: ‘tú eres quien estás construyendo tu carrera, tú eres el protagonista y debes asumirlo’. Al final la toga y el birrete es del estudiante. De él depende su formación y los resultados que obtenga».

Utrera recuerda que la UCAB ofrece a los alumnos el Programa de Respaldo del Avance Académico (PROGRESA), a través del cual los alumnos que requieran acompañamiento pedagógico pueden solicitar asesoría directa o recibir la ayuda de tutores o preparadores en materias que les sean difíciles.

La profesora también pone a disposición la Dirección de Apoyo Académico para consultas adicionales. La oficina está ubicada en el módulo Padre Baquedano del Centro Cultural-Biblioteca, en el piso 3. El teléfono de contacto es 0212-407.6038.

 

Motivar la flexibilidad emocional y una paulatina adaptación

Como directora del Centro de Asesoramiento y Desarrollo Humano (CADH), la psicóloga Liza Guilbert recurre al término “flexibilidad psicóloga” como una de las destrezas que, como consecuencia positiva de la pandemia, los estudiantes lograron adquirir durante los dos años de aprendizaje remoto y presencialidad remota.

«Significa tanto adaptarse a diferentes situaciones, como ser conscientes de algún malestar emocional que estén experimentando. Es algo que nos ayuda mucho, nos hace conocernos como seres humanos y saber nuestro estado emocional. Herramientas como estas pudieron ser desarrolladas, tanto por esta generación que viene de un aprendizaje remoto como por los que ya están egresando».

La psicóloga destaca que, en su experiencia, aquellos que se están graduando actualmente tienen más competencias que sus equivalentes en años anteriores y “son mucho más resilientes”.

«A los muchachos de esta generación les tocó adaptarse y readaptarse a tres realidades: lo presencial, lo virtual y lo presencial remoto. Esta flexibilidad les será muy útil en el mundo del trabajo, si deciden seguir estudiando o, en definitiva, como seres humanos».

Ahora que vuelve la presencialidad completa, Guilbert considera que la construcción de redes de apoyo social es fundamental para consolidar, como estudiantes nuevo ingreso o regulares, la experiencia universitaria fuera de la casa; añade que esta es una de las destrezas que se espera tenga un alumno al ingresar en la universidad, por lo que la socialización en las aulas y las dinámicas de clase debe ser prioridad.

«Hay que propiciar la construcción estas redes, desde las escuelas y las cátedras. Redes para hacer trabajos, para estudiar, para actividades extracurriculares; son procesos plenamente evolutivos que hay que darles su tiempo».

La profesora Guilbert resalta que la solidaridad entre los estudiantes se convirtió en una de las estrategias de afrontamiento durante el confinamiento. A esta conclusión llegó tras cotejar las investigaciones sobre apoyo emocional en pandemia desarrolladas dentro del proyecto Psicovida, iniciativa impulsada desde el CADH junto con la Escuela y el Postgrado de Psicología, la Unidad de Psicología Padre Luis Azagra (UPLA) y otras dependencias de investigación y extensión social de la universidad.

El valor de la solidaridad, dice, puede sonar “muy etéreo”; sin embargo, comenta que su importancia quedó evidenciada con los acercamientos realizados al campus de parte del equipo del CADH, para las visitas guiadas e inducciones diseñadas para estudiantes de primer semestre.

«En nuestras visitas y aquí en consulta encontramos muchos estudiantes desmotivados, irritables y frustrados por el tema de no saber cómo afrontar el estudio a distancia. Son cosas que siguen y que se vuelven crónicas por la situación país. La pandemia sigue y no sabemos cuándo se va a ir. El tema es que hay que estar aquí, afrontando y adaptándose con el tiempo».

En pro de esa adaptación, la psicóloga recuerda a los estudiantes ucabistas que, en caso de manifestar ansiedad, depresión o dificultades para afrontar la vida universitaria en este nuevo período académico, tienen a disposición al equipo psicólogos del CADH para brindarles apoyo y asesoría en áreas como la vocacional, académico-cognitiva, emocional, manejo del tiempo, hábitos personales y métodos de estudio. Eso procuramos seguir haciendo desde el CADH: apoyar en estos procesos tan duros para todos, finaliza.

La sede del Centro de Asesoramiento y Desarrollo Humano está ubicada en la planta baja del edificio de Laboratorios (Facultad de Ingeniería). El teléfono es (0212)-407-41.66. La cuenta de Instagram es @cadhucab.

♦ Texto: Daniel De Alba Suárez/Fotos: Manuel Sardá

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