Las salas y pasillos del edificio de la biblioteca de la UCAB albergan obras que invitan a la comunidad ucabista, y al público caraqueño, a reflexionar sobre temas como la naturaleza, la realidad virtual, la fotografía y la libertad de expresión en las redes sociales. 

Desde el 29 de abril, la Sala Magis de Arte Contemporáneo se convirtió en «El bosque» de Samuel Baroni. Y, en colaboración con AWA Cultura e Incubadora Visual, la Sala Digital ofrece una experiencia inmersiva de videoarte titulada «Virtual», del artista larense Ricardo Arispe junto con el músico Willie Croes y la bailarina María Celina Aval. Luego, en los pisos 2, 3 y 4 de Biblioteca se pueden apreciar seis obras de Arispe que pertenecen a la serie «Estudios sobre la mancha vol. 2». Además, en los espacios abiertos están expuestas piezas de los artistas Régulo Pérez y Teresa Gabaldón.

El 3 de mayo, la UCAB inauguró la Sala Experimental de Fotocontacto. Y como primera muestra , Juan Toro retomó fotografías del 2018 (que previamente expuso en la Organización Nelson Garrido) en la exhibición «Ruptura». También, ese mismo día,  fue presentada «Lab-02: Ideas. Maquetas de Sánchez Taffur» en la Sala Sofía Ímber del piso 1 del mpadre Baquedano que reúne una serie de proyectos que se remontan a los inicios de la firma Sánchez Taffur (1998) hasta el presente. Estos modelos son edificaciones ya construidas dentro y fuera del país.

En todas las salas, además de visitas guiadas, se llevarán a cabo conferencias, tertulias y encuentros formativos para los ucabistas, pero también para las comunidades y otros visitantes. La información será ofrecida de manera oportuna a través de las redes sociales del Centro Cultural @Culturaucab en Twitter e Instagram.

En ambas ocasiones, la directora del Centro Cultural y Biblioteca, Mabel Calderín, ofreció unas palabras de agradecimiento al nutrido grupo de personas que esperaba para recorrer los espacios dedicados al arte . También expusieron sus ideas los curadores Humberto Valdivieso y Johanna Pérez Daza, así como el rector de la UCAB, Francisco José Virtuoso, quien mostró su satisfacción y señaló que la universidad trabaja no solo con los métodos tradicionales de enseñanza, sino también con la cultura y expresión gráfica.

«Yo no puedo más que agradecer al maestro Samuel y a todos los que han contribuido a que reabramos presencialmente esta sala con tan maravillosa exposición. Es una belleza y muy evocadora a la imagen interior. Esa es la belleza del arte, de alguna manera hace que los sentimientos y la sensibilidad se muevan y fluyan a partir de esas imágenes. Estamos en una exposición que efectivamente nos recuerda la naturaleza, ese mundo que queremos que se convierta en un gran bosque y que aprendamos de él. La universidad es privilegiada, está en medio de un gran bosque. Y cada vez más queremos aprender de ese gran bosque, cada vez queremos leer ese gran bosque y ahí leernos nosotros, dijo el rector.

Para Calderín el reencuentro del Centro Cultural con los estudiantes ha sido emotivo: «Nosotros, como todos en el campus, quisimos recibir a los estudiantes con todo. Pensamos que todas las salas de exposición tenían que estar de nuevo ocupadas, activas, para que nuestros estudiantes lleguen y no se quieran ir. Pero no solo servimos a la comunidad ucabista, también atendemos a las comunidades vecinas, especialmente del oeste. En todos los espacios del Centro Cultural tenemos un equipo trabajando para atender a esa población que estuvo dos años tan encerrada y que necesita de vivir la cultura, disfrutar del arte y aprender cada día con todo lo que hacemos».

Un nuevo espacio para la fotografía

Para atender las diferentes expresiones plásticas, sobre todo enmarcado en lo que es el arte contemporáneo y la investigación, la UCAB creó la Sala Experimental de Fotocontacto, un espacio para que artistas, estudiantes y cualquiera interesado en el arte de las imágenes instantáneas explore y desarrolle sus intereses. Explicó la comunicadora social, investigadora, docente y coordinadora del área de Comunicación y Cultura visual del Centro de Investigación de la Comunicación, Johanna Pérez Daza, que la sala es parte de un proyecto donde traerán exposiciones, concursos, invitados, tertulias y otras actividades formativas. Inclusive, trabajarán en alianza con el Archivo de la Fotografía Urbana.

«La universidad es el espacio ideal porque es un ente vivo que se presta para la docencia. Por eso que los estudiantes vengan y participen es tan importante. El concepto de la sala es que sea el lugar donde la gente pueda experimentar y aprender de la fotografía. Es otra manera de verla, digamos, más alejada de su uso masivo y cotidiano. Es usar la fotografía como una excusa para llegar a otras formas de pensar y de entender lo que el arte, la cultura y la comunicación pueden enseñarnos», puntualizó Pérez Daza.

Y fue el fotógrafo caraqueño Juan Toro Díez quien comenzó el diálogo con los ucabistas con «Ruptura»Durante la inauguración, las imágenes estaban tapadas por unas bolsas negras que, a penas, dejaban ver una parte de la fotografía. Sin embargo,  fueron rasgadas por el público. Así, de manera espontánea, se generó un performance colectivo con los presentes. La curiosidad, comentó la curadora, fue el catalizador de este impulso por revelar más de aquellas escenas tan reales y crudas.

Luego, en la Sala Magis de Arte Contemporáneo las personas pueden ver más de 20 piezas del artista plástico mirandino Samuel Baroni que hablan sobre la vida, la muerte y cómo el ser humano interviene en la naturaleza, particularmente en «El bosque». Su obra, como comenta el propio artista, está inacabada, pues con cada visita se generan nuevas lecturas que le dan vida. Así, en un bosque donde predominan el blanco y negro, el espectador puede revisar su propia relación con el medioambiente y el arte contemporáneo.

Humberto Valdivieso, curador de «El bosque», aseguró que todas las exposiciones están conectadas.

«Esta concurrencia maravillosa ha sido una siembra y crecimiento que parte de la investigación, las ideas, el dialogo del artista con el curador y el equipo de trabajo. Hoy sabemos que las plantas se cuidan y colaboran entre sí. Esa red de colaboración es lo que ocurrió aquí también. Samuel trabajó y nos puso a trabajar a todos, pensó y nos puso a pensar a todos en este proyecto», destacó.

Finalmente, en la Sala Digital se presenta «Digital», un videoarte de Ricardo Arispe en colaboración con la bailarina María Celina Aval y el músico Willie Croes. Se trata de una experiencia inmersiva donde el visitante puede reflexionar sobre dónde se traza la línea entre la realidad y la virtualidad gracias a un video central donde la danza y la música se unen. Además, a los lados de la sala se muestran tomas inéditas de la grabación.

 «La idea es recrear la experiencia de cuando estábamos grabando. Se crea como una atmósfera distinta y, de alguna manera, te conectas a todo lo del contexto. En general, va sobre lo que estamos viviendo, y hemos vivido, con la pandemia. Esto habla sobre la realidad virtual, ese tema con el que tuvimos que lidiar todos porque sí, enfatizó el artista sobre Virtual», añadió Arispe.

Una vista a la arquitectura

La Sala Sofía Ímber, ubicada en el piso 1 del edificio anexo al Centro Cultural, padre Baquedano, es donde por primera vez se exponen maquetas de arquitectura en la universidad. Así, más de 20 de proyectos muestran las herramientas de trabajo de los arquitectos de la firma Sánchez Taffur. Asimismo, se ofrece una mirada al estilo de quienes se desarrollan en el mundo del arte de diseñar y construir edificaciones como restaurantes, viviendas y comercios.

De acuerdo con el arquitecto y docente universitario Víctor Sánchez Taffur, esta exposición es una puerta que se abre para observar el trabajo que realizan, puertas adentro, en su oficina: «Todas las maquetas que están en sala no fueron pensadas para ser expuestas, estaban almacenadas cajas, guindadas en las paredes de la oficina. Son nuestro instrumento de trabajo diario. Esto sirve para los jóvenes, para que ellos puedan ver lo que uno hace, para qué y cómo. Y por eso tenemos pensadas unas charlas, visitas guiadas, charlas, para aclarar dudas y para que la gente aprecie y piense lo que está ahí», añadió.

 

«La arquitectura es un arte útil. No es arte por el arte porque tiene detrás un cliente, unos presupuestos, un programa de uso y requerimientos constructivos.  Estas maquetas son de experimentación: color, textura, proporción. Porque nos interesa el tema plástico, la escultura, pintura y todo lo que tiene que ver con el arte. Eso de alguna manera sale ahí y son nuestras herramientas y maneras de expresarnos. Cada firma tiene una personalidad, porque no es solamente levantar planos con unos cartoncitos, sino algo para la oficina y para nosotros las maquetas son un objeto plástico», sostuvo Sánchez Taffur.

En los pisos 2, 3 y 4 se habla sobre libertad de expresión

Ricardo Arispe, además del videoarte, trajo al Centro Cultural seis obras que se ubican en los pisos 2, 3 y 4 de la Biblioteca. Son dos obras por piso que dejan ver la transformación de la pieza. Comentó el artista que la pequeña pintura que acompaña la tela de mediano formato es una suerte de ficha técnica a la vez que funciona como referencia para comprender su evolución: «Esas piezas, originalmente, son esculturas. Pero esas esculturas mutaron a fotografías y las fotografías a unas fotocopias y las gráficas mutaron a eso que está en las telas. Y, probablemente, eso que está ahí mutará a otra cosa. Al final es un proceso continuo de remasticar la obra», sentenció.

«La obra habla sobre la violencia en redes sociales, sobre la libertad de expresión. Todo está armado en función de eso. Por ejemplo, las esquirlas de las granadas son teclas de teclado de computadora, unos que tienen un significado personal para mí, y a su vez hay un juego de palabra. En la escopeta, si se detalla, en la punta tiene el lente de una cámara; en la parte de recarga están las teclas que forman la palabra Like. Hay un tema orientado a esa violencia en las redes y, sobre todo en estos tiempos donde existe una disposición a la cancelación», dijo el artista.

 

En cada pieza hay un código QR escaneable para los visitantes que lo llevarán a una página web con el extracto de algún texto redactado por Humberto Valdivieso y Johanna Pérez Daza.

El Centro Cultural UCAB está pronto a cumplir nueve años y celebrará con todos sus espacios llenos de arte y acompañados por personas que buscan sensibilizarse con el proceso creativo de otras personas.

«La idea del Centro Cultural es vincular el arte con la formación e investigación. Cada proyecto expositivo tiene por detrás un proceso de investigación desarrollado por profesores e investigadores de acá. El centro cumple 9 años este mes y estamos muy entusiasmados por cómo la universidad ha recibido estas exposiciones y actividades», finalizó Mabel Calderín.

♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Manuel Sardá y Ana Delgado