Esculturas, pinturas e instalaciones de artistas venezolanos se pueden encontrar por todo el campus Montalbán. Son 273 las piezas que permiten aflorar la imaginación, la creatividad, la reflexión y la sensibilidad de la comunidad ucabista y el público del oeste caraqueño

Quien transita por la UCAB Montalbán no solo se encuentra con una universidad con instalaciones modernas e impecables. Además de sus icónicos edificios, sus jardines perennifolios y concurridas caminerías, la institución cuenta con diversas obras de arte para la contemplación y el disfrute de  estudiantes, profesores, empleados y visitantes, no solo al interior de salas de exposición, sino como elementos integrados al paisaje.

Exactamente, son 273 piezas de arte distribuidas en varios espacios de la universidad, desde las áreas verdes hasta las salas de lectura e, incluso, dentro de ciertas oficinas y departamentos.

La dependencia que encabeza la custodia y exhibición de cada una de ellas es el Centro Cultural, bajo la dirección de Mabel Calderín, bibliotecóloga, investigadora y docente universitaria. Junto a ella en el aspecto curatorial le acompañan Humberto Valdivieso –licenciado en Letras, investigador del Centro de Investigación y Formación Humanística (CIFH) y doctor en Filosofía- y Johanna Pérez Daza -comunicadora social, docente universitaria e investigadora del Centro de Investigación de la Comunicación (CIC)-.

«El arte es una expresión humana que ofrece muchas posibilidades para desarrollar la creatividad, la imaginación. Por eso es tan importante esa formación integral de las nuevas generaciones donde el arte contribuya a ese proceso de reflexión, de diálogo con la vida. El arte contribuye a facilitar la interpretación de todos los aspectos de la vida, desde lo económico, social, la vida cotidiana; el quehacer y la vida se expresa gracias a él. Yo creo que el hecho de haber incursionado en estos proyectos y la propuesta de difundir y traer arte a la universidad, le abre muchas posibilidades al país. En este momento, la UCAB y el Centro Cultural son referencia en Venezuela», dijo Calderín.

Obras de artistas venezolanos como Daniel Suárez, Víctor Hugo Irazábal, Juvenal Ravelo, Santiago Pol, Julio Pacheco, Juan Toro Diez, Alberto Asprino, Teresa Mulet, Víctor Valera y Ricardo Arispe forman parte de la colección permanente de la universidad y están dispuestas en el campus para el disfrute de estudiantes, profesores y empleados. Muchas de estas, comentó Calderín, han sido donadas por los propios artistas y otras adquiridas gracias a intercambios académicos.

Además,  la UCAB cuenta con un espacio digital en Google Arts and Culture donde se han incorporado colecciones de importantes creadores venezolanos, las cuales pueden ser disfrutadas desde cualquier parte del mundo gracias a la tecnología.

De la contemplación a la investigación

La UCAB es una institución plural, abierta y con diferentes facultades y carreras de corte humanista y científico. Sin embargo, no cuenta con una escuela de arte. A pesar de ello, sugirió Calderín, es a través de diferentes cátedras y de la gestión que lleva adelante el Centro Cultural como se fomenta la educación y el conocimiento de las diferentes expresiones plásticas. Este objetivo lo consiguen con sus variadas exposiciones y con el aprendizaje que sucede en encuentros con los artistas, foros, tertulias, visitas guiadas o clases magistrales.

«El arte está vinculado a todas las áreas de conocimiento. La UCAB está abierta a incluir la promoción del arte y establecer vínculos con artistas del mundo entero y darle la posibilidad a los venezolanos para que la conozcan. Estamos haciendo lo que nos corresponde, formar y educar en una universidad que es ejemplo para el país. Estamos dando lo que podemos, se hace un esfuerzo muy importante y se debe a todo el equipo de trabajo que pone lo mejor de sí mismo y está comprometido con la filosofía Magis», mantuvo la bibliotecóloga.

La directora del Centro Cultural también señaló que la UCAB ha establecido un compromiso por mostrar y dar espacio a artistas venezolanos de larga trayectoria, pero también a aquellos que emergen, ante la poca disponibilidad de espacios en el país para ello: «Queremos que los artistas venezolanos sientan que tienen una casa donde llegar; donde se dan a conocer, donde su obra adquiere relevancia y puede ser expuesta con fines educativos, de formación de la sociedad, para crear el país que soñamos», afirmó.

Por la sensibilidad y la riqueza espiritual

Para Humberto Valdivieso, la presencia de obras artísticas en el campus y la interacción continua que -de manera consciente o inconsciente- tienen con ellas los miembros de la comunidad universitaria  contribuye a enriquecer la sensibilidad del pensamiento y el espíritu, a través de la contemplación y apreciación, atributos que se construyen con el conocimiento pero también con la experiencia, con el contacto directo.

«Esta sensibilidad significa que te convertirás en alguien más crítico y exigente, en una persona más compleja porque tu mirada ha descubierto que hay cosas más elaboradas. Descubres que hay otros mundos que también te pueden gustar y no se quedan con lo inmediato. La UCAB nos demuestra que las cosas pueden ser mejores; ya hay una formación ciudadana de la sensibilidad. No necesitas saber fechas exactas, sino entender que existen otras formas, otro orden, otro criterio de belleza que tú aspirarías para tu propia vida».

En esto coincidió la profesora Johanna Pérez Daza, quien enfatizó que con todo este esfuerzo, la universidad favorece el acercamiento de las personas hacia las distintas expresiones de las artes visuales, con el fin de vencer ciertos prejuicios.

«Es perder eso de que el arte es algo elitista y alejado -de unos pocos- y llevarlo al plano de identidad, de involucrarse, de hacerlo parte de la vivencia universitaria. Es en las aulas, en los jardines, en cafetín, pero también es con las exposiciones, también es con el arte.  Aquí tenemos mucho arte y mucha cultura condensada».

El curador del centro cultural señaló que los frutos están a la vista y la respuesta de los ucabistas es favorable: asisten a las inauguraciones, visitan las salas, se incorporan a los eventos, se toman fotografías con las obras; incluso, hacen vida universitaria alrededor de las esculturas ubicadas en los jardines.

Sin embargo, existe un riesgo que Calderín subrayó y por el cual la universidad impulsa el trabajo educativo: el cuidado de las obras. «En ocasiones la gente no conoce la importancia del arte, por qué hay que cuidarlo y preservarlo. Es vital que la gente lo admire y cuide para que trascienda y quienes vengan años más adelante a la universidad también puedan contemplarlo. Día a día estamos vigilantes», dijo.

Cuatro salas y un campus entero para el arte

Desde el año 2013, cuando fue inaugurado el Centro Cultural UCAB, se realizan exposiciones de arte con regularidad. Aunque al inicio con cierta timidez, hoy día se ha convertido en el sitio más importante para la cultura en el oeste de Caracas.

El espacio ubicado dentro de la biblioteca central da cobijo a cuatro salas para exhibiciones: la Sala Magis, la Sala Experimental, la Sala de Fotocontacto y la Sala El Archivo (anterior Sala Sofía Ímber). Antes de cada período académico, la directiva del Centro Cultural prepara una programación para cada espacio, completamente gratuita y en la que se involucra a niños, jóvenes y adultos de comunidades aledañas, a través de las acciones de extensión social.

«Tratamos de cubrir una falta de atención que ha tenido esta área del oeste de Caracas porque no había acceso. La UCAB se ha convertido en un espacio de esparcimiento, conocimiento, desarrollo y solidaridad y de apoyo a los ciudadanos que quieren crecer y construir un país mejor», sostuvo Calderín.

Este año,  la UCAB también se convirtió en la primera universidad del país en dedicar un espacio exclusivo para el estudio, gestión y exposición de la fotografía, gracias a una alianza con El Archivo, institución dedicada a preservar la memoria visual del país

«La fotografía es cercana porque es capaz de llegar al individuo, de ser entendida por muchos. Eso tenemos que aprovecharlo como base para complejizar y generar otros procesos de pensamiento crítico y reflexión. Entonces, a través de los proyectos buscamos que las audiencias se detengan a pensar. Nuestra intención como universidad es generar otras reflexiones y dar respuestas a nuestros problemas contemporáneos. La invitación es a detenernos y que la imagen sea una herramienta educativa y de investigación», enfatizó la profesora Johanna Pérez Daza.

 

Pero más allá de esto, el campus entero se presenta como una gran galería para el disfrute de toda la ciudad. De hecho, Humberto Valdivieso señaló que, a pesar de que la UCAB es una institución privada, es muy transitada y visitada. Además, dijo el curador, «la función del arte es pública siempre».

«El arte puesto en espacios públicos cumple una función didáctica, una casi invisible, que es la formación de la sensibilidad en sus distintas áreas: una crítica, hacia el gusto y otra hacia la formación ciudadana. Es un proceso que tarda, pero funciona y va fomentando la cultura en el país. Por otro lado, es una oportunidad para que se exponga el arte venezolano y para saber qué han hecho y hacen nuestros artistas. Una tercera parte está vinculada a lo académico, porque cada exposición está vinculada a una investigación particular», finalizó Valdivieso.

Quienes deseen conocer más sobre las actividades y exposiciones  desarrolladas en la Universidad Católica Andrés Bello pueden visitar la página web https://centrocultural.ucab.edu.ve/

También pueden seguir la cuenta @culturaUCAB en Twitter, Instagram y Facebook.

♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Manuel Sardá