La profesora del Instituto de Investigación de la Comunicación e Información (IDICI) habló del trabajo que adelanta, desde la universidad, como parte de la Red Interagencial para la Educación en Situaciones de Emergencia, plataforma que realiza propuestas para situaciones de crisis. Incrementar el apoyo financiero a los docentes y atender académicamente a los jóvenes mayores de 15 años son dos acciones que cree prioritarias
De acuerdo con el informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) sobre la situación educativa en Venezuela, correspondiente al período marzo-abril de este año, la gran mayoría de niños y adolescentes del país se ubican en un “nivel bajo de desempeño en todas las áreas y grados”, lo cual está asociado «tanto a dificultades pedagógicas como a factores externos a la enseñanza escolar».
El reporte menciona un aspecto fundamental como parte de las causas: «el financiamiento destinado a la mejora de la calidad educativa sigue siendo limitado. Los recursos dirigidos a los docentes no logran resolver el déficit de maestros/as y la precariedad de las condiciones en las que se desarrolla la enseñanza, impactando de forma negativa el sistema escolar», apunta el documento.
Con estos datos como referencia, la profesora Carmen Affigne, investigadora del Instituto de Investigación de la Comunicación e Información (IDICI) de la UCAB y miembro de la Red Interagencial para la Educación en Situaciones de Emergencia (INEE por sus siglas en inglés), considera que el panorama del año escolar 2024-2025 es demandante.
«Empezamos con una situación retadora porque seguimos viviendo una crisis compleja y prolongada», afirma.
Entre otras razones, la experta menciona una realidad que se mantiene desde hace varios años: los maestros continúan percibiendo unos salarios que no se corresponden con la labor que llevan adelante, lo cual atenta contra su permanencia en el sistema, la calidad de su trabajo y sus propias condiciones de vida.
Affigne tiene experiencia en esta materia. En años recientes ha dedicado buena parte de su trabajo al tema de la «Educación en situaciones emergencia», como punto focal (persona de relevancia y referencia) de la INEE, «plataforma global y abierta de miembros que trabajan conjuntamente, dentro de un marco humanitario y de desarrollo, para asegurar que todas las personas tengan derecho a una educación de calidad, segura, pertinente y equitativa», según se lee en la página web de la red.
Por eso, la doctora en Estudios Latinoamericanos -que también es miembro del clúster (grupo) de educación de la OCHA en el país- destacó que el problema de financiamiento explica los salarios de docentes, pero también otros problemas como deterioro de infraestructura y de servicios básicos (electricidad o internet), deserción y baja calidad académica.
Ante esta realidad, enfatiza en la importancia de que se otorguen los recursos necesarios.
«Es necesario que las nuevas visiones y miradas cuenten con un financiamiento que permita ser sostenido en el tiempo y pueda, sobre todo, atender a los docentes. Si tienes profesores con buenos salarios, a gusto, con vocación, en el centro de esa perla estará siempre un estudiante bien formado y agradecido», recalcó.
El IDICI UCAB y la educación en emergencia
Carmen Affigne reconoce los problemas existentes en materia educativa, pero señala que hay muchas organizaciones tratando de hacerles frente. «En la actualidad existen programas e instituciones para atender eso en la medida de los posible: universidades, sistema de escolarización (privado y público), gremios, docentes organizados, instancias de respuesta humanitaria, autoridades (ministerios de Educación y Ciencia)», afirma.
Comenta que en el IDICI UCAB, ella y otros investigadores trabajan el tema de la educación en situación de emergencia, desde la línea de investigación Comunicación para el Desarrollo y el Cambio Social, a partir de la crisis prolongada que atraviesa la población y que se remonta al año 2014-2015.
El involucramiento con el tópico se dio tras la llegada del Sistema de Naciones Unidas al país en 2018 y el inicio, en 2019, de un plan de respuesta humanitaria con una arquitectura de acción en ocho clústeres o sectores de acción, entre ellos el educativo.
«Es un tema relativamente nuevo en Venezuela. Con la llegada de la ONU al país -tras petición del Estado- se activa un protocolo y una forma de trabajo donde la educación tiene un espacio fundamental. Los mismos profesionales que trabajan en respuesta humanitaria desconocen que en el campo de educación hay una manera de trabajo que responde a los contextos de emergencia, desastre y crisis prolongadas», dijo.
Información sobre qué es la educación en emergencia y cómo el diálogo desde las comunidades y la comunicación puede incidir en el campo de acción y práctica en esta área forman parte de los temas abordados por el instituto ucabista, desde sus tiempos como Centro de Investigación de la Comunicación (CIC).
Puntualizó que la UCAB, desde el 2022, asiste a reuniones del clúster de educación de la OCHA, en alianza con la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC), Fe y Alegría, Superatec y Construyendo Futuro, entre otras organizaciones.
Algunos avances
La Red Interagencial de Educación para Situaciones de Emergencia (INEE) es un plataforma creada en el 2000 que convoca a profesionales e instituciones multidisciplinarias para producir materiales, herramientas y recursos que permitan atender asuntos que van desde bienestar de profesores, calidad educativa, nutrición, competencias para la vida, cambio climático, planificación del sector educativo, infraestructura y construcción escolar, migración, bullying, entre otros.
Desde 2022, Carmen Affigne es punto focal en Venezuela de este conglomerado y culminará su trabajo en el año 2025. Según define la propia organización, los puntos focales «son personas de referencia clave a nivel nacional, encargadas de apoyar la creación de redes y la comunicación, en particular facilitando el intercambio de información entre los miembros de la INEE».
La investigadora agrega que, en el caso venezolano, este rol supone ser una «instancia necesaria para dar a conocer la crisis».
Como parte de su trabajo, desde el IDICI UCAB Affigne ha impulsado, conducido o formado parte de iniciativas colaborativas para la Red. Mencionó, por ejemplo, el desarrollo, en 2021, de recursos para la educación en contextos de emergencia, específicamente desde el eje de formación docente.
Uno de ellos fue el «Marco para la acción: Respuesta humanitaria educación Venezuela- Resultados grupos de trabajo«, donde participaron los profesores Eduardo Cantera (CIED UCAB), Edgar García (de la AVEC) y ella misma.
«Esto le sirve a diferentes partes interesadas en respuesta educativa para atender estos sectores: formación docente, alimentación escolar, niños y adolescentes fuera de la escuela; juventud y empleo, apoyo psicosocial, juventud y empleo, y educación a distancia», comentó.
En 2022, pero de la mano de la ONG Opción Venezuela y la AVEC, Affigne diseñó el Plan de Respuesta Humanitaria en el área educativa. Seguidamente, y también con la AVEC, se concretó un convenio para sistematizar los resultados del proyecto «Medios de vida y pedagogía educativa», con comunidades educativas de Apure y Bolívar. Tras varios meses recorriendo y tomando apuntes acerca de la situación educativa en esas entidades, entre marzo y abril de 2023 se entregó un informe a la AVEC acerca de la sistematización del proceso de construcción de un «Plan de formación en Pedagogía Productiva».
«Son un recurso fundamental para organizar las respuestas educativas en tres momentos. Toma en cuenta las comunidades y tiene aspectos con normas en coordinación y análisis. Ayuda a organizar ayudas, respuestas e intercambios con otros sectores de la arquitectura humanitaria. Es el mínimo posible que asegura calidad educativa», dijo.
Mucho por hacer y aprender
«Muchos de los programas atienden niños, menos adolescentes y mucho menos juventud. Por ejemplo, si a los 18 termina la adolescencia, y luego viene un grupo etario que llamaremos juventud, a mí me alarma lo terrible de porcentaje de más de 17 años que está fuera del sistema escolar», sentenció.
Alertó que un gran porcentaje de estos jóvenes se enfrentan a una doble exclusión, una vez alcanzan la mayoría de edad, pues no trabajan ni tampoco estudian. Urgió a desarrollar alternativas para darles medios de vida e insertarlos en oficios o profesiones, pues son la población productiva del país.
En este sentido, la investigadora rescató las iniciativas que se siguen haciendo para intercambiar información y fortalecer las propuestas. Entre ellas, mencionó un encuentro de la INEE que tendrá lugar, el próximo 25 de octubre, de forma híbrida, en la sede de la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC), en Caracas, bajo el lema «Revisitar conceptos y experiencias de educación en emergencia en Venezuela».
Concluyó destacando la importancia del involucramiento de las universidades, y de la UCAB en particular, en estas iniciativas, pues las instituciones de educación superior del país cuentan con grandes capacidades, recursos y especialistas para acompañar programas de atención humanitaria.
«La universidad fomenta la interacción de profesionales de diversas áreas sobre un mismo objetivo, lo que promueve la elaboración de planes más completos», resaltó.
Los interesados en conocer más del trabajo de la Red Interagencial para la Educación en Situaciones de Emergencia pueden hacer clic en https://inee.org/es
♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Fabián Giampaoletti y archivo